(Contenido íntegro del libro publicado por Manolo Ozáez en 2012)
Si tuviéramos la oportunidad, utópica evidentemente, de
elegir una época de la
Historia para vivir una temporada en ella, sin lugar a dudas
mi elección sería el Renacimiento y en la Toscana , allá por los comienzos del siglo XVI. Ni
que decir tiene que al primero que me contraría allí, en ese tiempo y lugar,
bullendo de aquí para allá con un sin fin de proyectos en las alforjas, sería a
mi buen amigo Manolo Ozáez -don Nicolás
Manuel Ozáez Gutiérrez- porque lo que prima en él es, ante todo, su espíritu de
humanista polifacético. Manolo es, cómo lo diría, poliédrico en sus facetas y
sin embargo no tiene más que una cara; precisamente la cara de “dar la cara”
cuando es preciso.
Releo sus artículos, sus pensamientos, sus reflexiones, aquí
recogidas, y todas ellas nos dan testimonio que existe su Toscana interior y
particular, renacentista y humanista, como él mismo. Plena de caminos que se
cruzan, se descruzan, se retuercen, se alinean, se hacen curvos, divergentes,
convergentes, pero nunca tediosos. A la memoria me viene el cuento de
Borges El jardín de senderos que se bifurcan, y me lo imagino afirmando
como el sabio sinólogo Stephen Albert que el tiempo se bifurca perpetuamente
hacia innumerables futuros. Pues bien, en todos ellos habría un proyecto que
ser realizado por Manolo Ozáez. Hecho que constato porque cada vez que hemos
hablado siempre lo hemos hecho del futuro y nunca del pasado. Agua pasado no
mueve molino, pero siempre se espera la lluvia que traiga las aguas que habrán
de moverlo mañana, pasado mañana, y tal vez el próximo jueves a primeras horas
de la tarde, que es cuando el sol siempre trata de quemarnos las alas.
Manuel Ozáez es un hombre del Renacimiento por su espíritu
inquieto. Por ser el personaje de múltiples paisajes, pero también es descaradamente
mediterráneo. Tal vez un don Quijote llegando a la playa de Barcelona en pleno
siglo XXI, que como Federico Fellini piensa que no hay un final; que no existe
un principio; que solamente contamos para sobrevivir con la infinita pasión que
hay que ponerle a la vida, que en modo alguno nos permite ser indiferentes ante
todo lo que nos rodea y somos capaces de rodear con nuestro entusiasmo.
Manolo Ozáez, me consta, no ha venido a arreglar el mundo,
pero sí a contarlo, y fruto de ello es todo lo que hace y lo que escribe, por
lo que lucha y pervive. De ahí su necesidad de estar ahí, viviendo
apasionadamente todos los futuros posibles que el tiempo nos regala en cada uno
de sus instantes, listos para ser plasmados a través de cualquiera de sus facetas
expresivas y creativas.
Manolo tiene en Bailén
--su Bailén—la cruz y la espada de su Macondo más íntimo, luchando como
un coronel Aureliano Buendía para que nunca su ciudad padezca los cien años de
soledad de Bailén sin Bailén, en la ciénaga estéril de la indiferencia
cultural.
No puedo decir como él generosamente ha dicho de mi en uno de
sus artículos que de mayor quiere ser como yo
--craso error, Manolo--, porque yo ya soy mayor, pero sí deseo estar en
todos los futuros que el jardín de senderos que se bifurcan nos tiene
planteados en múltiples proyectos que como un estallido pirotécnico se
desgranan y se hacen luz. Luz para este oficio de tinieblas que es escribir.
Si en uno de esos futuros posibles han de fusilarnos juntos,
al menos que el coronel Aureliano Buendía que cada uno llevamos dentro recuerde
en ese preciso instante el día que conocimos el hielo --no el de helarnos el corazón, el otro; el
de bebérnoslo en vaso largo y con limón--, y dejen, permitan, que el circo pase
en esos momentos por las calles del Macondo en el que creemos en este presente
y por el que lucharemos en cada uno de los futuros. Y llegado el caso, que los
payasos suelten las fieras, y el jefe de pista inste a la orquesta que toque
hasta el final, hasta enterrarnos en el mar, ligeros de equipaje como los
músicos del Titanic.
José María Suárez Gallego
Consejero de número del Instituto de
Estudios Giennenses
Con la frescura de una
conversación, con café o copa de por medio, hasta la profundidad de un monólogo
televisivo. Así nos presenta Manuel Ozáez la actualidad y preocupaciones
diarias. Cuestiones que se nos plantean día a día. Pasando de una enseñanza
cuasi-budista a una opinión muy especial de su visión de la vida.
Un boceto previo, a lo que
podría desencadenar un ensayo arduo y
sesudo, tal cual el mismísimo Eduard Punset. Poniendo los puntos y las comas,
tal cual nosotros haríamos, pero Manuel Ozáez, con su característica forma de
usar la palabra, nos lo brinda y nosotros lo hacemos propio.
Nos permite disfrutar de una
tacada, de sus comentarios, de estas cuñas filosóficas, que a través de las
ondas, nos deleita y comparte con todo aquel que guste del buen hacer
periodístico. Un arte, que sí se crece en valor con los años y la experiencia.
Demostrado su larga andadura por estos derroteros.
Leamos por donde leamos, nos
transportará a nuestro vivir diario. A una reflexión de los acontecimientos
desde otro ángulo, desde otra postura. Distinta a la que nos imponen los medios
y quienes así los disponen.
Comprometido y dando valor a
su hábitat y a su medio. Impulsando y siendo motor y cadena de transmisión a su
alrededor. Desde la melancolía, a veces, hasta la irritación y el desespero, de
otras. Una batalla más. Esta vez desde las ondas y la opinión. Casi un diario a
grandes saltos.
De fácil lectura y compresión.
Valiéndose del sentido, hoy en día no muy común, y no del diccionario. Llegando
desde la visión cotidiana y preocupada de un padre de familia, un trabajador,
un empresario, un ciudadano…
Disfrutemos pues.
Antonio García de la Llave
Coordinador del Grupo de Lectura Tinta de Limón
Me es
solicitada una opinión, sobre el libro de un autor literario al que tengo ya
elevado a las nubes del proceloso limbo inabarcable que concierne al papel, a
la tinta y a la escritura contemporánea, que atiendo con sumo gusto y
agradecimiento. No será mi relato un panegyrĭcus
sobre el autor, a estilo latino,
ni tampoco un griego πανηγυρικός. Será, más bien, un homenaje al trigésimo aniversario de Bailén Informativo, del cual es alma mater el autor de este nuevo libro.
En este cultural informativo bailenense se me ha permitido tener el honor de
ser pluma invitada en bastantes ocasiones, más de las que se merece este
humilde escritor, autor de este comentario, que espero sea del agrado de todos.
Entrando ya en faena, sin más dilación, diré que se trata de un excelente
escritor, en ejercicio, de pura cepa jienense,
-me gustan mucho más el gentilitius
latino jaenés, y el de internacional al haber hollado campos de
batalla europeos con inmensa Historia e historias- que está a punto de publicar
su más reciente obra. El jienensismo
y españolismo a ultranza suyo y su valor intrínseco como escritor, merecen mi
comentario. Mi buen amigo Manuel Ozáez publicará
su libro subtitulado “La vida resumida en un folio, a una sola
cara y a doble espacio”, que,
modestamente, le sugiero que esto (escrito así, con “ ´ ” tilde diacrítica,
pese a la Real Academia de la Lengua , que desaconseja acentuar) lo consigne como subtítulo del libro que
lleve el de MISCELÁNEA como
título príncipe, al ser obra o escrito en que se tratan muchas materias
diversas y mezcladas, recopilación de sus más enjundiosos artículos que vieron
la luz en diversidad de medios impresos,
periódicos locales, revistas mensuales –Bailén Informativo-, y que tanto han agradecido los oyentes de la COPE.
Llevará , sin duda, valiosos prólogos de los que son sus
amigos y admiradores, no sólo por su obra, sus hechos, sus detalles, en fin…,
sino por su persona entrañable. En cuanto al contenido de la publicación, decir
que es un auténtico ejercicio de fina ironía, poniendo siempre el dedo en la
llaga y acertando de plano en las críticas –aceradas siempre, sangrantes nunca
– sobre temas de rabiosa actualidad.
La portada del volumen debiera printarse con su portentoso retrato, de cuando se metió en
el cuerpo y la sangre del General Reding,
caracterizado como tal héroe; ésa, y no otra, debería de ser la foto de la
portada, y el libro contendrá, asimismo,
si el autor lo tiene a bien, este humilde laudo, de este artillero del Regimiento de Artillería de Campaña número
28 de guarnición antigua en La
Coruña, en el Finisterræ, y Cónsul
Honorario de Cæcilia por la Gracia de Dios y el pueblo de Bailén, el
firmante Carlos Ramón Brea Eiroa,
servidor desinteresado de mi amigo Manolo y de sus lectores. Porque el artillero es servidor de su batería y de sus compañeros
siempre, hasta el morir, y de Santa
Bárbara, nuestra Patrona, que nos
protege y salva a todos.
Simpáticamente
le recuerdo al escritor, que habrá que hacer una corrección ¡o no! –tú decides-
sobre cómo titulas un artículo acerca de Ángela Merkel… (Ánjela Merkel –con
jota de cojones- que diría nuestro Juan Ramón Jiménez, y no “ánguela
merkel”, como se la llama impunemente por el vulgo televisivo) “…Cada
día son más las voces que nos advierten del gran error de seguir las pautas que
nos marca la señora Merkel, además de primer ministro, directora general de un
conglomerado de empresas e intereses nacionales que nos llevan a la ruina…, cuando debido, sin duda, a su
incuestionable pose de macho serrano andaluz y gallardo capitán artillero le
sale furibundo del escroto el titular tal artículo de la canciller alemana como
“GASTO PÚBICO”, sin duda pensando en aquello
–rasurado o selvático- que todos los europeos estamos de ella hasta la
entrepierna, dicho con todo el respeto a tal autoridad, pero con el máximo
enfado o cabreo coruñés y jaenés.
Manuel Ozáez es un
cronista incansable del hoy del mundo que le rodea. Su prosa, absolutamente
periodística y genialmente acertada, llena un libro que viene a compensar un
vacío existente en la bibliografía andaluza, y se afirma como hombre ya bragado
en el mundo de las letras, Deseo que esta especie de prólogo sea en un todo
acertado. A un texto absolutamente biográfico y preñado de anécdotas, datos,
efemérides, sucedidos y narraciones, se une un valioso conglomerado de
opiniones propias del excelente escritor Ozáez,
del que se deduce su valor patriótico y su escepticismo europeo, como nos
sucede a la mayoría de nosotros. El libro de don Manuel es una aportación, totalmente necesaria, al devenir de
España en momentos absolutamente difíciles y que el autor plasma con visión que
me atrevería a tildar de “casi fotográfica” hiperrealista. El capitán Ozáez -el alter ego del General Reding- es un escritor en sazón que, a mayor
abundamiento, ha actuado, con prestancia e hidalguía en series para la
televisión, en las que su apostura y respetable hidalguía y porte han jugado
carta de naturaleza.
