miércoles, 26 de diciembre de 2012

¡Qué pasada deportiva!

Artículo aparecido en B.I. el 21.09.09


    Sí, nosotros también nos declaramos fanáticos del deporte, hinchas de la pasión, adoradores de las estrellas del firmamento deportivo, satánicos de las tardes del carrusel de los domingos, idos de la pelota.

Esta tarde del domingo 20 de septiembre de 2009 no era para menos. Formará parte de nuestro imaginario heroico, máximo si tenemos en cuenta que descansábamos de las retransmisiones deportivas de la F-1 y del motociclismo, deportes donde España alcanza cotas elevadísimas en el panórama internacional -Fernando Alonso temporalmente, y digo temporalmente, no alcanza tales cotas de éxitos, pero insisto, es temporal. Por cierto, mi hermano Miguel y su mujer Mari Jose me van a enviar unas fotos de su estancia en Monza la semana pasada asistiendo a la F-1 y en las que veremos a Lobato, a Schumacker, a De la Rosa y a otros. Os lo prometo-.

Recapitulando, hoy hemos disfrutado los hinchas, fanáticos, adoradores, satánicos e idos del deporte, de acontecimientos cientos que nos han hecho aferrarnos a la silla de la cafetería de Las Palmeras, o al sofá de la casa, con el intervalo de un bautizo familiar por el medio. Hemos asistido a la victoria sobre Israel en la Copa Davis de tenis y el pase de la roja a la final, incluido el cántico de soy español, español, español. Hemos vibrado con la victoria en la Vuelta Ciclista a España del murciano Alejandro Valverde, ciclista de éxitos en etapas pero que no contaba en su palmarés con una gran vuelta, y ya era hora. Los madridistas, aunque sufriendo hasta el minuto 74, celebramos el triunfo del Madrid sobre el Xerez por 5 a 0 -lo sentimos por el equipo andaluz, pero eso es la Primera División del Fútbol español: hay que sufrir-. Y para broche la medalla de oro en el Europeo de Polonia para la selección de baloncesto, sobre Serbia en un partido vibrante, apabullante, en el que le hemos sacado 22 puntos de diferencia a un equipo ex-yugoslavo en una final. Ahí es nada.

Por ello digo que aunque nuestra economía no esté bollante, que no lo está, que las familias lo están pasando mal por esta dichosa crisis, hoy al menos hemos aparcado durante unas horas las preocupaciones y el malestar para vibrar con la roja y también con el blanco.

Me acuerdo que hace un tiempo alguien insinuó que las victorias en lo deportivo favorecían el superar las crisis económicas, y lo justificaba en el hecho de que la sensación de alegría colectiva que produce contamina a otros aspectos de la vida social y por ende económica: se estimula el consumo, la gente sale a la calle a respirar aires nuevos, se olvidan los problemas, todo lo vemos de otro color. Y me pregunto, ¿será que las crisis son en ocasiones más una cuestión mental o ilusión óptica que realidades? O ¿de donde surgen las crisis? ¿Porqué antes no existían tales limitaciones y al día siguiente todo cambia y nos sumerge en la desidia y la desgracia? ¿Se necesitan estímulos exteriores, no solo recetas económicas, para superarlas? La respuesta obviamente es sí, pero profundizando, ¿el deporte puede contribuir a esa necesaria recuperación moral y económica que todos anhelamos?

No asiento, no opino, no realizo afirmaciones categóricas o dogmáticas de fe, sino que simplemente pregunto para que tú me respondas.


Manolo Ozáez

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