miércoles, 19 de diciembre de 2012

Publicado en el blog de BAILÉN INFORMATIVO. Mes de agosto del 2009



BICENTENARIO DE LA BATALLA DE TALAVERA. Viaje iniciático

_________________

El sábado 27 de junio nos reuníamos en la puerta del Cuartel de Artillería de Bailén, próximo al Polideportivo 19 de Julio y frente a la piscina de los Hermanos Criado, Miguel Ángel Perea, Fati Soriano, Kini, Nico Ozáez y yo. El primer escuadrón había partido al mediodía del viernes en dirección a Talavera de la Reina, Toledo, con la misión de solventar la logística del grupo. Antes de partir tuvimos que esperar la incorporación del soldado del Regimiento Suizo de Reding, Quini, que como siempre, tuvo una feroz escaramuza con las sábanas de su cama.
Con los carros preparados de vituallas y de vestimentas, nos dirigimos en dirección al Instituto María Bellido, atendiendo la súplica del artillero Miguel Ángel Perea, para desearle suerte a sus alumnos del Centro de Adultos de Baños de la Encina, en sus exámenes de graduación de la E.S.O. O al menos e.s.o nos dijo a nosotros.
Enganchamos el remolque con los dos cañones de calibres 8 y 7,5 milímetros respectivamente, y enfilamos la A-4 en dirección a Madridejos, haciendo una breve parada para surtir de carburante al medio de transporte, e inyectar aire en las cubiertas.


Salimos de Bailén sobre las 9,15 de la mañana, cruzando Guarromán, Carboneros, La Carolina, Navas de Tolosa y Santa Elena, para adentrarnos en el corazón de Despeñaperros. Parada en el Restaurante Casa Pepe para reponer energías con tostadas de aceite y café. A nuestro alrededor el ambiente caduco de una época pasada y gracias a Dios olvidada. A pesar de lo que algunos se creen, este santuario al franquismo no deja de ser una suerte de marketing que funciona por lo que significa de museo de nuestra historia reciente, amén de que una legión de extraordinarios productos gastronómicos y caldos, se dan cita en sus repletas estanterías. En esta abrupta serranía, en el municipio de Venta de Cárdenas, a mitad de camino del Restaurante Casa Pepe y el Restaurante La Teja, el Regimiento del General Reding inauguramos en el año 2008 un monolito en honor a los héroes caidos, por uno y otro bando, en los desfiladeros de Despeñaperros, defendiendo cada uno su idea de libertad y de ilustración. A todos, sin excepción, los honramos en aquella efemérides.
Continuamos por la senda de la A-4, antaño llamada Nacional 4ª, superando las poblaciones manchegas de Almuradiel, Santa Cruz de Mudela y Consolación, todas ellas en los márgenes de la gran vía de asfalto. Más tarde Manzanares, los Llanos del ..., Villarta de San Juan y Puerto Lápice. La calor de este mes de junio comenzaba a dejarse notar en las tierras manchegas. Poco antes de culminar la población de Madridejos giramos hacia la izquierda, tomando la autovía CM420 con dirección a Toledo. A nuestra izquierda la villa de Consuegra, exhibiendo sus lomas sobre las que se asienta un vistoso castillo medieval asentado sobre anteriores construcciones romas y árabes, y múltiples molinos en el Cerro Calderico, como los que describiera Cervantes en el Ingenioso Hidalgo Don Quijote. Salpicada la región por infinidad de molinos -recuerdo en esos momentos el episodio de Francisquete en Camuñas, y a nuestro amigo el armero Julio, que tan gentilmente nos ha atendido siempre-.

La ruta nos va descubriendo pequeñas y en ocasiones extensas poblaciones, como Casas del Mayorazgo, Garoces y Manzaneque, Mora o Mascaraque, sorprendiéndonos sobremanera la impresionante belleza del Castillo de Almonacid de Toledo, sobre una loma que esconde el pueblo a los viajeros. Se presume el castillo de origen árabe, aunque con vestigios romanos. La leyenda cuenta que lo tomó el Cid, denominándolo Almonas del Cid, que con el tiempo se convirtió fonéticamente en Almonacid.

Continuamos nuestro itinerario junto a Nambroca, Las Nieves y al fin Toledo, con sus impresionantes vistas de la ciudad antigua, donde destaca el emblemático Alcázar de Toledo, con su mezcla de estilos romano, churrigueresco, renacentista y plateresco, el castillo fortaleza de San Servando y su Catedral, joya de la arquitectura gótica. Iniciada en el siglo XIII y concluida en el XVI.



RECREACIÓN DE TALAVERA DE LA REINA. Viaje iniciático. 2º parte.