El
libro no tendrá desperdicio y mi buen amigo Manolo Ozáez, gran empresario y multipolifacético señorito andaluz se reafirma, una vez
más –con su prosa fina y aristocrática-, como un escritor ya de peso y
reconocido prestigio, tanto en su epicentro
Bailén como en la radiación de su obra y bien hacer en horizontes más
amplios y lejanos. Todos le deseamos el mayor éxito y ya le va, anticipada, por medio de este
incondicional laudo, mi más cordial enhorabuena. Y continúe usted, querido
amigo mío, en esta línea, para beneficio de todos.
Carlos Ramón BREA EIROA
Diciembre
2013
Manuel Ozáez nos ofrece en este
libro una compilación ambiciosa, buena y breve de impresiones personales, un
gran lienzo en el que con trazos rápidos y certeros aborda asuntos de la más
diversa índole mediante palabras directas, sinceras, sin artificio. Al azar de
estas páginas, hallará el lector asuntos de política local, nacional o
internacional, reflexiones sobre aspectos de la vida cotidiana, sobre nuestra
identidad, sobre nuestra historia, además de guiños al deporte o sabias
compilaciones de refranes. En su cocina personalísima, se conjugan con perfecta
armonía la erudición, el humor y la solemnidad, todo ello despachado con la
soltura y lucidez que caracterizan a su autor.
Juan
Diego López García
Traductor de francés e inglés. Amigo de
Guadalcázar
TÍTULO: ¿ME LO DICES, O ME LO CUENTAS?
LA VIDA RESUMIDA EN UN FOLIO A UNA
SOLA CARA Y A DOBLE ESPACIO
Buenos Días. Es posible que alguno de vosotros se sienta
identificado, acaso dibujado, en las palabras que os voy a susurrar al oído. Si
es así, espero que hoy cuando salgas a la calle, cuando llegues a la oficina o
al tajo, o al volver a la calidez de tu hogar, grites lo más alto que puedas,
pues poco a poco te van dejando sin voz, sin aliento, sin presencia. Hace unos
pocos días, un extraño, trazaba en público mi currículum profesional y
literario, con el esbozo inacabado de una breve relación de hechos vitales, que,
en conjunto, no ocupaba más de un folio por una sola cara y a doble espacio.
Justo al acabar el fulano su intervención, una terrible náusea recorrió de sur
a norte mi cuerpo, pues comprendí que el resumen de una vida no puede ocupar
tan exiguo espacio. ¿Cómo ignorar mis viajes espirituales y periplos
vacacionales por Turquía, por América, por el desierto argelino de Tinduf? ¿Mi
descubrimiento vital de Lisboa, París, Atenas o Spetses? No podía creerme que
en apenas un minuto y medio hubieran desentrañado los amasijos complejos de una
vida, en este caso la mía, pero podía ser la de cualquiera. Obviar que se
pertenece a una familia que tiene sus orígenes más cercanos en Jaén y antes en
Cambil; ignorar que en El Almendral, de pequeño nos apedrearon, o que junto al
Arco de San Lorenzo, con seis años, otro grupo de chavales nos calentaron; la
de veces que robamos tirajitos a los barrios vecinos para lograr la mejor
hoguera de San Antón; las largas noches de insomnio por un amor adolescente que
no cuajó; o los trasnoches de feria en feria regados de alcohol. Ni tan
siquiera haber encajado en un renglón
hablar de la mujer con la que he compartido 22 años de existencia, con
sus penas y glorias. Peor aún desdeñar la infinita presencia de mis hijos
Nicolás, Gema y María, justificándolo en la imperiosidad del reducido tiempo de
que disponemos. De ahí mi angustia, mi arcada, de intentar explicar, en el
minúsculo espacio de un folio, por una sola cara, y a doble espacio, la intensa
vida que por suerte nos tocó vivir, reducir a lo infinitesimal los innumerables
episodios en que se desgrana una vida a tope, como es tu vida y la mía.
Publicado el 21.10.2011
YO TAMBIÉN SOY ESPAÑOL
¡Sí, soy español! Y es que en ocasiones parece que nos cuesta
reconocerlo, pronunciarlo en público, como si se tratara de un vocablo maldito
que ha de ser declamado en silencio, apenas susurrado. ¡Soy español, español,
español!, como cantaba la selección de baloncesto tras ganar el Campeonato
Europeo. ¡Español, español, español!, como coreaban al alimón los miembros de
la Selección Española de la Copa Davis, incluido Nadal y Verdasco, tras su pase
a la final del Torneo. O las emocionadas lágrimas de Alejandro Valverde en el
Podium de Madrid, mientras su mirada perdida se cruzaba con la bandera ondeada
al viento de su país. En esos mágicos instantes me sentía henchido de orgullo
por pertenecer a esta tierra y por colaborar con mi insignificante grano de
arena a crear una gran nación, a formar parte de su historia. De cara, sin
regates, sin remiendos.
Soy ESPAÑOL, escrito con mayúsculas. Pero no un español de
esos que se apropian del concepto para representar un pasado arcaico y olvidado
del que nadie, salvo ellos, quieren oír hablar. No, soy español de los que
creen firmemente en la democracia como valor, de los que aún se les riza la
piel cuando escuchan la expresión LIBERTAD, de los que caen en éxtasis ante la
lectura de una declaración de derechos universal, y español que abraza a diario
LA CONSTITUCIÓN, como si de una amante se tratara. Y no me duelo decirlo en
alto y en púlpito, pues silenciado en exceso el ademán, hora es de reclamarlo,
momento es de exigirlo, pues corremos el riesgo de que césares endiablados de
los absolutismos se apropien del vocablo y mancillen su trágica y esforzada
historia, relegándonos al resto a la segunda división. Sí, soy español, y
andaluz, y bailenense, y de un mundo sin fronteras nacionales o mentales. De
ese país soy yo. ¿Y tú, de cual eres?
Publicado el 25.9.2009.
AMNISTÍA INTERNACIONAL
AMNISTÍA INTERNACIONAL reconoce a 71 presos de conciencia
encarcelados en Cuba. Ayer clamaba en favor del juez Garzón y hoy clamo porque
se haga justicia en la paradisíaca isla del Caribe, tan próxima geográficamente
a la libertad y a la vez, su gente, tan lejos de ese sueño que les lleva a
cruzar un mar infestado de peligros, por la ilusión, legítima, de una mejor
vida al otro lado del océano. También hablo de Venezuela.
No tenemos que irnos tan lejos, también aquí en Euzkadi
existen reductos donde no ha llegado la libertad, donde aún se vive con miedo,
donde tienes que tragarte sin digerir las opiniones para proteger a tu familia.
O cruzando el Mediterráneo, en pleno desierto de la Hamada, en Argelia, un
pueblo, el saharaui, al que España dejó tirada en una encrucijada, lleva viviendo
34 años en el exilio, en condiciones infrahumanas, sin agua potable, sin
alimentos básicos, sin su mar, sin el verde de sus campos, ocupados por
Marruecos. Yo he estado allí y lo he vivido, junto con la alegría en el rostro
de sus niños, y visto sufrir a un pueblo del que nos hemos olvidado por
completo.
O más hacia el este, cruzando todo el continente africano,
Israel sigue pisoteando al pueblo palestino bajo la distraída mirada
complaciente de Estados Unidos y del resto de países con los que aquellos
mantienen acuerdos comerciales. Alimentando el odio de millones de árabes que
luego otras sociedades inocentes pagamos con sangre. Por eso, denuncio a los
regímenes criminales de Cuba, de Israel, de Marruecos, y a los terroristas y
dictadores del mundo, que aunque sin futuro, necesitan de la sangre de
inocentes para su subsistencia.
Publicado el 18.3.10
“LOS LIBREROS SON COJONUDOS, COMO LOS
LIBREROS NO HAY NINGUNOS”
Buenos días nostálgicos. Ojeaba, casi por casualidad, un
ejemplar de Bailén Informativo de Julio del año 2000, en la sección “El Sillón
del Moro”, titulado “La estirpe del librero”, y, a pesar de los 10 años
transcurridos desde aquel momento, y del tema que se trataba en él, que no era
otro que mi oposición quijotesca al Decreto redactado aquel año, por el que se
permitía la liberalización de la venta de libros en las grandes superficies,
leído hoy no pierde vigencia, o así me parece a mí, que fui el autor de aquel
artículo, lo cual reconozco que no es demasiado objetivo… como nada en esta vida
lo es.
Han pasado diez años y mantengo, me imagino que tú oyente
también, que con la venta de libros en las grandes superficies se ha perdido la
esencia del librero, en el sentido de profesional que te aconseja, que te
asesora sobre literatura y autores, que te ilustra, que te contaba anécdotas
sobre el autor, que tú a veces no pedías, pero que él se empeñaba en relatarte
para mejor comprender el producto que tenías entre tus manos. Reconocerás que
no es lo mismo cuando vas a Mercainglés o Conticampo, y el empleado, con
contrato temporal de tres meses, te indica que tal o cual texto “está muy
bien”, porque la portada tiene unos dibujos muy chulos y además la letra del
interior es bastante grande, por lo que facilita la lectura. No te cuento ya si
entre la basta literatura asoman algunos leves dibujos ilustrativos, entones es
que es la leche, porque, te cuenta, te imaginas la cara y rostro de los
personajes, caso contrario cómo sabes si son guapos, feos, musculosos o
anodinos.
Yo, que en muchos aspectos soy de la vieja escuela, y en
otros excesivamente adelantado, en este me mojo y canto aquello de que “… los
libreros son cojonudos, como los libreros no hay ningunos”.
Publicado en el mes de mayo de 2010.
HANS CHRISTIAN
ANDERSEN, PROYECTO CAMINO REAL
“HANS CHRISTIAN
ANDERSEN visitó Bailén en 1862”.
Desde que en algunos medios de comunicación escritos y
hablados se hizo público el proyecto Camino Real, son muchas las personas, unas
conocidas y otras no tanto, que nos han llamado para interesarse por la esencia
y contenido de sus actividades. Para los que no han oído hablar de él
adelantaré que en 1862 el famoso autor danés Hans Christian Andersen, recorrió
la península española, país del que estaba profundamente enamorado desde su
infancia, para descubrir los misterios que nuestra tierra encerraba. Pasó por
Jaén camino de Málaga, por Guarromán, Bailén y La Carolina en dirección a
Madrid, y en este itinerario, que para la época era una verdadera aventura para
los sentidos, tomó posada en mi ciudad, Bailén. Dinamarca y el mundo entero,
desde hace tiempo, entronizó a los altares de la literatura al autor danés, uno
de los más leídos de todos los tiempos, fundamentalmente por la prosa ágil de
sus cuentos infantiles.
Y eso es lo que vamos a evocar en Bailén desde este mes de
mayo hasta finales del año 2010, su paso por nuestras tierras y su amor por
España. Nos ha confirmado el Embajador del reino de Dinamarca que asistirá a
los actos centrales el 8 de octubre, descubriendo una placa en Bailén, que
recuerde su fugaz pero emotivo paso, recogido en su libro “Viaje por España”.
Ahora es la hora de que las Administraciones Públicas sean valientes y apoyen
el sinfín de actividades programadas, porque la cultura es nuestro sello de
identidad, crea mejores personas, es fuente de riqueza y empleo y ensancha
nuestros espíritus más allá de toda frontera. Nos vamos a unir a Dinamarca en
un proyecto ilusionante, por lo que pedimos a la Junta de Andalucía, a la
Diputación, al Ayuntamiento de Bailén, a la Cámara de Comercio, y a las
instituciones a las que le hemos recabado su apoyo, que no sean cicateras y que
abandonen el consabido estribillo de “no
hay un duro… la crisis… vuelva usted mañana”, porque para según qué cosa, caso
de la cultura, no existe el mañana, sino el hoy.
