Sencillamente geniales. Los 4 actores que dan vida a esta obra de teatro, trágica por una parte, pero a la vez con su dosis cómica, se desenvuelven por la escena tal y como son: geniales. Actorazos. Fijaos si son geniales que hasta en la foto tomada con un móvil, aparecen bajo una aureola o luz blanca intensa, propia del estrellato.
Disfrutamos como enanos (o pequeñas personas que es más correcto) con la trama representada por dos parejas aparentemente normales pero con una carga de individualismo y egoísmo propia del tiempo que nos ha tocado vivir.
Con cuatro simples elementos: una mesa baja de reunión, un sofá y dos sillas, un bar en forma de esfera del mundo y una mesa sobre la que se asienta un teléfono, dan vida a las frustraciones, complejos, personalidades que encierra todo ser humano, tan distintos y equidistantes entre ellos.
Nuestro amigo, J. P. Lendínez, otrora PREMIO CAECILIA A LAS ARTES, borda a su personaje. Está preparado para el gran salto a otros escenarios y otras pantallas, sin lugar a dudas.
BAILÉN INFORMATIVO.
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