…como siempre el Kini la lió. Revestido con pantalones militares de camuflaje, camisa ajustada -que digo ajustada, ajustadísima-, derramando las obviedades por las cornisas del torso y togado con gorra de cazador cazado, fue apoltronarse en la monovolumen Seat Alhambra y se durmió como un lirón. El tiempo y la vida transcurría s su alrededor sin que se enterara ni un ápice de lo que iba la historia. Nico, copilotando, encontró entretenimiento fotografiando a algunos vehículos que sobrepasábamos a 131 km/h. escasos para evitar los flashes de la beremérita, que dirían en mi pueblo.

Miguel Ángel “el monje”, el sargento Fati flanqueaban al durmiente Kini mientras el paisaje nos sugería la aventura de un iniciático viaje que se presumía complejo, pero nunca aburrido. Surcamos la A4 en dirección a Talavera. Cruzamos Guarromán, La Carolina y Santa Elena, pertenecientes a las Nuevas Poblaciones que creara el intendente Pablo de Olavide por expreso deseo de Carlos III. Este episodio se recrea en Guarromán bajo la batuta de nuestro amigo José María Suárez Gallego, Cronista Oficial de la Villa. Atravesamos Despeñaperros donde se yerguen los pilares de lo que será la nueva Autovía que una La Mancha con Andalucía y que tanto quebraderos de cabeza dieron en su día a las tropas napoleónicas de Dupont y Sebastiani. En Venta de Cárdenas, hace un año, la Asociación Histórico Cultural General Reding, en colaboración con otra Asociación Cultural local inauguramos un monolito que honra a los caídos en el Paso de Despeñaperros en nuestra Guerra de la Independencia, inmortalizando las continuas gestas que allí se dieron y de camino recordarnos los errores cometidos por los pueblos, que resolvían sus diferencias con aterradoras masacres, hoy por fin superadas en Europa.
Luego Almuradiel, el Viso del Marqués, Santa Cruz de Mudela, Membrilla y Los Llanos –de no sé quien-. El Kini seguía soñando con el relincho de su yegua.Villarta de San Juan, Puerto Lápice y a la altura de Madridejos dejamos la A4 tomando por Consuegra y asomándonos a los molinos de Manzaneque, a Mora, Almonacid con su desafiante fortaleza hasta Toledo por la CM-42, dejándose ver la esbeltez de su Alcázar, impertérrito, testigo de cientos de acontecimientos. Hoy, por desgracia, solo recordamos la toma republicana de la fortaleza defendida por el General Moscardó, en el marco de nuestra Guerra Civil, obviando los hechos históricos y a las distintas culturas que hollaron sus piedras a lo largo de los siglos. Encaminamos la Seat en la ruta hacia el oeste peninsular por las poblaciones de La Puebla de Montalbán y el Carpio de Tajo hacia el pueblo de Álvaro Bautista.


Los caballos pastaban por las sendas próximas a Talavera. La Sierras de San Vicente y de La Jara se dejaban ver en el horizonte. El destino era visible, enmarcado entre la vegetación de monte bajo de la zona, encinares, robledales, enebros, castaños, pinares y jaras, además de algunos ejemplares de olivos. Distinta a la sequedad que habíamos disfrutado en el resto del trayecto. Molinos, atalayas y castillos jalonaban nuestra ruta hacia Talavera de la Reina, más alejada de Bailén de lo que en un principio habíamos supuesto. En total habíamos dedicado más de tres intensas horas de un día de junio a serpentear por la geografía española, alcanzando el pabellón de ferias donde nos alojaríamossobre las 13,15 horas. Resuelta la intendencia dedicamos un buen rato a saludar a los compañeros recreantes de la Asociación Dos de Mayo y de los Desastres de la Guerra, de la hermana ciudad de Móstoles; coincidimos con Manolo Ruibal, nuestro amigo de Pontevedra que se acababa de proclamar subcampeón de España de tiro con arma de avancarga -otros años obtuvo el Campeonato-.


Agotados por el largo desfile que acababan de celebrar por la ciudad, nuestros amigos malagueños del Regimiento nº 3 de Suizos de Reding, al mando del capitán John Valera, nos saludaron efusivamente; al igual que los Voluntarios de Madrid, los maños del Regimiento de Luis Sorando; los bailenenses del Regimiento de La Reina, de la Asociación Voluntarios de la Batalla de Bailén; los leoneses de Arsenio y Héctor Zumeta, los húsares de Iberia de Demetrio; y los incombustibles amigos de La Albuera que están en todos los fregaos, incluido el compañero que representa al General Castaños en la extraordinaria obra de teatro que todos los años se recrea en la ciudad pacense con motivo de sus Fiestas en torno al aniversario de la sangrienta Batalla de La Albuera que enfrentó a los aliados ingleses, españoles y portugueses, al mando de mariscal británico Sir William Beresford y los generales españoles Francisco Javier Castaños y Joaquín Blake contra el ejército napoleónico comandado por el general Soult.


