domingo, 20 de enero de 2013

Premios CAECILIA 2010 (publicado en B.I.)





Excelentísimo Embajador de Dinamarca (por motivos personales tuvo que marcharse a Madrid a la tarde, disculpándose por no poder asistir a la Gala de los Premios Caecilia), Excma. Delegada de Cultura, Vicepresidenta de la Diputación Provincial de Jaén, Señor Alcalde y demás concejales de Bailén, Excmo. Coronel de la Subdelegación de Defensa de Jaén, Alcalde de Guarromán, Teniente Alcalde de Huéscar, Voluntarios de Madrid, representantes de entidades y particulares premiados en esta edición, resto de compañeros de la Asociación Caecilia y de la Asociación Reding, y demás amigos que nos acompañáis realzando esta nueva edición de los Premios Caecilia, gracias, gracias y más gracias por hacerlo posible. Hace 16 años, algunos ilusos soñábamos con algún día poder reconocer a las personas y a las entidades que nos hacen la vida más segura y agradable; soñábamos con mirar a los ojos a la gente que luchaba por la cultura y por el desarrollo de nuestra ciudad y agradecerles de corazón el esfuerzo, escasamente correspondido, que se merecían. Después de 16 ediciones -¡madre mía que estás entre el público, cómo pasa el tiempo¡- y más de 150 reconocimientos cara a cara, como se deben hacer las cosas, podemos decir que hemos devuelto una parte ínfima pero notable, de la deuda contraída y nunca abonada al completo.


Como anunciábamos en la editorial de la revista Bailén Informativo que tenéis entre vuestras manos, los meses de agosto, septiembre y octubre han sido meses extraordinarios en cuanto a actividad de la Asociación Caecilia. No deja de ser curioso que cuanto más baja la economía y las dificultades monetarias de nuestras familias, más se hurga en la cultura y en el desarrollo intelectual.   Tal vez porque se disfruta de más tiempo, o acaso porque las huidas hayas que plantearlas hacia adelante y no por los precipicios de lo absurdo y sin sentido. Lo cierto y verdad es que durante más de seis meses, desde que nuestro buen amigo Jesús Ruiz de Burgos, nos planteara la idea de conmemorar la fugaz visita de Hans Christian Andersen a Bailén en 1862, nos hemos movido en la imaginaria línea del funambulismo kafkiano, pues para diez puertas que se nos abrieron, otras cien se nos cerraron. E incluso en ocasiones nos convertimos en pedigüeños con sandalias, aunque encorbatados, declamando una ayuda, ¡por favor una ayudita!, para alimento de un hambriento espíritu que, en períodos de crisis y carencias, se siente más que olvidado.


Daba vueltas en mi cabeza las curiosas relaciones que existían entre nuestros premiados. Y, emulando al más sagaz de los detectives, hurgué en las entrañas de sus currículos y averigüé aspectos un tanto enigmáticos. Déjenme que se lo explique: Podríamos comenzar este círculo de afinidades con La Guardia Civil, premiada este año como Entidad de Carácter Social, a la que es fácil relacionarla con otro de nuestros homenajeados, Antonio Osuna Luna, hombre de las Letras y de la opinión periodística; aspecto que simboliza mejor que nada y que nadie otro de nuestros Premiados, en este caso a Las Letras, el Diario Jaén, paradigma de compromiso con nuestra provincia. No podemos disociar el texto de un diario con la fotografía, y un extraordinario ejemplo de calidad artística es José María García Verdejo, reportero, y hombre ligado a la imagen desde que dio sus primeros pasos. 


La relación con la imagen tiene nombre en esta gala, Blas Galey Hermoso, que nos regala nuestra historia en imágenes sepia, en blanco y negro, ajadas pero llenas de vida. Se nos confiesa maestro, educador, al igual que lo es nuestra Bailenense del Año, María Luisa Zagalaz Sánchez, nieta de Ramón Zagalaz, creador del Himno de Bailén que hoy nos interpretará al finalizar el acto, la Asociación Musical Nuestro Padre Jesús, banda de la cofradía matriz de Nuestro Padre Jesús, que a su vez sirve de nexo con otro de nuestros homenajeados, Juan Linares Soriano, devoto de la Semana Santa y de la mística religiosa que envuelve nuestra Pasión, pero también empresario bailenense, ligado a la tierra, como la empresa Cerámica Santa Adela, que de su lecho de arcilla extrae sus productos cerámicos, bañados en los ricos esmaltes de ESMALSUR, líquidos y valiosos como el aceite de estas tierras, según nos explica su gerente, Diego Ortega, persona que comparte la afición deportiva, en este caso a la canasta, con nuestro premiado en el deporte, Pedro Maldonado Chico. 

 Y, para que se cierre el círculo entre nuestros premiados, ustedes se preguntarán, ¿y qué relación tiene Pedro con la Guardia Civil? Yo, que fui y soy amigo de Perico, les digo que ahora no, pero de más joven, de niño, cuántas veces tuvo que correr de la Guardia Civil para evitar que le echaran el guante, porque golfo, o al menos inquieto siempre lo fue. Lo siento Pedro, pero tenía que buscar el nexo de unión, y no se me ocurrió otra idea.


Al margen de la broma, que es una argucia para distender el acto, decir que solo una ligera mirada a sus serenos rostros y es fácil darse cuenta de su nerviosismo, pues no están acostumbrados a recibir premios u homenajes, ¿qué han hecho para merecer esto? se preguntan ellos mismos, sin percibir siquiera un atisbo de la gratitud que les dispensamos. No trabajan para o por los homenajes, ¡no!; tampoco por escalar la cúspide de la codicia y el hedonismo. Una leve mirada nos muestra a personas sencillas que mañana seguirán siendo las mismas, a veces contracorriente, levantándose de madrugada para hacernos la vida más fácil, más agradable como os decía, más sencilla. Quizás nuestro aplauso les sirva como acicate, como estímulo en horas bajas que todos tenemos.


Tal vez alguien en la calle, de soslayo, rozándoles apenas, les susurre al oído: ¡gracias! Nosotros con eso ya nos conformaríamos, pues tampoco se trataba de descubrir las Américas, como hiciera Juan Espejo con el Jaén de Bracamoros peruano, aunque eso es… otra historia. Muchas gracias. 






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