Publicado el mes de mayo de 2010.
CUESTIÓN DE CABEZONERÍA
Buenos días. O tal vez no sean tan buenos. Se asoman
nubarrones por el horizonte que auguran tormenta… política, acompañados de
infinidad de rayos que van directos al corazón. Está todo tan mediatizado
políticamente, o más bien tendría que decir que idiotizado mediáticamente, por
ambos partidos -PSOE y P.P.- que sin
querer o queriendo nos han involucrado en una guerra que no es ancestral, no
confundan, sino que arrancó una década después de las primeras elecciones
democráticas de esta era, y que día a día se vuelve más virulenta y sin
sentido. El continuo A TODO QUE NO
porque tú lo has propuesto antes, la permanente lucha de oradores, que
podríamos entender sin esfuerzo si osáramos apagar el volumen de nuestros
receptores, pues es conocido de antemano su discurso, la verdad es que de un
tiempo a esta parte me resulta angustioso, vomitivo ¿A ti no?
Ahora está el asunto del juez Garzón, que a mi juicio no
merece, y lo digo, lo dije y lo seguiré diciendo, tal linchamiento, si
reconociéramos sus méritos. Pero es que ayer era la crisis, antes de ayer era
el trasvase del agua, otrora la justicia, ahora la economía, antes de antes de
ayer fue la corrupción, la educación, la constitucionalidad de tal o cual texto
que aquí sí pero allí no. Etcétera, etcétera, etcétera. No culpo a un partido,
sino a los dos, por su irresponsabilidad. No eximo a ninguno, pues los dos
están inmersos en una suerte de cabezonería que no les permite otear más allá
de sus propias narices.
Miren ustedes, señores del P.P. y señores del PSOE, yo no soy
nadie para dar consejos, salvo la ética de mis canas y mi experiencia, pero les
pido, les insto, les suplico si les place, que se sienten en cómodas butacas,
al socaire de nuevos tiempos y renovados vientos, se pidan un té, cubata o
café, y preocúpense de los problemas diarios de aquellos a quien dicen
representar, como es el desempleo, la delincuencia, el cambio climático, las
libertades, la inmigración, los derechos sociales. Y dennos un ejemplo de
lucidez como nunca supieron o pudieron. Despéguense de la retórica caduca y
abracen la fe en las personas, incluso por encima, muy por encima de sus
ideologías.
Por favor, les seguimos esperando ¿o es que no les enseñaron
en los cursos de formación a pactar, o faltaron a esa clase?
Publicado el 17.4.10
RONDA
¿Has visitado en alguna ocasión la ciudad de Ronda? En esta,
que parece una sencilla pregunta, se encierra un gran misterio. Hágase la
pregunta de nuevo: ¿Ha visitado usted en algún momento de su vida la ciudad
malagueña de Ronda? Pues sí. Todo el mundo, por uno u otro motivo ha hollado
las piedras centenarias de Ronda, asomado al impresionante Puente Nuevo sobre
el tajo vertical, junto a la Plaza España –por cierto, qué nombre más bonito
para una plaza-, y al Parador Nacional, colgado sobre las rocas. La Iglesia de
Santa María, el Puente Viejo, la Casa del Moro, el Palacio de Salvatierra, los
Baños Árabes, sus infinitos museos, la Plaza de Toros de la Maestranza y su
museo taurino y de armas de avancarga. El halo de misterio que se respira en la
Serranía de Ronda, el aire puro, las rectas calles empedradas por la zona
noble, las sinuosas callejuelas con nombres sugerentes como el callejón de “Los
Tramposos”, o “de los Bandoleros”. La multitud de Museos públicos y privados.
La Semana Santa de la que me he empapado hasta los cuatro costados. La
altanería en el desfile y en el esfuerzo de la Compañía de Legionarios. Te digo
esto, amigo, porque al parecer yo era el único en el mundo mundial que no había
visitado nunca Ronda, reconozco que un pecado imperdonable que ya he
solventado. Pero es que mi panadera, la profesora de mi hija, mis empleados, mi
madre, hermanos, amigos, conocidos, extraños. Todo el mundo, en alguna etapa de
su escasa o dilatada vida, y por distintos motivos, había disfrutado de las
mismas o parecidas emociones que yo sentí en aquel lugar perdido de la sierra
andaluza. Porque es que hay que ir expresamente. No está enclavada en ninguna
ruta habitual hacia alguna parte. ¡Es que hay que ir! Vamos, ¡que vayas!, no te
la pierdas, pues, al igual que aquí tenemos ciudades monumentales como Úbeda,
Jaén o Baeza, en Málaga tienen a la Ronda espiritual, aquella a la que acuden
diariamente más de 7.000 almas a redimirse del estrés, incluidos nipones a
mansalva y guiris de rubio pelo y claros ojos. De verdad, no te la pierdas.
Publicado el 10.4.10
CON EL AJETREO DE LAS
FIESTAS
Hoy, con el ajetreo de las fiestas de Navidad, se me fue el
santo al cielo. Y por más que intenté perseguirlo, no pude alcanzarlo, sólo
imaginar su estela. Andamos metidos en mil cosas: los preparativos de la cena
de Nochebuena, el cotillón de fin de año, el cierre contable de la empresa, las
cenas múltiples entre compañeros, los propósitos de enmiendas –como todos los
años por estas fechas-, las notas del instituto de la nena, las notas del
colegio de la otra nena, las pagas extras, que he oído por ahí, de los
mentideros habituales, que las iban a quitar, como en Portugal. Andamos metidos
en mil faenas, de ahí que cuando me ha llamado Antonio, el de la COPE, me ha
pillado quitándome el pijama, en calzoncillos, y he tenido que improvisar un
artículo de opinión, que no sé si es más una reflexión, una confesión, una
afirmación o un decálogo de buenas intenciones para el próximo año, pues de
este que se va, el 2011, mejor no hablemos.
Te dije, Antonio, que al menos me des un minuto de margen
matutino, pues resulta que estamos emitiendo este artículo con media cara
afeitada y la otra media embadurnada de crema; las legañas aún se niegan a
devolverme la calidez del día y la razón, y, por si fuera poco, por el otro
oído libre escucho la voz barítono de mi mujer pidiéndome, solicitándome,
exigiéndome, que lleve a los niño al cole
YA o YA, pues llegan tarde. Así que adiós Antonio, adiós amigo, hasta el
próximo día 30, que será el último viernes del año, y en el que tendremos que
meditar seriamente desde este lado del cable y desde el otro lado, acerca de la
incierta aventura que será el 2012, pues el 2011, sin pena ni gloria, como el
que dice, “nos lo hemos cargado”.
Publicado el 27.12.11
A UN TIEMPO TRISTE, A
UN TIEMPO ESPERANZADO
A un tiempo triste y a un tiempo
contento. Triste porque no se viven momentos de festejar con alegría hechos ni
acontecimientos. Alegre porque la vida sigue cultivando anécdotas, regalándonos
nuevos días, y porque nuestros amigos de BAILÉN AL DÍA cumplen 50 números, o lo
que es lo mismo, 50 alumbramientos de nuevas esperanzas.
A un tiempo
alegre, porque las nubes comienzan a disiparse, porque las lluvias, al parecer,
tienen intención de dejarnos, porque se acerca la Semana Santa, que muchos
vivimos con devoción y apasionada emoción. A un tiempo alegre porque nuestros
hijos cierran el trimestre con notas
dispares, porque ilusión no nos falta, contra viento y marea. Pero a un tiempo
compungidos, pues no salen las cuentas, porque no se hacen las cosas como se
debiera, porque en este pueblo, siempre a la vanguardia en cuanto a
emprendedores, ahora nos limitamos a llorar lo que fuimos y que dejamos de ser.
Que es posible que no volvamos a niveles del 2007. Que es posible que tengamos
que replantearnos cuestiones que teníamos olvidadas, y que aceptemos que
nuestra industria para ser competitiva, habrá de diversificarse, modificarse,
tecnificarse y expandirse, pues sí.
A un tiempo
triste porque en mi pueblo no existe ni un mísero cine en el que refugiarnos de
la modorra, ni un petit centro de
ocio al que acudir para entretener a nuestros hijos mientras los mayores
durante unos minutos nos convertimos en menores. Pero a un tiempo exhibiendo
ancha sonrisa por los compañeros y paisanos que triunfan en sus profesiones, en
sus carreras, en sus aficiones, en el deporte, aunque casi siempre sea fuera de
nuestras fronteras, pues Bailén poco les ofrece de un tiempo a esta parte.
Triste al
hacer recuento de aquellos amigos que partieron el último año a otra vida y que
nos dejaron huérfanos de su compañía, y
hablo, entre otros, de Paco Hernández, de Rafael Aguilera, de Antonio Osuna, o
del alcalde Antonio Gómez Huertas. Sin embargo, de numerosos amigos otros
nacieron, y por ello también nos mostramos alegres. Como decía el cómico
filósofo: “los que entran por los que salen”. Así es la vida, y poco o nada
podemos hacer por variar su curso.
Esperanzados
en que esta situación de agobio económico que nos oprime acabe cuanto antes,
aunque sabemos, como dice el anuncio que “se necesita la ayuda de todos”. Todos
somos necesarios. Nadie sobra en esta lucha. Luego habrá que acometer otras
empresas del corazón o del espíritu, por el orden que prefieras, pero ahora lo
urgente es -y no es mía la frase, que se
la tomo prestado a un amigo del que me reservaré por dignidad su nombre- es
comer cada día, afrontar el pago de la terrible hipoteca, comprar ropa, aunque
de rebajas a los hijos, evitar el fatídico corte de la luz por impago, y otras
cuestiones terrenales que hoy se han convertido en principales. Triste pero a
un tiempo contento, puesto que por una lógica matemática temporal, nos queda
menos tiempo para salir de la crisis que cuando empezamos, y que cada día nos
deberá quedar uno menos. Otros vendrán que contarán como un día más, yo aún me
apego a numerar hacia atrás, sin mirar el tiempo pasado, pues pasado está.
Precisamente,
y os lo digo con conocimiento de causa, los medios informativos, como BAILÉN AL
DÍA, están para informarnos de lo que
ocurre a nuestro alrededor, con el máximo de rigor y rapidez posible, pero
también están para insuflarnos confianza, en dosis colectivas de ilusión.
Vendernos la realidad pero también el mundo deseable y utópico que podemos
crear si empujamos todos en la misma dirección, algo que hace demasiado tiempo
que no observamos, aunque se nos llena la boca de buenas intenciones que nos
prometen pero que al apagar el micrófono olvidan.
A un tiempo
triste, sí, pero las más de las veces esperanzado.