Etc. Etc. Etc. Pues es difícil acordarse de todos los participantes.



Perdón por el olvido nunca intencionado.



Nos recibió un amable concejal de cultura que no nos abandonó ni en un solo momento, agradeciéndonos en la comida nuestra presencia. A la tarde, por las inmediaciones de las ruinas de las murallas de la ciudad, recreamos con bastante fastuosidad el acontecimiento ocurrido en 1.809 y en el que perdieron la vida tantos y tan buenos hombres de nuestra vieja Europa.
A nuestra pieza de artillería se incorporaron dos hermanos gallegos de la Asociación The Royal Green Jackets, el excelente artificiero Carlos Brea Eiroa, coordinador de la Batalla de Elviña en A Coruña, y nuestro amigo “el doctor”.Como siempre cumplieron con pulcra fidelidad su cometido, siendo felicitados por el oficial al mando, el teniente Manuel Ozáez. Algunos artilleros decidieron apoyar a la infantería ligera y tomando los mosquetes se incorporaron a la vanguardia. Por cierto, tuvimos que formar parte del contingente francés que luchó en la Batalla de Talavera de la Reina, comandado por el general Victor y con la presencia del propio rey usurpador José I, hermano de Napoleón, y los generales Sebastiani, Jourdan y Soult que se encontraba de camino desde la cercana Salamanca.


BATALLA DE TALAVERA DE LA REINA. 3ª Parte



En el Pabellón de Ferias de Talavera tuvimos que andar listos para coger camas, aunque el asunto de los colchones fue más complicado, teniendo que dormir sobre duras colchonetas de gimnasia, y sin almohadas, lo que a decir verdad no supuso ningún problema, pues a las 3,30 de la madrugada, cuando nos acostamos, los cuerpos pedían reposo y no lujos. Sobre la nave del pabellón donde nos alojábamos los grupos de recreación, que a la vez servía de restaurante y catering donde se nos sirvieron las comidas, por la noche funcionaba a pleno rendimiento una terraza-disco-pub de verano, formando parte de un complejo deportivo enorme que incluía las instalaciones de las piscinas municipales y zonas deportivas.


La discoteca al aire libre asemejaba un desfile de modelos, pues las chicas talaveranas, de una belleza extraordinaria, rivalizaban en atuendos, peinados, morenos cutis desolárium, entre ellas. En número muy superior a los chicos, exhibían sus calidadeshumanas como si de un concurso de mises se tratara. De las 11 de la noche a las 2 de la madrugada predominaban las tribus de 17 a 22 años. A partir de las 2, paulatinamente, se iba sustituyendo por otros grupos de más edad, pero no menos estéticos. La organización de los actos de recreación tuvo la gentileza de facilitarnos libre acceso a todas las instalaciones municipales, incluida piscina y discoteca, por lo que es justo agradecerlo desde esta tribuna y felicitarles por la organización de los eventos.
La representación de la Batalla de Talavera de la Reina, que cumplía su bicentenario, resultó de una plasticidad sobresaliente.



Cañones de artillería, uniformidad reglamentaria de la época napoleónica, disparos de mosquetes, olor intenso a pólvora, chispotes de brasas encendidos.



Y todo ello en el marco antiguo de la ciudad talaverana, junto a sus reconstruidas murallas y su infinidad de parques y alamedas, bien surtidas de estanques y arboleda. Además, el acto del sábado se postergó a la noche para evitar las inclemencias del sofocante inicio del verano. En el del domingo, celebrado en La Alameda, se eligió un extenso paraje surcado de árboles que amortiguaban el rigor del estío, y el apoyo de infinidad de voluntarios que suministraban agua, acuarium y cocacolas a los sufridos actores.
No obstante, tuvimos que cargar el cañón sobre el remolque bajo un fuerte aguacero que nos pilló de improviso. Son los gajes del oficio de artillero, diría el Fati. Y, tras despedirnos de los amigos que allí dejamos, con las pilas recargadas giramos en dirección a Bailén, surcando el mismo camino en dirección contraria, hasta la próxima Recreación de La Coruña el último fin de semana de julio y principios de agosto.

Entre ambas recreaciones surgió el concierto de John Fogerty, quien fuera líder de los Creedence Clearwater Revival, en el Festival de la Guitarra de Córdoba, del cual os ofreceremos algunas fotografías y algún video para deleitaros con esta leyenda de la música americana

No hay comentarios:

Publicar un comentario