miércoles, 25 de diciembre de 2013

EL NARCOTRÁFICO GALLEGO, LA LITERATURA Y EL CINE (y las latas de conserva), por CARLOS BREA EIROA

 Artículo aparecido en el número 116 de la revista BAILÉN INFORMATIVO, de diciembre de 2013.


Carlos Brea Eiroa ejerce de Embajador de CAECILIA en Galicia. Escritor y artillero de vocación, ha participado en decenas de recreaciones históricas, tanto en Bailén como por toda la geografía española. Colaborador de la revista BAILÉN INFORMATIVO desde hace años, fue entre otros, autor del artículo “In Memoriam de otro gran amigo, José Eiras Pérez”, y que se nos olvidó titular en el anterior número de Bailén Informativo, lo que corregimos a través de esta introducción.



EL NARCOTRÁFICO GALLEGO, LA LITERATURA Y EL CINE
 (y las latas de conserva)

El primer premio internacional concedido a un actor de cine español, que recuerde, fue para reconocer el gran papel de actor secundario de Fernando Rey en el filme The French Conection. Se trataba de una película sobre las redes del narcotráfico internacional. El citado actor se llamaba realmente Fernando Casado Arambillet. Era coruñés. 

Galicia es conocida en el mundo entero por muchas bondades: porque posee una de las mejores gastronomías del mundo, el sabor de sus carnes, pescados, mariscos, panes, leches, quesos y en general la cocina gallega –por su extraordinaria materia prima- no tiene rival; por un paisaje en el que cada 10 km de costa o interior es un nuevo bello balcón verde y lujurioso, diferente al anterior y diferente al que le sigue, que se van abriendo a nuestra vista y nuestro paso; por las mejores conservas de pescado y marisco del mundo; porque en el ránking de las mejores playas del mundo está en Galicia la nº 1: en el Parque Natural de las Islas Atlánticas, exactamente es la playa de Rodas en las Islas Cíes, reconocida en una encuesta realizada entre yuppies, magnates y viajeros mundiales por el diario The Guardian; por la emigración pujante gallega, que detenta los negocios y las fortunas más grandes en Iberoamérica; por sus ilustres escritores, premio Nobel incluido –Camilo José Cela- y el más grande de todos, que aunque no se le otorgue nuestra nacionalidad, sin atribuírsele ninguna otra con claridad, no sé por qué aún todavía no, ya que con su mismo nombre y apellidos, que son dos topónimos gallegos puros son con los que ya demuestra su origen: Miguel de Cervantes y Saavedra, por ello se entiende que es de origen gallego puro; como también debería de ser gallego Cristóbal Colón de Fontanerosa, asimismo, creemos, natural de esta tierra de excelentes marinos y navegantes. 

Pero Galicia es conocida en el mundo, también, por una maldad inextirpable: el narcotráfico, por la industria de la droga, que aquí ha enraizado debido a la ubicación privilegiada para ruta y paso de estupefacientes entre América y Europa, entre África y Europa. Es la Galicia Conection del siglo XXI. 

Un amigo intelectual, escritor, de Bailén, ha leído un libro sobre las drogas que le ha enganchado, nunca mejor dicho, desde la primera página a la última. Se trata de “Todo es Silencio”, de Manuel Rivas. Sin tener el fuste, brillo y esplendor de los anteriormente citados escritores –empañando su brillo literario magistral natural en los últimos tiempos por esa re-visitación pertinaz y ofuscada de la Guerra Civil en la que se empecina en defenestrar el bando ganador, el bando nacional, pertinaz a sabiendas de que los que ganaron, ganaron, y los que perdieron, perdieron inexorablemente, y eso es ya historia incuestionable-, este excelente escritor coruñés, Rivas, trata en este extraordinario libro del narcotráfico, desarrollando su acción en un pueblo gallego, en un pueblo en el que todos viven de las altas rentas de la droga, pero de cuyo negocio nadie habla, un pueblo en donde todo es silencio sobre este tema. Este gran amigo bailenense, enterado de que tuve la suerte y honor de participar entre el reparto de actores que rodaron, bajo las órdenes del director albaceteño José Luis Cuerda, quiere que comparta con Bailén Informativo esta gran experiencia del rodaje, al lado de actores tan importantes como Juan Diego, Miguel Ángel Silvestre el famoso “duque”, María..



Pues bien, los dos adjetivos calificativos con los que definí, defino y definiré esta experiencia personal rodando la película Todo es Silencio son: rodaje agotador (rodamos fiestas de los narcotraficantes en sus lujosos pazos gallegos, de noche, el rodaje nocturno es lo más agotador que existe en cine) y rodaje enriquecedor (estar al lado de figuras como Cuerda, Juan Diego, Silvestre, enaltece la gana de seguir por esta actividad gratificante de actor y enseña los modos y formas más puristas del séptimo arte). Fue rodada íntegramente en los mágicos exteriores de la costa de Galicia y en un par de bellos palacios señoriales del noroeste de España, que aquí se les llama pazos. Visionando el film disfrutaréis del ambiente inigualable de Galicia. Una película con dotación material y económica que nos permitió disfrutar muchísimo trabajando, soñando, comiendo, viviendo todos juntos. Me quedo con que lo más importante de rodar una película, para el modesto entender de mi ego, es que por ello se pasa a la condición de inmortal. Me explico: Desde el actor principal hasta el último que sólo interviene haciendo bulto, como es mi modesto caso, el hecho de ser grabado y enlatado en la película representa que para siempre seguiré vivo para la posteridad. Peter Sellers, Marlon Brando, John Wayne, Ava Gadner ya son inmortales por estar enlatados. Ahora es el celuloide, más adelante es el recording analógico, ahora es el digital… cualquiera que sea el soporte magnético que lleve impresa mi imagen en el futuro, ahí estaré con todos los demás actores y actrices, como aquél verano del rodaje, per secula seculorum. Nuestros tataranietos, que yo no conoceré, irán al cine (si existe ese término y ese lugar donde se proyecten películas, dentro de 100 años) a ver Todo es silencio y le dirá a su novia o a sus amiguetes: Ese, ese es mi tatarabuelo. El cine nos hace inmortales   

