sábado, 28 de julio de 2012

TROPELÍAS Y DESPILFARROS. Artículo de Manolo Ozáez para COPE JAÉN. 27/07/2012


Buenas tardes, y ante todo disculpas a todos aquellos amigos trabajadores de la banca, que son muchos, pero es que si callo, reviento.  Hace un par de días recibí uno de esos correos que, en un par de meses, da varias vueltas al mundo y que, en la mayoría de los casos no le prestamos excesiva atención. Ocurre que, en esta ocasión, tal vez sensible al problema que vivimos, y que no es chico, me afané en leerlo desde el principio al final, reconociéndole al autor, las más de las veces anónimo, -en estos casos me pregunto quién será el tal anónimo, que ostenta una producción literaria tan intensa-. Planteaba algo de una simpleza extrema, cómo es: los funcionarios de este país están soportando estoicamente la reducción continua de sus salarios mediante la congelación de estos y la eliminación de las pagas extraordinarias, medidas que desde los círculos más conservadores del país se alaban. Casi cinco millones y medio de desempleados a los que se les recorta el porcentaje a percibir de la prestación. Al resto de trabajadores que aún conservan su milagroso puesto de trabajo, también se les redondea a la baja sus emolumentos por la vía de la congelación de salarios y de la eliminación de los pluses de productividad, beneficios, dietas y otros complementos, cuando no la reducción de la jornada laboral. De los pequeños y medianos empresarios ni te cuento, pues probablemente sea el sector más afectado por la crisis, pues no solo ha visto menguados sus ingresos en porcentajes imposibles, sino que incluso ha tenido que recurrir a todos sus recursos disponibles: fondos propios, planes de ahorro y jubilación, entidades de crédito, familiares, amigos, etc. Decía este correo misterioso algo que hace tiempo comenzó a rodar por más de una cabeza debidamente amueblada de este país: “Si tan mal está la banca española, que acude al rescate, debido a su mala gestión, y no culpa de terceros, pues en su momento se lanzó como loba hambrienta al sector inmobiliario, buscando el máximo de beneficios con el mínimo de esfuerzos, y así se ve ahora, pues bien, si están tan descapitalizadas las entidades de crédito españolas, ¿para cuándo van a reducir los salarios, complementos, pagas y beneficios de los miles y miles de empleados que tienen a su cargo, con emolumentos desorbitados para como está el patio laboral del país, comenzando, por supuesto por rebajar un 1000 % los contratos blindados de los consejeros, asesores, directores generales y chupatintas que nos han llevado a esta insostenible situación.  Vaya por delante mis disculpas, pues son cientos los amigos de ese sector que puedo contar, no sé si mañana me quedará alguno, y recalcar que no tienen culpa los empleados de la banca del despilfarro de sus jefes, y de sus tropelías.


     Manolo Ozáez para COPE JAÉN

No hay comentarios:

Publicar un comentario