(Aparecido en la revista BAILÉN AL DÍA)
EL ROSTRO DE LA
NECESIDAD
He
de reconocer que ayer me impactó ver el rostro de la necesidad, contemplar el
abismo que existe entre la opulencia y la miseria, observar cómo el amigo que
ayer creía tener resuelto su futuro y el
de los suyos, hoy mira con ojos desconfiados al mañana. Hace apenas unos años
recorríamos en moto sendas que ahora le están prohibidas, pernoctábamos en
hostales y hoteles que hoy le tienen cerradas sus puertas por insolvente. Y es
solo un rostro, visible, ¡cuántos no permanecerán escondidos a nuestros ojos, invisibles
para el resto! Vino a venderme una trabajada pieza de artesanía que modeló
durante al menos una semana, me rogó que se la comprara en un agónico grito de
ayuda, por unos pocos euros que, me confesó, le servirían para ir tirando
algunos días. Que él y su familia subsistían con los 400 euros de ayuda que el
Estado le proporcionaba, a él que nunca le faltó trabajo en sus más de
cincuenta años de vida, de maestro mecánico, de conductor con carnet de primera. La necesidad le ha
obligado a ingeniárselas elaborando trabajos en madera, pequeñas piezas de
artesanía que luego ofrece a los que somos sus amigos, y así superar este
amargo trance que es el desempleo. Conserva íntegra su dignidad, pero sus ojos
me miran con menos brillo, con una luz mortecina que apenas irradia y que
disminuye al mismo ritmo que flaquean sus esperanzas. Él me ha enseñado el
rostro de la amargura y la desesperación, y yo, de alguna forma, me sentí
obligado a lanzarlo a los cuatro vientos, pues, como él, cientos, miles de
vecinos, amigos, familiares, están en silencio llamando a las puertas de
nuestros corazones, y no podemos hacer oídos sordos, no podemos mirar hacia
otra parte, no ya porque mañana nos puede tocar a nosotros, sino porque ayer
reíamos con ellos, nos divertíamos juntos, vivimos aventuras, y claman al
recuerdo. No nos convirtamos en seres de piedra, en meros espectadores, ajenos
a ellos.
GALA DE LOS CAECILIA
Hoy me siento especialmente dichoso, locuaz, pletórico.
Resulta que esta noche celebramos en Bailén la Quince edición de la Gala de los
PREMIOS CAECILIA, y compartiremos con bastantes amigos, algunos venidos de La
Coruña, otros de Málaga, de Madrid, o de esta nuestra provincia, la pasión por
la cultura, el deporte o la vida misma. ¡Tanto tiempo separados del paisaje
lunar y de aquellos que un día fueron sus amigos! Hoy volveremos a encontrarnos y brindar con
buen vino de la tierra, a ser posible coger un leve principio de embriaguez que
nos permita ser atrevidos pero a un tiempo comedidos.
Días atrás Perea y yo coincidíamos en alabar el ingente
trabajo que las Asociaciones Culturales, y por ende las deportivas, las
religiosas, las sociales, desarrollan por la justicia, la libertad de opinión y
el progreso de los ciudadanos. Nunca antes el asociacionismo se había mostrado
más ágil y emergente. Coincidíamos en que hay vida fuera de las instituciones
públicas, cada día más volcadas exclusivamente en aportar fondos –salvo algún
que otro Ayuntamiento cicatero- y menos en organizar eventos, que dejan en
manos de las organizaciones de referencia, verdaderas dinamizadoras de la
cultura y el ocio.
Y nos preguntábamos en voz alta si las Administraciones
¿algún día valorarán en su justa medida la labor sorda y callada del
asociacionismo?, en lugar de perseguirlo, cercarlo, manipularlo o intentar
hundirlo. En el momento en que se les reconozca su importancia, comenzaremos a
descubrir las miles de respuestas que nos estaban siendo vetadas.
En otro orden de cosas, me quiero dirigir a la alcaldesa de
Jaén para preguntarle si ha sopesado mi oferta de devolverle a Bailén la
estatua de la Plaza de las Batallas que hace cien años les prestamos en
precario. Ruego rápida respuesta para continuar con los trámites oportunos.
Publicado el 9 de Octubre de 2009
VIENTOS Y MAREAS PERIODÍSTICAS
Es de justicia que en primer lugar
pida perdón, en público y en voz alta, a mi amigo Rafael Moga, por no haberle
podido corresponder hasta ahora a sus continuas peticiones de colaborar en el
periódico BAILÉN AL DÍA. Aunque no es mi intención excusarme, sí le he
explicado que los únicos motivos son de índole temporal -como la vida misma-, y que otras
obligaciones, llámese Bailén Informativo, Asociación Caecilia o Asociación
General Reding, me han impedido afrontar esta ilusionante propuesta con las
suficientes garantías y disponibilidad. Por ello, me atrevo a solicitar de las
autoridades pertinentes estudien con detenimiento y mimo la posibilidad de
establecer los días de treinta y seis horas, en lugar de las veinticuatro
actuales, al objeto de poder realizar en una misma jornada un mayor número de
actividades de las que hoy, por razones temporales, somos capaces de ejecutar.
Hoy hemos
coincidido en el Hotel Bailén, en el marco del Foro Caecilia que tan
inteligentemente dirige y organiza cada año
desde hace al menos un lustro, nuestro mutuo compañero y colaborador de BAILÉN
AL DÍA y de BAILÉN INFORMATIVO, José María García Verdejo, un grupo, yo diría
de Iluminatis
que desde hace un tiempo -siempre surge
el mismo vocablo, que nos avisa de nuestra
condición limitada- , contra vientos de incomprensión y mareas presupuestarias,
editamos, organizamos y colaboramos en medios de comunicación locales y
provinciales. Coincidíamos en reconocer
la buena salud de los medios locales y del periodismo bailenense, en donde de
un tiempo a esta parte han venido proliferando medios de comunicación
variados que nos permiten acceder a toda
la información que acontece en nuestra localidad, así como en la provincia.
Incluso, en una suerte de chauvinismo rayano en lo humilde, surgía como
bendición el hecho incuestionable de la exportación a otros medios, escritos y
hablados, de plumas y voces periodísticas de alto nivel que han hecho de la
información su medio fundamental de vida. De su análisis deducíamos la buena salud
del periodismo local y por ende el amplio abanico ideológico, que traducíamos
en una suerte de libertad de expresión y de opinión. Otra cuestión distinta es la actual situación
económica, que evidentemente afecta a nuestros medios, toda vez que sería
imposible sobrevivir sin el necesario apoyo presupuestario que aportan las
empresas de Bailén, y que hace que en estos momentos la travesía por el
desierto de la noticia sea un camino serpenteante y espinoso.
En el
fragor de la tertulia surge el incuestionable hecho de que a la vez que
proliferan los medios de comunicación tradicionales como la prensa escrita, las
radios y las televisiones, florecen otros alternativos, fruto de las nuevas
tecnologías, no menos interesantes, y que ocupan por derecho su propio espacio
en las redes sociales, y a los que también desde algunos medios informativos
nos hemos sumado en un intento de recuperar el futuro y pervivir en esta jungla
tipográfica.
Hablamos de
valores, de ética, de humanismo, de educación, de Cultura con mayúsculas, de
las experiencias vividas, de las anécdotas sobrevenidas, de los nuevos
compañeros que se incorporan a este hipnotizante mundo de las palabras
susurradas y que están aportando una savia y vitalidad ilusionante para todos.
Y por fin, el compromiso de continuar cada uno con la labor emprendida, sin
desfallecimientos, sin medias tintas, a pecho descubierto, contra ese viento de
incomprensión y mareas de censura, con las velas extendidas hacia un horizonte
en el que es probable que no estén nuestros nombres escritos con letras de
fuego, pero en el que, a ciencia cierta,
otros continuarán sosteniendo la imparable nave de la comunicación hasta
arribar en buen puerto.
Hemos sabido
intercambiarnos opiniones, proponer nuevos encuentros y agruparnos en torno a
una idea de progreso. Hemos volado por encima de nosotros mismos y de nuestros
particulares espacios periodísticos, y aunque a veces los rostros se repiten y
somos los mismos enfrentados al
misterioso mundo, también hemos abierto
las puertas de par en par para que entre la brisa de nuevas generaciones, en un
intento de extender los pergaminos y permitir que se llenen de literatura y de
cuentos. ¿Te atreves a decir lo que piensas? Te seguimos esperando.
(Aparecido en el periódico BAILÉN AL DÍA)
MAR DE PARADOS
Buenos Días tengan ustedes. Probablemente algunos nos
escuchen desde la abarrotada playa, otros desde la paz de la montaña; unos
disfrutando de las esperadas fiestas del pueblo, otros aún tras la mesa de
oficina, o junto a la ardiente y monótona máquina de hacer ladrillos cara vista
o rústicos, agradecidos de ser de los pocos especímenes que conservan su puesto
en este mar de parados que es la provincia de Jaén y resto de España, más si
cabe en el mancillado sector de la fabricación de materiales para la
construcción, tan empobrecido de un tiempo a esta parte. Últimamente mantengo encendidas
conversaciones con un buen amigo, del que únicamente diré que se llama Rafa y
que tiene 50 años. Trabaja en un tejar, es decir, en una fábrica de ladrillos,
actividad que ejerce desde los 20 años. Y a pesar de que se quejaba cada cierto
tiempo de su perra suerte al contemplar a los amigos encorbatados y luciendo palmitos,
en trabajos de oficina, comerciales o de representación, ahora se tornaron las
suertes y él mantiene aquel mísero trabajo mientras que los amigos que se
afanaban por parecer lo que no eran, engrosan las listas del desempleo, ya sin
corbata, ya sin prestaciones de desempleos, ya sin posibles, y con cuatro
hipotecas: la casa, los dos hijos y la suegra. De un tiempo a esta parte es a
mi amigo a quien se escucha por lo bajini
exclamar: “bendita perra suerte que me ha tocado en buena lid”.
Publicado el 8.7.2011
VENDO BESOS
Hoy vendo besos, cinematográficos, de bolsillo, sosegados o
apasionados. Al gusto. El básico a tres euros la pieza. Si lo prefieres con
abrazo y arrumaco serán cinco euros. La duración mínima se fija en treinta
segundos. No se aceptan ofertas por menor importe, pues la vida está muy mala;
o inferior tiempo, por entender la empresa que sería temerario, pudiendo llegar
a producirse el efecto contrario al deseado. Le aseguramos que nunca su dinero
habrá estado mejor invertido. A los parados de larga duración se les cobrará un
suplemento llamado de felicidad, por importe de dos euros extras, en la certeza
de que llevarán demasiado tiempo esperando un abrazo que no les llega, no
digamos ya un beso. Es posible que alguno me tache de loco, pero para períodos
de crisis decía mi profesor de economía que imaginación, y eso es lo que me he
propuesto. Largas colas me esperan a la puerta de mi consulta. Se garantiza un
apretón moderado, sin marcas ni uñas, y un beso apasionado. Consulta para citas
previas en el teléfono 65…. ¡Ejem, ejem! ..95950: amores no correspondidos,
dificultades económicas a finales de mes, un cuerpo que no le satisface lo más
mínimo, envidia de la mujer del vecino, un trabajo agobiante… ¡no lo dude!,
consúltenos su caso y le besaremos a medida. Confíe solamente en reconocidos
expertos. No deje su suerte en manos de aprendices.