Anécdotas de la grabación de Todo es Silencio:

-¡Miguel Ángel, en esta escena tienes que besar con más pasión a …!- (era de noche, hacía un frío de la leche, la actriz estaba congelada, tiritando con un vestido de tiritas en hombros, Miguel Ángel con una camisita de seda, una escena que requería calor y pasión, pero rodada a la intemperie, en un pazo gallego, en la ribera con la brisa de la ría, de noche), le ordena Cuerda a Silvestre.

-De acuerdo, director-, responde Miguel Ángel Silvestre, frotándose las manos, pateando el suelo para calentar los pies, la agarra a ella por la cintura, la aprieta y empiezan a morrearla sin parar ni hacer caso al ¡corten!. Se tiene que levantar Cuerda, se acerca a ellos y le espeta:

-Miguel Ángel, no le pongas tanta pasión porque os vais a correr los dos, más normalito, más normalito, y sin lengua, por favor.

Otra: Los de atrezzo diseñaban y ponían todos los detalles, objetos, minuciosamente, para rodar. Como se trataba de narcotraficantes que daban fiestas y orgías con preciosas meretrices despampanantes (putas) del Este, entre champagne y fuentes de marisco, canapés de vieiras, empanadas gallegas de pulpo, quesos de tetilla y mil exquisiteces, bellamente expuestos en los jardines del pazo, era un espectáculo gastronómico. Allí estaban, sin ser tocadas las viandas para que lucieran bien en la filmación de las fiestas. Pero como estábamos rodando durante doce horas seguidas, cada vez que pasábamos al lado de una bandeja de gambas desaparecía una o dos… hasta que el director dijo por altavoz: “Por favor, señores y señoritas actores, tengan la bondad de pasar por el buffet general cuando quieran y sírvanse lo que quieran, pero ¡por favor, coño, dejen de ir llevándose poco a poco el marisco de las bandejas, que va a salir en imagen una fiesta muy cutre!

Otra: Me dirijo, después del descanso para la comida, durante el rodaje, a la lujosa autocaravana, que le puso producción al primer actor, en donde descansa Juan Diego.

-¿Podemos hacernos una foto, para mi book de actor?- le pregunto a Juan Diego.

Cómo no, rapaz, vamos allá! ¿Qué papel es el tuyo, Carlos?- me inquiere este grandísimo actor español. 

-Hago de abogado del narcotraficante Manuel de Lira-. Le digo, un poco acomplejado porque me lleva del hombro, caminando a la vista de todos los que trabajan en la película, director incluido. Me responde, engolando su voz grave, tremenda, como actuando, pausadamente.

-Pues en vestuario te han dado un traje de narcotraficante, pareces Sito Miñanco, no es traje de decente abogado, si es que existe algún abogado decente en este mundo, porque lo primero que hace un narco cuando consigue sus primeros millones es ir a un sastre para que le hagan el mejor traje con la americana cru-za-da, eso sí, cru-za-da, como las de Al Capone. Aunque, de todos modos vas bien vestido, chaval, vas de los años 70.  

Invito a todos los lectores de Bailén Informativo que lean el libro Todo es Silencio y que después visionen la película de Cuerda. Se harán una idea bastante exacta de lo que les quiero decir cuando me refiero a Galicia Conection. Ya me contarán.

Y yo les diré, próximamente, particularidades de otra película, también largometraje de 160 minutos, en HD y Dolby Digital, del gran director Jesús Font, que hemos grabado recientemente en Galicia, finales de 2012, a medias con Continental Filmes y Dream Team Concept unas productoras de Cataluña. Se titula Salazón. Ahí hago un papel –de bulto, claro- de un personaje perteneciente a la nobleza gallega, peluca de tirabuzones incluida. ¿Pregunto: No es verdad que una simple lata de conserva ha cambiado la vida nutricional del ser humano a partir del año 1800? Pues de eso trata la película. En ese año, un joven catalán de Blanes es enviado a Galicia para gestionar una pequeña salazón propiedad de su familia, que han instalado aquí en una ría gallega, buscando las sardinas que han desaparecido en el Mediterráneo. Un desengaño amoroso, así como las circunstancias políticas, harán que se quede toda la vida y que acabe montando su propia salazón. Su hijo mayor tendrá que luchar tanto como el padre, pero esta vez el objetivo será transformar el negocio artesanal de la salazón en la que será el motor industrial de la Galicia del siglo XX y XXI: la conserva de pescado. Contaré las anécdotas del rodaje, la impresión de la gente al vernos por las calles con las botas altas montando a caballo y los chaqués y pelucas propias de los dueños de las salazones de la época de Napoleón, en Galicia, en España, los atractivos escotes de las madames pompadour gallegas, el grandísimo cambio social que produjo el comer la carne y pescado en salazón a comerla al natural conservada artificialmente..., de cómo había que representar el gran negocio del siglo, la conserva y su importancia… pero eso será en el próximo Bailén Informativo, lo prometo. 

Carlos Brea Eiroa

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