jueves, 17 de enero de 2013

Para la libertad sangro, lucho y pervivo.

   Esta noche he visto el capítulo de "Cuéntame", en televisión española, que recuerda el oscuro episodio del 23 de Febrero (23-F), en el que Antonio Tejero, un teniente coronel de infausto recuerdo, intentó un golpe de estado asaltando el Congreso de los Diputados mientras se votaba la investidura de Calvo Sotelo para presidente del gobierno. Mucho se ha hablado desde entonces de estos hechos, "que si Tejero era un títere en manos de otros militares de mayor graduación, como el general Armada... que si una facción de extrema derecha estaba detrás de todo el aparato logístico y de la preparación del intento de derrocamiento de la democracia". Son hechos que fueron juzgados y sus responsables encarcelados, aunque fueran con penas inferiores a las deseadas por la sociedad, que se mostró magnánima con estos señores. Ciertamente la democracia era joven, muy joven, y no estaba aún suficientemente afianzada en la sociedad, aunque el sentimiento de cambio era muy fuerte, profundo, lo que a la postre disuadió a los golpistas de que no era posible la vuelta a una dictadura, que los países democráticos de nuestro entorno, que durante 40 años habían sido pusilánimes con Franco, no iban a permitir, en el corazón de Europa, una vuelta al pasado. Luego llegó el mensaje del Rey, "los cojones de Gutiérrez Mellado en el hemiciclo", que por cierto, unos años después nos entregó a los miembros de BAILÉN INFORMATIVO, en el Colegio de Magisterio de Jaén, el Premio Unión de Periodistas de Jaén, Libertad de Expresión. Todos estos acontecimientos, tan lejanos, y a la vez tan próximos, han vuelto hoy a mi mente durante el capítulo de "Cuéntame", serie que reconozco que he visto en alguna ocasión, pero bastante menos de lo que debiera, "mea culpa". Al final, el documental, la película, termina con el poema de Miguel Hernández, cantado por Joan Manuel Serrat, "Para la libertad sangro, lucho y pervivo", que yo os voy a acercar para que todos los disfrutéis, y los menos lo recuerden como algo propio. Os invito a que escuchéis la canción para espantar los fantasmas del pasado que se divisan en el horizonte de la brutal crisis económica que vivimos en España, pues cada día en más esquinas y burladeros escuchamos quejas de los ciudadanos de a pié acerca de la corrupción e incompetencia de la clase política, de la ineptitud de nuestros gobernates para resolver los problemas básicos de la sociedad, de la pérdida de valores, de la merma de los servicios públicos que con tanto esfuerzo conseguimos implantar  (sanidad, educación, calidad de vida, etc...). Cada día que pasa, da la sensación de estar más cerca de un abismo, del cual se aprovechan los extremismos y los desalmados para vendernos sus propuestas excluyentes, independentistas, reaccionarias y absurdas.

   Algunos que lo vivimos, sabemos de lo que hablamos. A otros que no lo vivieron, deberíamos de ilustrarlos, y acabar con la metáfora de las dos Españas, que tanto daño, secularmente, ha hecho a este país y a sus gentes, pues yo no veo más que una España, o al menos es lo que yo, y varios millones más de ilusos, pensamos al respecto.

   Ahí os dejo el poema prometido:


Miguel Hernández

"Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos."
***
"Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos,
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos."
***

"La guerra es como una hoguera
donde los locos se abrasan".
***
"Tristes gueras
si no amor la empresa.
Tristes, tristes

Tristes armas
si no son palabras.
Tristes, tristes."
***

"A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor."


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