Publicado el 18.12.2009
24.000 SERES HUMANOS
Dudé esta mañana sobre el contenido de mi comentario. Gris o
color. Triste o animado. En lugar de lanzar una moneda al aire, método algo
manido, decidí asomarme a la ventana y observar el cielo, seguro de que este me
daría la respuesta. Lo observé algo gris, temperatura fría, por lo que, lo
siento, toca contenido serio. Además me levanté, lo confieso, con el pie de
tropezar, cambiado, girado. Pensé, hace un par de semanas nos flagelaban los
medios de comunicación con las frías encuestas del desempleo, que arrojaban un
triste balance de más de 4.500.000 en el primer trimestre del 2010. Os juro que
a más de uno se nos puso cara de bobos enlatados. Hace varios días nos animaban
la mañana con el dato de abril con 24.000 parados menos. No lo penséis, no lo
pensemos, solamente como una cifra. Estamos hablando de 24.000 seres humanos,
me atrevería a diagnosticar que 24.000 familias soportarán mejor las
inclemencias brutales de esta crisis, y eso no es moco de pavo. Inevitablemente
me pregunto ¿qué se está haciendo mal?, o tal vez, ¿de quién es la culpa de la
actual situación? Yo lo tengo muy claro, y me voy a atrever a decíroslo a la
cara en un orden que no necesariamente es proporcional a la culpa o a la
responsabilidad, salvo quizás el primero de ellos: la banca, por engañarnos
antes y ahora, por embaucarnos en su red de mentiras arriesgadas. El gobierno
por no tomar las precisas y adecuadas medidas, o por tomarlas demasiado tarde,
amén de su cobardía para afrontar determinados procesos necesarios, no vaya a
ser que los sindicatos le monten un pollo del carajo. La oposición popular,
también, por supuesto, por no estar a la altura de las circunstancias, y
limitarse a un discurso rancio y repetititititivo sin aportar soluciones
prácticas. A los empresarios que no supieron diversificar sus riesgos en
tiempos de bonanza. A los trabajadores que tampoco optaron por el ahorro y la
previsión, lanzados a la vorágine del consumismo, e incluso al león de la Metro Goldin Mayer por mostrarnos un
mundo de ensueño y escondernos la realidad de las penurias.
“MALOS TIEMPOS PARA LA
LÍRICA”
Buenos días, aunque como decía Germán Copini, vocalista de los Golpes Bajos, “Malos tiempos
para la lírica”, o lo que es lo mismo: malos tiempos para la cultura. Me
comentaba un amigo de Móstoles que últimamente se les había ocurrido a los
políticos de nuestro país cuadrar los déficit presupuestarios municipales
eliminando brutalmente las partidas destinadas a cultura, educación, deportes,
festejos, y todas aquellas consideradas por ellos superfluas. En un alarde
de calenturienta imaginación pegaban un
tijeretazo a lo que ellos consideraban intranscendente, secundario, nimio,
vacío, trivial, baladí, inútil. Soportando algunos tantos años la necedad y
apostura de la cultura, la arrogancia de los deportistas y los aforismos de los
docentes e intelectuales, el momento les venía que ni piripintado. La situación
de crisis económica que sufre nuestro país y su entorno les resulta propicia
para cargarse los eventos culturales
-eso sí, con el compromiso de que solamente será una condena temporal-,
los clubes y asociaciones deportivas
-manteniendo solamente los grupos afines- y los festejos que supongan
rascarse los bolsillos. Pero siempre con la mejor de las intenciones, o sino
que se lo digan a los políticos de mi pueblo. ¿Qué importan los cientos, los
miles de empleos directos e indirectos del sector del ocio y el tiempo libre?
¿Qué les importa a ellos el retraso cultural y social en que tales decisiones
los sumirán?: lo importante, dicen, es controlar el presupuesto, no superar el
umbral de los ingresos. Pregunto yo, y nos preguntamos cientos, ¿pero quién
controla a esos cazurros que dicen NO a todo lo que tenga que ver con la
cultura, el ocio, el tiempo libre, el deporte y la educación?
¡CHORIZOS!
Buenos días a todos y a todas. Voy a omitir, adrede, dar o
sugerir nombre alguno. Seréis vosotros los que pongáis rostro a los personajes
de este cuento que por cierto no lo es ni pretende serlo. ¿Estamos todos de acuerdo en que los chorizos
deben estar sometidos, entre rejas? ¿Piensas, como yo, que el que la hace debe
de pagarla?, ¿que la justicia debe recaer con todo su poderoso peso tanto sobre
un navajero de tres al cuarto, que sobre un político corrupto, venga de la
facción que venga? De un tiempo a esta parte asistimos abochornados al triste
espectáculo de contemplar el paseíllo que alcaldes, concejales, presidentes,
consejeros, asesores, diputados y macarrillas ejecutan por el frío mármol de
los juzgados, ruborizados al comprobar que existen indicios más que probados de
sus tropelías. No quiero, Dios me libre, ponerle rostro, y menos un concreto
semblante, pues están las dependencias judiciales y carcelarias llenas de
descuideros que al menor despiste te la juegan, o mejor decir, “nos la juegan a todos”. ¡Como el
dinero no es tuyo, como el dinero no es de nadie! Pues se equivocan, es tuyo,
es mío, es nuestro, es vuestro, es de todos, y con él, y otro tanto que no se
descubrió su paradero, podrían haberse construido escuelas y hospitales,
carreteras o embalses, o, simplemente depositarlo en la cuenta anónima de una
ONG, nunca en las arcas de los indeseables. ¡No! No quiero ponerle rostro, que
cada cual le ponga el rostro de su bandido preferido, pero al final convengamos
que en algo estamos los de aquí y los de allí de acuerdo, en que estos
individuos, con corbatas y bien acicalados, con su culpa demostrada, donde
mejor están es entre rejas, en la Celda 211, o peor aún, condenados al olvido.
COMO UN BICHO RARO
¡Con qué ahínco nos enfrentaban los partidos políticos a los
ciudadanos! ¡Qué hipocresía en las consignas de la derecha!, ¡cuánto servilismo
y obsesión entre las filas de la izquierda!
Procuraban nuestro apasionado debate, a modo de adoctrinamiento
ideológico, al cual resultaba imposible sustraerse sin caer en las garras del linchamiento
y el escarnio. Algunos insumisos de la izquierda, de la derecha y del centro
dogmático nos manifestábamos seguidores de la corriente de lo humano, y nadie,
absolutamente nadie, con ese rictus de sorpresa en sus rostros, acertaba a
comprender nuestras propuestas de integración en un solo mundo sin dos frentes
opuestos de antemano. Solamente pedíamos que miraran a los ojos de la gente,
que individualizaran sus preocupaciones y sus emociones, que supieran de sus
sueños, de sus raíces, pero a nadie importaba esto, pues solamente preguntaban
que si eras de izquierdas o de derechas, de este o de aquel. Yo les respondía
con cierto cariño y una mezcla de preocupación, que solo era un ser humano con
una pizca de sentimientos en su corazón, pero seguían mirándome como si fuera
un bicho raro.
Publicado el 6.11.2009
EN ESTE TIEMPO QUE VIVIMOS, DECIR LA VERDAD NO RESULTA
RENTABLE
Siempre oímos de
nuestros padres frases como que "hay que ir por la verdad por
delante", o que "hay que defender nuestras creencias contra viento y
marea", "más vale una verdad que mil mentiras", etc... etc.
Prueba a
aplicarlo en la realidad de tu contexto, entre tus amigos, a tus clientes, a
tus compañeros en el equipo de fútbol, en tu asociación, y comprobarás que nada
más lejos de la realidad. Lo blanco lo pintan negro. Dos más dos ya no son
cuatro. La caperucita roja resulta que estaba compinchada con el lobo para
sacarle la pasta a la abuela. Aquellas personas a las que entregaste tu amistad
y tus cuitas vendían su alma por menos de treinta monedas que no eran de oro,
sino de cobre -saltaba a la vista-. Y cuando aquellos a los que considerabas
amigos en la cultura, en el compromiso social, les confiabas tus pensamientos
más profundos, les razonabas, convencido, las que creías tus verdades, en un
juego de contarnos la verdad verdadera justa necesaria y cierta, cogían tal
berrinche que imaginabas que hubiera sido mejor, mucho mejor, negarles la
evidencia, ocultarles la realidad.
Recordabas
aquellas otras frases en las que se porfiaba que "en determinados momentos
era mejor soltar una mentira piadosa", que no es otra cosa que lo que hoy
se da en llamar "ser políticamente correctos": todo es bello y
bonito. El cielo es azul, a pesar de que está lloviendo. ¡Qué bonito está el
pueblo!, mirando para otro lado ante la evidencia de lo grotesco y horrendo que
se nos presenta en su conjunto.
Ocultar las
verdades que siempre nos callábamos por no herir sensibilidades nos llevaba a
sufrir la idolatría de los acólitos, pues resultábamos estimulantes para los
sordos oídos. Y si disfrazábamos nuestros rostros con una sonrisa, nos
convertíamos en los perfectos acompañantes.
Si por el
contrario clamábamos a los cuatro vientos lo que pensábamos, lo que sentíamos,
lo que opinábamos, sin cortapisas y con las ventanas abiertas de par en par,
bajábamos a los infiernos, estigmatizábamos la imagen que se tenía de nosotros,
que no era otra que la que cada cual tenía de sí mismo, y que a fuerza de
modelaje habíamos contribuido a crear. ¿Qué ganábamos -nos confesaban algunos
adeptos- en decir tales o cuales verdades verdaderas? Era cierto. En ocasiones
era inevitable hacernos esa y otras preguntas. ¿Qué ganábamos con ello? cuando
de nosotros se esperaba la sonrisa fácil, el golpe en la espalda, el estímulo
con la palabra, tal vez la adulación infinita. ¿Para qué una verdad a destiempo?
¿A qué, hijo, te conduce ello?, nos aconsejaba la experiencia de los mayores:
deja correr las cosas, nunca digas lo que de verdad piensas, diles lo que
quieren oír, y como aquel profesor de yoga que amplificaba tus propios
sentimientos, subrógate en la armonía de los contrarios, camúflate con la piel
de los elegidos, pues el tiempo transcurre demasiado deprisa e inexorable, y
sin que apenas te hayas percatado de ello, cumpliste cincuenta años, y ahora
eres tú la experiencia que otros buscan, el oráculo al que acuden los
descarriados, o quizás los despistados. Abona el solar de las amistades ciegas,
sordas, irreflexivas. ¿Qué ganas con llevarle la contraria al convencido de
antemano, al que a buen seguro no oirá tus peroratas? Cimenta la cordialidad y
las buenas maneras, y sé el perfecto encubridor de los defectos del otro, pues
ganarás un palco en el cielo y en la tierra un abono para la próxima edición de
los goyas al más noble gilipollas. No
todo el mundo puede optar al reconocimiento.
Por eso te digo,
noble ateniense, hijo del cantero Sofronisco y de la matrona Fainarate, que
disculpes mis diálogos en contraposición a tu filosofía, pues yo, como tú
dijiste antaño, "sólo sé que nada sé", y perdonando mi ignorancia
toleres mi lengua descarada, y a otra cosa, mariposa.
Publicado el 8.4.2009
MIL GRACIAS
Voy a tomar prestado el título de un artículo de mi amigo
Eufrasio Pérez Navío: MIL GRACIAS. Mil gracias por esta vida repleta de
anécdotas y aventuras. Mil gracias por una compañera que aunque arisca y algo
hosca, es afanosa y comprensiva hacia quien es tan enrevesado. Mil y una
gracias por tres hijos en edades complicadas pero que colman mi orgullo.
