8 DE OCTUBRE, DÍA DE
SAN CAECILIA
Aunque el título de esta editorial pudiera resultar algo pedante y pretencioso, lo cierto y verdad es que lo es, y así queremos que parezca y así queremos igualmente que sea. Y por esta única vez solamente pediremos renombrarlo en el calendario de las actividades culturales de nuestro pueblo, tan escasas por otra parte, o al menos tan escasamente apoyadas por las Instituciones varias -dejémoslo ahí-, como día de San/Santa Caecilia (¿Caecilia, es de género masculino o femenino? No es ese el asunto principal que nos ocupa). Decimos esto porque las actividades desarrolladas durante el día 8 de octubre pasado, en Bailén, por parte de la Asociación Caecilia, superó con creces todas nuestras expectativas, que no eran pocas unos meses antes, y que se desbordaron en cuanto a entusiasmo de organizadores, colaboradores y público. La gesta del 8 de octubre, maquinada con seis meses de antelación y mientras saboreábamos un café en una terraza próxima al Santiago Bernabéu con el amigo Jesús Ruiz de Burgos y con Bernardo, compañero alférez de Cádiz, en ocasiones estuvo a punto de zozobrar en el mar de la apatía de las Instituciones Públicas a las que acudimos en demanda de socorro y en la abulia de algunos particulares con escasa visión y nula perspectivas. Es por ello que vamos a agradecer públicamente -para eso la revista la hacemos, la ideamos, la pagamos y la editamos nosotros- a entidades de prestigio como La Embajada de Dinamarca en España, y en concreto a su digno representante, el Embajador y amigo Lars Thuesen, y los directivos y ejecutivos de LA CAIXA en Bailén, y en concreto al Delegado de Zona y al director de la oficina principal, pero también a Ildefonso Padilla, delegado de la Antena Cameral de Bailén de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de la provincia, por el inestimable apoyo que de ellos recibimos, sin olvidarnos de otros colaboradores que insertaremos en el interior de estas páginas. En el interior disfrutaréis de extraordinarios reportajes fotográficos sobre el Proyecto Camino Real, Hans Christian Andersen, con la participación de más de 800 personas entre escolares y otros “cómplices” necesarios; o la 16 edición de los consagrados Premios Caecilia, o nuestro decidido apoyo para la publicación de la novela de nuestro compañero Nicolás Manuel Ozáez Gutiérrez, con título “Nunca supieron de qué guerra se trataba”, que presentamos también el 8 de octubre. Día de locura que comenzamos apenas a primeras horas de la mañana recibiendo al Embajador de Dinamarca en el Hotel Zodiaco y que cerramos casi a las tres de la madrugada despidiendo, como buenos anfitriones, a los numerosos amigos que nos acompañaron durante todo el día. Y sin solución de continuidad nos incorporamos la mayoría de nosotros a la Recreación Histórica de los días 9 y 10, procurando que las escasas actividades culturales e históricas que se organizan en nuestro suelo, tengan el máximo de apoyo de las entidades sociales con sede en Bailén.
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