viernes, 11 de enero de 2013

Vientos y mareas periodísticas



Publicado en la revista BAILÉN AL DÍA del mes de diciembre de 2009




Es de justicia que en primer lugar pida perdón, en público y en voz alta, a mi amigo Rafael Moga, por no haberle podido corresponder hasta ahora a sus continuas peticiones de colaborar en el periódico BAILÉN AL DÍA. Aunque no es mi intención excusarme, sí le he explicado que los únicos motivos son de índole temporal -como la vida misma-, y que otras obligaciones, llámese Bailén Informativo, Asociación Caecilia o Asociación General Reding, me han impedido afrontar esta ilusionante propuesta con las suficientes garantías y disponibilidad. Por ello, me atrevo a solicitar de las autoridades pertinentes estudien con detenimiento y mimo la posibilidad de establecer los días de treinta y seis horas, en lugar de las veinticuatro actuales, al objeto de poder realizar en una misma jornada un mayor número de actividades de las que hoy, por razones temporales, somos capaces de ejecutar.

Hoy hemos coincidido en el Hotel Bailén, en el marco del Foro Caecilia que tan inteligentemente dirige y organiza cada año desde hace al menos un lustro, nuestro mutuo compañero y colaborador de BAILÉN AL DÍA y de BAILÉN INFORMATIVO, José María García Verdejo, un grupo, yo diría de Iluminatis que desde hace un tiempo -siempre surge el mismo vocablo, que nos avisa de nuestra condición limitada- , contra vientos de incomprensión y mareas presupuestarias, editamos, organizamos y colaboramos en medios de comunicación locales y provinciales. Coincidíamos en reconocer la buena salud de los medios locales y del periodismo bailenense, en donde de un tiempo a esta parte han venido proliferando medios de comunicación variados que nos permiten acceder a toda la información que acontece en nuestra localidad, así como en la provincia. Incluso, en una suerte de chauvinismo rayano en lo humilde, surgía como bendición el hecho incuestionable de la exportación a otros medios, escritos y hablados, de plumas y voces periodísticas de alto nivel que han hecho de la información su medio fundamental de vida. De su análisis deducíamos la buena salud del periodismo local y por ende el amplio abanico ideológico, que traducíamos en una suerte de libertad de expresión y de opinión. Otra cuestión distinta es la actual situación económica, que evidentemente afecta a nuestros medios, toda vez que sería imposible sobrevivir sin el necesario apoyo presupuestario que aportan las empresas de Bailén, y que hace que en estos momentos la travesía por el desierto de la noticia sea un camino serpenteante y espinoso.

En el fragor de la tertulia surge el incuestionable hecho de que a la vez que proliferan los medios de comunicación tradicionales como la prensa escrita, las radios y las televisiones, florecen otros alternativos, fruto de las nuevas tecnologías, no menos interesantes, y que ocupan por derecho su propio espacio en las redes sociales, y a los que también desde algunos medios informativos nos hemos sumado en un intento de recuperar el futuro y pervivir en esta jungla tipográfica.

Hablamos de valores, de ética, de humanismo, de educación, de Cultura con mayúsculas, de las experiencias vividas, de las anécdotas sobrevenidas, de los nuevos compañeros que se incorporan a este hipnotizante mundo de las palabras susurradas y que están aportando una savia y vitalidad ilusionante para todos. Y por fin, el compromiso de continuar cada uno con la labor emprendida, sin desfallecimientos, sin medias tintas, a pecho descubierto, contra ese viento de incomprensión y mareas de censura, con las velas extendidas hacia un horizonte en el que es probable que no estén nuestros nombres escritos con letras de fuego, pero en el que, a ciencia cierta, otros continuarán sosteniendo la imparable nave de la comunicación hasta arribar en buen puerto.

Hemos sabido intercambiarnos opiniones, proponer nuevos encuentros y agruparnos en torno a una idea de progreso. Hemos volado por encima de nosotros mismos y de nuestros particulares espacios periodísticos, y aunque a veces los rostros se repiten y somos los mismos enfrentados al misterioso mundo, también hemos abierto las puertas de par en par para que entre la brisa de nuevas generaciones, en un intento de extender los pergaminos y permitir que se llenen de literatura y de cuentos. ¿Te atreves a decir lo que piensas? Te seguimos esperando.


Por Manolo Ozáez



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