Mil gracias a aquellos que me son pacientes y
condescendientes, y a los que un día me hirieron, pues a ellos debo el
descubrimiento de la verdad y lo intrínseco. No dejo de acordarme de aquellos
otros con los que discutí, luché, enfadé hasta lo absurdo de negarnos el
saludo, pues transcurrido el suficiente tiempo, y el pelo canoso, nos reímos
ambos de nuestra necedad. ¿Qué conseguimos con el enojo, acaso un
reconocimiento que nunca hubo?
Por ello, MIL GRACIAS por los amigos y por los enemigos, por
los buenos momentos y por los otros, de los que apenas me acuerdo. Mil gracias
por los empujones, por los necesarios suspensos, por la negativa de unos ojos
que creía conquistados y fueros esquivos. Mil gracias por la crisis –de
conciencia, de amores, de ansiedad, no tanto por las económicas - y mil gracias por dejarme entrar en tu casa y
en vuestras vidas. MIL GRACIAS.
Publicado el
16.10.2009
LA FERIA-LA CRISIS
Y perdonadme por el olvido de la semana pasada, aunque en
realidad se trató de una semana de reflexión para vosotros y para mí mismo.
Hoy, con la cabeza alta y la mente serena
vuelvo a estar con vosotros y os pregunto cómo os fue durante la feria.
Me imagino que bien, pues nunca vi más gente en la Feria de Octubre de Jaén. Y
las colas en los cacharritos, las casetas llenas de familias y amigos
compartiendo mesa, mantel y conversación. Los jóvenes disfrutando del hip hop y de los miles de decibelios a toda pastilla.
Las calles llenas, los rostros alegres, las oleadas en dirección a La Vestida.
Y alguien de quien quiero obviar su nombre me confesaba que los efectos de la
crisis no los entendía. Que cómo se podía entender que, con las dificultades
que todos jurábamos padecer, pudieran estar los lugares de ocio y diversión tan abarrotados. Si realmente a
los ciudadanos les costaba llegar hasta final de mes, como es que se derrochaba
en actividades no prioritarias. Yo le decía que tal vez fueran estas las prioritarias,
pues qué mejor medida contra las crisis que ignorarla. Qué mejor medida que
combatirla en la línea de flotación de su pesimismo, en lo profundo del
abatimiento moral que produce y del que se alimenta de forma geométrica. Aún
así, mi amigo me miró de frente y no me pudo evitar un gesto de negativa
afirmación, como diciéndome… VALE.
Publicado el 31 de octubre 2009
DEPENDE
Buenos días amigos, aunque eso de buenos días siempre
depende, ¿de qué depende? Pues, para empezar,
no amanecerá con igual gris para aquel que dirige sus pasos hacia su
trabajo habitual, que para quien abúlico y desencantado mire el cielo a través
de la ventana de su habitación, a la espera de que alguien inexistente le llame
para ofrecerle una oportunidad laboral o tan siquiera una leve ocupación. Si además tienes al maldito
comercial del banco llamándote con esa voz anodina recordándote que tienes dos,
o casi tres, recibos de la hipoteca pendientes de pago, es que el día no abre
gris, sino oscuro y con nubarrones.
Luego están las otras cuestiones colaterales, como la marcha de los
estudios para los niños, el tropiezo de
tu equipo en la Copa del Rey, la lesión de Messi, Ronaldo
o Villa, el amor imposible que
imaginaste en la mirada perdida de aquella chica, o los problemas cotidianos
del ajeno mundo, como la pobreza extrema,
la oleada ingente de emigrantes
hacia una civilización estancada en el lamento continuo, el calentamiento
global del planeta, la muerte del último lince, el terrorismo o las
numerosas guerras fratricidas que nunca
apoyaste y que nunca entendiste, que en mayor o menor medida te afectan,
entonces lo de buenos días podría antojarse un lacerante eufemismo. Sin embargo no es NADA comparado con el dolor de un padre y de una
madre asistiendo al prolongado crepúsculo en la vida de su hijo. En esos momentos me acuerdo de mi hermano
Paco y por ello te digo, si este no es tu caso, BUENOS DÍAS AMIGO.
Publicado el 13.11.2009
EL DISCO DURO DE UNA
VIDA
Buenos días oyentes. Buenos días Mary Carmen. Ayer cumplimos
veintiún años de convivencia, pero no pude decirte con palabras, en apenas dos
párrafos, en solo quince segundos, lo que la vida nos ha deparado juntos. Me
pareció escaso el tiempo, fugaz el instante para sintetizar las experiencias,
las anécdotas, los momentos que hemos compartido, los proyectos alcanzados y
los que aún duermen en un cajón olvidados. O lo que es más importante, los tres
hijos, Nico Gema y María, que concebimos
-¡Sí!, que concebimos los dos, pues el acto y su futuro pertenecen a
ambos por igual-.
Un techo, un trabajo, el necesario alimento, la hipoteca que
cada mes nos recuerda que no todo el camino será de rosas, las notas de los
niños, las reiteradas discusiones de alcoba y los escasos debates sobre lo
divino, o el mismo hecho de soportarme durante 21 largos años, con lo difícil y
complicado que debe ser. Lo sé. Pero… recuerdo, Mary Carmen, y seguro que tú
también, hermosos amaneceres en la quietud de la sierra, las conversaciones con
amigos al calor de una chimenea, los Héroes en Sevilla, las duermevelas por
aquellos mares del Sur… Y otros 7.665
recuerdos almacenados en el disco duro de toda una vida. A veces me
parece que fue ayer cuando robaba tus besos y tus abrazos a escondidas.
Publicado el
20.11.2009
PAPEL EN BLANCO
Hay días que uno se enfrenta al papel en blanco, y le es
difícil elegir un argumento que le pueda servir de guión para un artículo de
apenas quince líneas y que no supere el minuto y veinte escasos segundos. Uno
piensa, ¿de qué me enrollo hoy? ¿De política? ¡No! Me niego a seguir las modas
mediáticas y a continuar con los interminables debates para sordos, aunque
nunca mudos. ¿De cultura? ¡Tampoco!, que siempre habrá alguien que piense que
alardeamos de intelectualidad, tachándonos de hipócritas. ¿Tal vez sobre
economía? Tanto se ha hablado ya, que poco o nada podría aportar desde mi
humilde púlpito. Siempre nos quedarán aquellos temas recurrentes de los que
todo el mundo opina, a los que todo bicho viviente se suma, que no pasan de
moda y que quedan muy bien para la fotografía, como son el ¡NO A LAS GUERRAS! y
el sí a la paz, el no a la pobreza y el
sí a la ayuda humanitaria, el no a la violencia general de género y el acabose
de la impunidad machista, o el grito contra el absurdo terrorismo de ETA.
Todos ellos, por junto o separado, quedan debuten en el
discurso y en el currículum, pero… la verdad es que sigo teniendo el folio en
blanco y sin saber de qué hablaros en esta fría mañana de otoño.
Publicado el 27.11.2009
A PIES JUNTILLAS
Buenos días, o al menos a mí me lo parece, ¿para ti qué tal
son? Con demasiada frecuencia me encuentro
gente enfadada, furibunda, quejándose del mal humor del vecino; molesto
porque Hacienda le ha dado una puñalada trapera; irritado por hacer cola en los
pasillos del ambulatorio; resentidos unos con los políticos de un bando con el
que no comulga, molestos los otros con las decisiones, todas, que toman
aquellos a los que no votó ni votaría nunca. Con excesiva reiteración se
suceden en nuestro entorno frases despectivas hacia personas a las que no hemos
tratado en las distancias cortas, de las que nos han dicho esto o aquello, y
sin dudarlo, como si se tratara de verdades absolutas, nos las hemos creído,
viniendo de quien venía, sin cuestionarlas, a pies juntillas. Cada día nos
parecemos más, en pensamiento, al esperpento que nos esforzábamos en esquivar.
Quejicas, plañideros, llorones, ante cualquier situación por nimia que esta
sea, obcecados en criticar sin argumentos, en protestar sin razonamientos y en
reclamar para demostrarnos a nosotros mismos que nuestras tesis siempre son
ciertas, que nuestro juicio es tajante, único, palabras que en esencia son
sinónimas de dogmático, autoritario, categórico, dictatorial, tiránico o
dominante. Cada amanecer me levanto con la esperanza de encontrarme a un hombre
justo que me repita la rotunda fórmula de los “buenos días”, y que crea en
ella, que difiera y convenga a un mismo tiempo, que diserte con la aplastante
lógica de la capacidad de convencer siendo justo y moderado a un tiempo, pues
me entristece que, llegado al crepúsculo, los lugares por los que habito, no
han sido regados por las gotas de la sabiduría, la erudición o el
discernimiento, lamentablemente.
Publicado el 30.9.2011
LA BATALLA DE BAILÉN
VERSUS INDEPENDENCIA
Un año más, en Bailén, hemos reconstruido parte de la
gloriosa historia que escribieron nuestros antepasados, los mismos que
vertieron su sangre por entre los olivos. No todos eran de Bailén, pues los
había de Mengíbar, de Porcuna, de Jaén, de Andújar, de Utrera, de Carmona,
piqueros de Jerez, de Granada y de Málaga a cargo del General Reding, de Écija,
de Villanueva de la Reina o de Córdoba. Les movía un ideal: la independencia de
España del opresor francés. No se pararon a pensar si las ideas ilustradas y liberales
que querían introducir en este país eran buenas, propicias o justas. Lo único
que importaba era que habían violado nuestra tierra, asesinado a nuestras
gentes, mancillado nuestro honor, a pesar de que este se tambaleaba en horas
bajas, por culpa de unos papanatas de reyes, padre e hijo, Carlos IV y Fernando
VII, enfrentados por la corona y olvidados por completo del pueblo sobre el que
reinaban y que pasaba hambre y escasez. Ese mequetrefe de Napoleón se había
burlado de las gentes de este país, los había minusvalorado, y ese fue su gran
error y a la postre su tumba política, pues se le olvidó, o algún consejero se
lo ocultó adrede, que el español del norte, del sur, del este, del centro, de
las islas y del oeste, era un ser orgulloso, apegado a su tierra y a sus
costumbres, amante de una sola bandera bajo la que todos nos parapetábamos, y
que sin complejos nos acogía, algo que hoy se nos ha olvidado, y de lo que tal
vez un día nos arrepintamos, pues nuestra historia colectiva, regada de sudor y
de sangre, se escribió a nuestro pesar, y a pesar de los políticos de
pacotilla. El pasado fin de semana en Bailén rememoramos lo que ocurrió tal día
como hoy hace doscientos años, en 1811, un pueblo ocupado por las tropas
francesas. Hoy son los financieros los que nos tienen ocupados, y, encañonados.
Lo que no saben es que los españoles somos un pueblo orgulloso, y aunque
perdonamos, no olvidamos quién es el enemigo.
Publicado en Octubre de 2011
¿ME LO DICES O ME LO
CUENTAS?
¿Me lo dices o me lo cuentas? Hace apenas dos días, el
impresentable de turno que en todos los lugares los hay, vociferaba acerca de
las bondades de la antigua dictadura franquista, en un intento de ensalzarla
sobre el actual sistema democrático en el que vivimos. Cierto es que aún sufre
de mil y una imperfección, que sus aristas son cortantes, máximo cuando alguna
sentencia del Supremo o del Constitucional, no nos place, o tal vez podríamos
decir, no se ajusta a nuestro criterio. Pero eso, maldita sea, no puede
presentarse como un triunfo de la depravación y la inmoralidad, no puede
achacarse a errores de funcionamiento, pues así quedan establecidas las reglas
del juego democrático, nos gusten o no nos gusten, perdamos o ganemos, triunfe
nuestro partido o nuestros postulados, o por el contrario, se alce con la
gloria nuestro enemigo más enconado, trátese de grupo político, ciudad, región
o equipo de fútbol. Por ello, cuando el impresentable de turno, voceaba en el
desierto del desprecio, clamando por la vuelta de un régimen que, a años luz,
nadie reclama como suyo, y nadie defiende como válido o provechoso, personajes
repugnantes de cuentos depravados, no hacen más que afianzar nuestras creencias
en el poder de la palabra, en la equidad de la justicia, aunque no nos gusten
sus fallos, que es igual que veredictos. Voltaire pronunció aquella famosa
frase de nuestro imaginario, que yo ahora suscribo: “No comparto tus ideas,
pero daría mi vida para defender tu derecho a expresarlas”. ¿Harías tú lo mismo
por mí?
Publicado el 14.5.2011
RECUERDO DÍAS FELICES
Recuerdo días felices en los que los puentes festivos la
familia se iba de vacaciones a la playa o a disfrutar de la cultura del
interior de España. Aquellas comidas en restaurantes de moda, relegadas al
olvido; las visitas educativas a los centros comerciales, entre frondosos
escaparates que ponían a nuestros pies los mejores placeres de este mundo:
¡daba gusto gastar dinero! Cierto que ese consumismo también se traducía en que
las familias hacían más vida en conjunto, haciéndonos dueños de la calle, sin
soportar las agobiantes tensiones de la falta de medios económicos para hacer
frente al día a día, no digo ya a la hipoteca, a los préstamos contraídos, a la
tarjeta de crédito del Corte Inglés. Ahora nos damos cuenta que la felicidad no
solo es posible si poseemos los medios adecuados para subsistir, pues ello es
conformarse con muy poco: tenemos que aspirar además a gozar del resto de los
entretenimientos y deleites que por mor de esta crisis, nos están vedados, como
es la cultura, los viajes, la gastronomía, cierto consumismo moderado, y por
supuesto de los amigos; forzando el inexorable cambio de dirección de las
cosas, pues, ¿os dais cuenta que realmente nos dejamos llevar por el rumbo de
los acontecimientos? sin que, en ocasiones, hagamos más de lo recomendable. Sal
y toma la calle, ríete de tu propia suerte, consume como tú ahora sabes, habla
con los amigos, que es gritas, viaja conforme a tu presupuesto, no renuncies a
ello, y las soluciones vendrán por añadidura.
Publicado el 8.3.2012
DESEQUILIBRIOS Y
DEPRESIONES
Es a base de desequilibrios y depresiones de lo que está
hecha la historia del ser humano. No es nuevo que la serenidad, el sosiego, la
placidez, el conservadurismo personal, ralentiza el avance del mundo. De
situaciones de crisis sociales y económicas, como la actual, surgirán
nuevas propuestas, una visión distinta de los equilibrios financieros lógicos
que deben presidir las relaciones entre el Estado y los ciudadanos. De los
problemas personales, de las rupturas matrimoniales, de los lances y dificultades
que ineludiblemente nos encontraremos en el devenir de nuestra experiencia
vital, resurgiremos fortalecidos, aunque doloridos, con las cicatrices
alineadas sobre nuestra piel. Así es la vida. De las homicidas y absurdas
guerras, que siempre consideramos inevitables, renacen estados, estructuras
supranacionales, sociedades de naciones, o la necesidad de forjar Declaraciones
de Derechos Universales. De las revoluciones restablecer el equilibrio social,
de las guerras la paz, de las tempestades las calmas. Del desamor el amor o más
bien la cordura. El mundo, nos guste o no nos guste, se mueve a impulsos de
crisis, contratiempos, rupturas, guerras y vicisitudes, pues está en la propia
naturaleza del ser humano, en su carácter, en su razón. Por desgracia, necesitamos
los conflictos para nuestras
irremediables mutaciones.
Publicado el 11.3.2012
AL SOCAIRE
Hablemos de fútbol. Hablemos del paro.
Hablemos de fútbol. O mejor no, hablemos del paro, aún a
riesgo de entristecerme el fin de semana. ¡No!, preferiblemente discutiremos,
comentaremos los últimos acontecimientos internacionales, la muerte, o mejor
decir, el asesinato de Estado de Ben Laden en Pakistán, a manos de fuerzas
especiales de EE.UU. Se me ocurre que podríamos debatir sobre las próximas elecciones
municipales y autonómicas, aunque bien pensado, ¿qué podemos aportar nosotros
que no se haya dicho ya al respecto? Os sugiero que reflexionemos sobre la
crisis y el síndrome del túnel que se aleja a medida que nos acercamos a la
salida, pero seguramente la mayoría os aburriríais con los exponendos, a otros
parece molestarle la escasa luz que llega. Y, ciertamente, no se me ocurren
muchos más temas que desarrollar en este comentario: tal vez sobre cultura,
quizás literatura; acaso educación o leyes, justas e injustas, a criterio de la
víctima o al socaire del lucrado. Otros me han propuesto hablar del bello arte
de la tauromaquia, quizá de la escenografía y el teatro, puesta en boga por los
jugadores de fútbol. O comentarios acerca de los estrenos en las carteleras de
nuestros cines –quien los tenga, pues en Bailén, mi pueblo, no hay cines-; o
hablar por hablar de los problemas de las familias, o salirme de peteneras
discerniendo sobre filosofía, el sentido
de las religiones, el placer de la música, u ocio, acontecimientos varios,
fiestas y romerías. Todo es comentable,
sugerente o sugerido, aunque bien pensado, ¿porqué no nos dejamos de tonterías
y hablamos de aquello que enciende la luz roja y las pasiones de hombres y
mujeres, que mueve el mundo, derriba gobiernos y está detrás de cada gran
acontecimiento, al socaire de los latidos del pecho?
Publicado el 6.5.2011
A PECHO DESCUBIERTO
En ocasiones convertimos en desastre personal la eliminación
de Rafa Nadal en un Master 1000, o la escasez de medallas de la selección
española de atletismo en un Europeo al aire libre. A menudo, al contrario de lo
que dices, pero de acuerdo con lo que piensas, la derrota de tu Madrid o de tu
Barça monopoliza durante una semana tus conversaciones, tu estado de ánimo,
recorriendo el veneno de la estupidez tus vasos capilares en dirección a la
mala leche que pretendías sin éxito esconder al resto de los mortales. Pienso
que no es una catástrofe que la selección de baloncesto pierda un partido
amistoso con Grecia en el infierno deportivo de Atenas, o que se pierda por un
pírrico 1-0 con Inglaterra, a fútbol, en el mítico Wembley a pesar de haber dominado durante 90 minutos. Pero es que
tampoco es un infortunio personal que tu Partido, el PP, perdiera las
elecciones del 20-N. De todas formas, si tu partido es el PSOE, date por
perdido, aunque tampoco tendrás que
tomártelo como un fracaso propio, o tal vez varapalo, pues los errores
cometidos o silenciados no surgieron de tu bolsillo, acaso.
Tal vez se nos subió el éxito y el oropel a la cabeza, nos
creíamos dioses y dueños de las incontrolables fuerzas de la naturaleza, y
devenimos en seres hechos de mantequilla que, derretida, mostró el auténtico
semblante de la bestia, la endeble estructura de nuestros valores. ¡No! No es
ninguna tragedia quedar segundo en el Gran Premio de Abu Dabi, acabar quinto en
el Campeonato del Mundo de Ciclismo de Fondo en Carretera, que nuestro venerado
club de fútbol quede segundo en la Liga de las Estrellas, como tampoco es un
drama, un accidente que nuestro hijo haya perdido un partido en el patio del
Colegio en la hora del recreo. ¿A qué sufrir o angustiarse con tales
vicisitudes, cuando tenemos en juego conceptos que, aún desapercibidos,
articulan las verdaderas razones de nuestras existencias? Aunque ello tendrás
que descubrirlo por ti mismo, sin ayudas, sin artificios, sin mentiras, a pecho
descubierto, como hubiera dicho mi padre en uno de sus lúcidos momentos.
Publicado el 19.11.2011
LA ESPALDA AL MUNDO
Volvemos de las vacaciones de verano. Es curioso, volvemos
estresados. Eso le comento a más de un amigo cuando nos encontramos, ¡si es que
nos vemos!, pues andamos todos un poco despistados. Cierto que este verano ha
sido especialmente caluroso, y eso se nota.
Cierto es que habíamos volcado demasiadas expectativas en que acabado el
estío se acababa la crisis y no ha sido así, o al menos eso me parece, y eso
también se nota. Cierto es que los niños son más mayores y nosotros un poco más
viejos, que también se nota, aunque no lo creas. Que nos ha dado por correr dos
kilómetros al día, y no los cinco que decimos a los demás que corremos, y
estamos media hora después para el arrastre. Que nos refugiamos en las piscinas
particulares y le damos la espalda al mundo. Y, al contrario de lo que se
espera, por tratarse de una estación en la que nos acompaña el buen tiempo, no
salimos a la calle lo necesario, dejamos de frecuentar los lugares habituales,
encerrándonos junto al aire acondicionado que tan fresquito sopla.
No nos engañemos. Trazamos un paréntesis de quince días, un
mes o tres meses, según profesiones, medios y posibilidades, pero la realidad
con la que nos volvemos a enfrentar es la misma cara cansina de los mismos
políticos empeñados en enfrentarse por cuestiones a veces banales, olvidándose
de lo principal, que somos las personas, sus vecinos de al lado. Volvemos y nos
bombardean con noticias que ya sabemos, como son el estado de la economía
nacional y mundial, el estancamiento de la
venta de vehículos, la normalización a la baja de la producción, las
enormes tasas de desempleados, la huelga de septiembre, la juerga en algunos
programas de televisión, que parecen que la cosa no va con ellos. En
definitiva, más de lo mismo y más de los mismos. Yo, que quieren que les diga,
pues que para esto me voy otra vez de vacaciones. Hasta luego Antonio.
EL COLOR DEL CRISTAL
CON QUE SE MIRE
Por aquello de la maldita crisis que nos tiene embelesados de
hastío y embobados de pasivo, resulta que este pasado puente del Día de
Andalucía, me quedé arrestado en la casa, sin playa, sin montaña, sin turismo
cultural y sin platicar idiomas. Arrebujaito en el sofá, he tenido que convivir
con mis hijas pequeñas contándole anécdotas, ayudándoles a hacer ejercicios de
clase, compartiendo películas de dibujos animados y de acción, los tres
apretaditos, rozándonos acaso las caras que un tanto tenía olvidadas. Para no
aburrirnos, he avanzado en más de 15 páginas el contenido de mi última novela
que tenía algo abandonada. He terminado de leer “El Sueño del Celta”, del Nóbel
Vargas Llosa, que por cierto os aconsejo. Y me ha sobrado tiempo para ordenar
papeles, colgar algunos cuadros y efectuar unos arreglillos caseros para
obreros no demasiado cualificados. Además, por ir contracorriente de apatías y
sopores me convertí en personaje de 1808 y el restaurante ídem compartí chanzas
y batallas con otros amigos con los que solía antaño conquistar territorios
vírgenes e inhóspitos. Amén de colgar
varios comentarios y fotos en el blog, varios artículos para Bailén Informativo,
y este mismo que escuchas, sin olvidarme de mi partido de fútbol y de pádel con
los otros amigos, y largos paseos con mis hijos y con los perros, por las
escabrosas calles de Bailén. Por ello, cuando contaba mi aburrimiento del
puente con un amigo que sí huyó a Barcelona, no pudo más que contestarme con el
axioma: “Bendita crisis bendita”, y yo responderle aquello del color del cristal con que se mire.
