jueves, 27 de diciembre de 2012

Se escribía este artículo en el Mundial de Fútbol de 2010



 

Curiosamente España quedó Campeona del Mundo por 1ª vez en su historia, a pesar de iniciarlo con una derrota ante Suiza.

 

Derrota de España en el Mundial de Suráfrica contra Suiza

 

CRÓNICA SUI GENERIS.


Estábamos avisados que cuando se parte como favorita y ninguna voz se eleva para decir que la derrota podría darse, al final acabamos sucumbiendo. Eso le ha pasado a España, que la prensa, las aficiones, "los entendidos en esto", y toooooo el mundo daban por hecho que la Selección Española de Fútbol golearía a Suiza, o al menos que vencería, pues sabemos que siempre el partido del debut es el más complicado, por aquello de que aún no se ha cogido el verdadero tono, los nervios, el atenazamiento, la puesta en punto de los jugadores y miles de cuestiones más.

Aunque yo también era de los que pensaba que tenía fácil la victoria, algo me decía en el interior que nos precipitábamos en concederle el triunfo sin tan siquiera haber pitado el árbitro inglés el saque inicial. Por cierto que el inglés estuvo fatal, a pesar de que honradamente no creo que haya influido en el resultado, pero siempre nos perjudicó en las decisiones conflictivas.

Ahora solo nos queda la épica. No se puede fallar más. Solo vale la victoria, ni tan siquiera el empate. No obstante pienso que tanta euforia en torno a la selección de fútbol de España no beneficia el buen juego, como se ha demostrado en este partido en el cual los jugadores españoles estuvieron demasiado precipitados y exhibieron poco compañerismo y altas dosis de individualismo entre sus delanteros, "demasiados chupones arriba".

¿Qué es lo peor que nos puede pasar, que perdamos y nos tengamos que venir para casa sin superar la primera fase? No hay que dramatizar, pues no deja de ser un juego, un deporte, una competición en la que no nos va la vida, si bien un país en crisis y hasta cierto punto triste en estos momentos, necesita de alegrías y de hechos colectivos que incrementen nuestro amor propio y aumenten nuestra autoestima. Aunque solo sea por unos días, por unos instantes. Eso, a lo que nunca le hemos dado demasiado importancia, hoy, los sociólogos y psicólogos de masas, reconocen que sienta bien a la salud colectiva. Por ello, no ya por ellos, que cobrarán sus suculentas primas si consiguen sus objetivos, sino por nosotros mismos, sería bueno que pasáramos la primera fase con dos victorias, que superáramos los octavos de final aunque de forma dramática, que luego en cuartos, a buen seguro refrendaremos con nuestro buen juego ese espíritu de "la roja", y después las semifinales y la final serán coser y cantar, pues los escalones difíciles se habrían superado, y será cuando proclamaré que llegados a dicho punto, 100 % x 100 % de probabilidades de que seamos campeones del mundo. ¡Qué tampoco eso será la panacea ni la respuesta a todas nuestras preguntas! ni lo que facilite la resurrección económica de nuestras gentes.

Seguro que no.

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