BAILÉN INFORMATIVO ESTRENA CORRESPONSAL EN PARÍS Y LONDRES
Habrá que aprovecharse de alguna
forma de tu viaje-saltamontes a París y Londres. En primer lugar, espero no te
pierdas el paseo nocturno -con champagne incluido- por las barcazas del Río
Sena, bajo sus infinitos puentes de piedra y alguno que otro de hierro. Por
supuesto, deberás subir a la tercera planta de la Torre Eiffel -yo solo subí
hasta la segunda por mor de acompañar a mi familia-. La inevitable foto en el
Hospital de los Inválidos junto a la tumba de Napoleón. Fotografíame los
cañones que bordean la entrada y copia los planos de alguna que otra pieza de
su Museo de Artillería.
No se te olvide, mi petit
corresponsal, escudriñar el Arco del Triunfo, al final de los Campos Elíseos,
en la plaza del general De Gaulle, para confirmar que el nombre de Bailén como
batalla vencida por los franceses en las guerras napoleónicas no está inscrito
en el Monumento, a pesar de lo que defienden todo aquellos que no lo han
visitado nunca, pero que dicen que lo han visto. Es probable que alguno lo haya
visitado pero no con la intención de investigar el bulo sobre la Batalla de
Bailén, como si se tratara de una visita rápida de grupo de ¡vamos, vamos, que
se va el autobús!, ¡rápido, rápido, al siguiente monumento!: contrareloj.
Lo demás, los paseos románticos por
los járdines de Luxemburgo, como dos enamorados, pues no lleváis aún un año
casados, el espectáculo nocturno en el Moulin Rouge, la subida a la Basílica
del Sacré Coeur, junto a Montmartre, imbuida de artistas mientras tomáis una
cerveza o un refresco tonificante.
Sabemos todos que ver, menos aún
conocer París en tres o cuatro días es una utopía, es del todo imposible. Como
mucho repasaremos de soslayo los lugares más turísticos, las fotografías más
repetidas como Notre Dame en una de las islas del Sena -hermosa isla por
cierto-, el puente del Alma donde Lady Di encontró la muerte y con ella el
mito. La Defensa de París. Te sorprenderás al comprobar que La Bastilla no
existe, es solo un recuerdo, aunque los franceses nos lo venden como si aún
existiera en piedra, como si su presencia fuera una realidad. Son miles,
millones de páginas de papel que nos han llegado, pero de la fortaleza, del
castillo, de la prisión no queda absolutamente nada en pie.
No te preocupes, encontraréis otros
lugares emblemáticos, como el Louvre, a pesar de que una marea de japoneses,
máquina de fotos al hombro, te impedirán acercarte al cristal que cubre a la
Gioconda, a no menos de veinte metros. Te aconsejo que te evadas y disfrutes
del resto de la pinacoteca, sobre todo de la Virgen de las Rocas, también de Da
Vinci, y muy probable -casi seguro- técnicamente más perfecta que la Monna
Lisa, si bien no fue robada por un guarda del museo y posteriormente recuperada
lo que la convirtió en un objeto de culto. París bien vale una visita y un
artículo. En el año 2005 que la visité, no pude sustraerme de dedicarle un
artículo que publicamos en la revista Bailén Informativo -veáse el ejemplar
correspondiente- y aunque facilitaba algunos datos, curiosidades y consejos,
cada ojo que contempla la capital francesa, descubre tonalidades distintas. Así
que prefiero que la disfrutéis por vosotros mismos, pero no olvides enviar tu
crónica.
En breves fechas me remitirás otra
crónica de Londres, a la que nunca visité y a la que me comprometo a viajar en
cuanto mis ocupaciones y actividades me lo permitan. Mientras, sigo esperando
paciente tu respuesta al alimón, corresponsal en París y Londres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario