Hay que reconocer que la subida a la Peña de Martos por su cara sur es intensa, complicada y atrevida. Lo experimentamos Felicidad y yo en la mañana del domingo 13 de noviembre. Era un reto que nos habíamos impuesto y allá que nos dirigimos, pensando que iba a ser más fácil de lo que realmente fue. No obstante, el camino y, sobre todo, la llegada fue impresionante. Las vistas de Martos y de toda la comarca, como las localidades de Torredelcampo y Torredonjimeno y otras pedanías es, sencillamente, espectacular, tan espectacular como el ser que me acompañó en ese viaje y que me acompaña desde hace cinco años.
Ahí os dejo algunas fotos más para animaros a hacer la subida.
Nuestros besos de apasionado amor no podían faltar entre las piedras centenarias que aún hoy se conservan.
Y todo ello con el plus de andar junto a la chica más bella de mi universo.
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