Publicado el
7.3.2011 (mi cumpleaños)
CURTIDOS EN
MIL BATALLAS: LA VIDA CONTINÚA
Nuestros gritos, lamentos y oraciones por la pertinaz sequía
los dirigíamos a un cielo demasiado claro, excesivamente intenso que no
amenazaba lluvias, que presagiaba un nuevo ciclo de escasez de agua que sumar a
la maltrecha economía de nuestro pueblo, enfrentados a la realidad más que
probable de ser los últimos en engancharnos a una recuperación ansiada que no
divisamos todavía en la lejanía. Nuestras súplicas y oraciones se tornaron en
excesivas, tal vez nunca debiéramos haber pedido al unísono con tanta vehemencia
y ahínco, y ahora resulta que el agua nos ahoga, que los embalses desembalsan
convulsivos, que los campos anegados sufren los estragos de la abundancia
superlativa, y nunca más a cuento aquello de “nunca llueve a gusto de todos”, pues aún si haber iniciado apenas
la recolección de la aceituna, ya se calculan los resultados desastrosos de la
cosecha, la aceituna en el suelo perdida o enterrada, los suelos como charcas
embaldosados, y un nuevo lamento que añadir al desatino.
No obstante, curtidos en mil batallas los bailenenses,
sostenidas desde principios de los setenta
-al menos que yo recuerde en mi diario imaginario- hasta este presente
de pesadilla, nos hemos sobrepuesto a situaciones análogas en ocasiones,
mejores y peores, según rece el rosario de cada cual en su propia vestimenta, e
incluso a veces ilesos resultar fortalecidos cuando no admitíamos esperanza
alguna. Por ello no nos asusta el incierto presente y menos aún la llamada del
banquero exigiéndonos el pago del último recibo
vencido de la hipoteca, o la letra del coche que si no pagamos nos
ejecutarán en menos que canta un afónico gallo de opereta. Ya no nos asusta
nada de lo que nos cuentan, pues peores
batallas sostuvimos, reses más bravas eludimos y hete que aquí seguimos,
enseñando la encarnada muleta ante los hocicos de una tétrica situación
financiera, económica y política que, en ocasiones, nos enseña los cuernos de
la escasez pero que no doblega nuestras costumbres ni nuestros ímpetus.
Tal vez no compartas esta opinión en su conjunto, no asumas
el contenido, las formas o vaya usted a saber qué. O tan solo no suscribas el
título en el todo o en la parte. Tal vez. Pero es mi obligación darte
esperanzas, pues entiendes, o al menos eso espero, que eso es lo último que se
pierde, dicen, aunque yo creo que lo último que extraviamos es la vergüenza,
que algunos perdieron o perdimos en el largo recorrido de este desierto que es
la propia vida y todas sus consecuencias, máxime cuando inexorablemente esta
sigue latiendo.
Publicado el 2.2.2010
DEBAJO DE ESTE PUENTE
Buenos días. Un silencio. ¿Y ahora qué? Crees que tengo
ánimos de empezar con buenos días cuando en marzo ha incrementado el país la
cifra de parados en 34.400 personas, que por cierto no solo son estadísticas,
sino seres humanos, que en ocasiones se les olvida a los políticos, y también
al resto de mortales. ¿Buenos días? ¿De qué? ¿Te ha subido la empresa el
sueldo? ¿Te ha tocado la lotería? ¿Te han bajado los impuestos? ¿Cobraste el
importe de aquella subvención aprobada y no percibida? ¿Pudiste cobrarle a
aquel moroso que a tus espaldas se reía de ti? ¿Te ha perdonado el banco el
préstamo? ¿Te ha condonado la hipoteca? ¿Acaso te han bajado la gasolina, el
gas, la electricidad, el agua, la contribución y perdonado las multas por aparcamiento? Buenos días, ¿de qué, moreno? ¿O es que estás de cachondeo? Eso me decía un
amigo cuando me veía por la calle después de oír mis comentarios por las ondas;
frases como: demasiado optimista, macho. Y es que no es para tanto. ¿En qué
país vives tú? ¿Sabes lo que ocurre a tu alrededor? Ciertamente me hizo
reflexionar, y por fin, me atreví a confesaros: ¿Cómo
deciros buenos días viviendo en la nostalgia desde debajo de este puente?
Publicado el 8.4.2011
¡DEPRISA, DEPRISA!
Lo siento pero hoy voy deprisa, me acucia el estrés, me
agobia la economía, me oprime el tiempo y la velocidad se me antoja aliada. Lo
siento, pero donde antes eran dos minutos, ha de ser apenas uno, o un tercio.
Acabo de cumplir los cincuenta, es decir, la mitad de la vida, y pienso que aún
me quedan demasiadas aventuras que vivir, sobradas experiencias que sentir, y
tan solo tengo una vida de la que preocuparme, por lo que he decidido, a propia
voluntad, acelerar el ritmo de mi discurso, incrementar el impulso de mi biografía,
y procurar vivir tres vidas o tres historias al mismo tiempo. ¡Sí! Es posible.
Pruébalo, quizás te unas al club de los apresurados. Me propongo en una de
ellas ser el asesor educado, moderado, profesional, el personaje trajeado en
quien confías tus ahorros y tus secretos laborales y fiscales. En otra, al
oriente del deseo, estaría el rebelde, el poeta, el pensador, el inconformista,
el crítico, el extremado. Y, manteniendo el equilibrio entre ambas, el
dubitativo, el que sí pero no. El correcto y a la vez descortés, que resucita
con el alba pero a quien la noche le estimula el arrebato y el lance, que
aunque con corbata y chaqueta, amenaza vaqueros y deportivas. Aquel que teme
por su vida mientras su motocicleta rueda a más de doscientos por el resbaladizo
asfalto. Esos tres personajes se asoman, porque todos ellos quieren vivir sus
propias vidas, y a veces les cuesta convivir en el mismo cuerpo, el cual, no
deja de ser, al final del cuento, un simple envoltorio de experiencias
concebidas para dejar un minúsculo recuerdo.
DIRE Y DIRETE
A vueltas estaba con el asunto de la tragedia en Haití,
pensando que siempre les toca a los menos agraciados ser los más desgraciados, cuando resuena en
mis oídos la fanfarria del último dire y direte entre gobierno y oposición: el
pacto por la educación. Como muchos de
los oyentes, yo soy padre, sí lo confieso, y me preocupa todo aquello que se legisle y
que afecte al universo de la formación de mis hijos. Lo que me cabrea, y creo
que a más de uno en este país de venerables muevelotodos, es que se juegue con
el futuro de los que hoy son menores, y con el presente de los que hoy somos
mayores. Por eso, vamos a estar
expectantes, ojo avizor, a las maniobras
y gestos que unos y otros ejecuten en el escenario sagrado de la
educación. Estamos hartos, cansados, de
que los distintos gobiernos se carguen lo que los anteriores aprobaron y
aquellos lo que otros votaron, y los otros lo anterior, y así sucesivamente.
Sí, se debe de hacer un pacto de estado, o de personas, o de partidos, o como
ustedes quieran llamarlo, pero déjense de tonterías y aborden el asunto con
diligencia, con espíritu abierto y pensando que, para exigir en determinados
aspectos de lo negociado, habrá que ceder en otros. Pues no se les olvide a sus
señorías y a los que con cautela me escucháis, que hablamos de la educación, a
la que algunos aún llamamos: la madre de todas las ciencias. ¿O de qué estamos
hablando?
Publicado el 22.01.2010
EL ROSTRO TRISTE DEL
NAZARENO
Buenos días Jaén, buenos días penitentes. Aún frescos los
actos del traslado de Nuestro Padre Jesús Nazareno al Camarín de Jesús, me
quiero sumar humildemente, si me permiten, a esa legión de variadas opiniones,
citas y consideraciones hacia nuestra Imagen sacra más ensalzada, pues me quedé
esperando tu llamada. Estos días he vuelto a recordar con emotiva nostalgia,
las madrugadas del Viernes Santo en la calle Merced Alta, donde nací, el olor a
incienso y claveles que acompañaban al Abuelo, la solemnidad del momento en el
que un niño de apenas cuatro o cinco años, asomaba su diminuta cabeza por la
ventana del terrado hasta alcanzar con la mirada el triste rostro del Nazareno.
El trabajo y la familia me llevaron a Bailén, donde resido, pero cada año,
desde hace treinta, transito ávido por la carretera en esa mágica noche de
Semana Santa, en dirección a la Catedral y los emblemáticos lugares de mi
añorado Jaén, para encontrarme frente a frente con el rostro de mi venerado
Abuelo. Hoy son cientos, miles, los bailenenses y paisanos de la provincia, que
se ven arrastrados cada Madrugada de la Pasión, por la marea de los sentidos
hasta la capital, con el ánimo de la caricia fría del invierno en la mejilla,
por la que apenas unos segundos antes corría sinuosa una lágrima de emoción
contenida. Aún frescos los actos del traslado del Abuelo, sigo esperando una
llamada redentora.
EL EJÉRCITO
Buenos días. Al menos luce el sol en este luminoso día de
primavera. Y es que está el patio
demasiado revuelto, demasiado para mi gusto. Menos mal que los más de 30 años
de democracia en este país nos permiten opinar, debatir, enfrentarnos cara a
cara arrojándonos las ideas, porque con este escenario teatral, hace 27 o 28
años estaríamos tal vez cagados del susto, huyendo en desbandada o acaso
sacando pecho, según las poses que cada cual adoptara y el bando al que nos sumáramos. Hoy, gracias a Dios, como decía mi coronel
hace apenas dos semanas, en Colmenar Viejo, la Institución que más valoran los
españoles, según todas las encuestas realizadas por los gurús de la sociología
y la estadística, es El Ejército, paradigma de adaptación al nuevo marco
constitucional y social de este país en el contexto europeo e internacional. No
podríamos decir lo mismo de la clase política, de toda la clase política, sin
excepciones honrosas, que las habrá, no me cabe la menor duda, pero que serán
las menos. Ni tampoco de la judicatura, que cada día nos sorprende con una
nueva puñalada al bajo vientre mientras con la mano escondida nos secciona la
yugular, incluso abalanzándose como lobos esteparios entre ellos mismos, ¡qué
espectáculo más bochornoso! No le van a la zaga la clase empresarial,
representada por un quebrado en horas bajas, o los sindicatos que, siendo
necesarios en este tablero democrático, no han sabido adaptarse a la nueva
situación que vive el país, marchando por sendas fabricadas en tiempos de
bonanza y que hoy ya no son válidas. Por ello, reivindico el papel de nuestro
ejército en este marco social, al que admiramos los españoles, y lo hago
extensivo, por definición y convicción, a otro cuerpo de carácter militar, como es la Guardia
Civil, recientemente reconocida por la
Asociación Caecilia como Entidad de Carácter Social, labor que pocas personas
les reconoce y quizás el ámbito en el que más actúan a diario. ¿Y cuál es, te
preguntas, la moraleja de este cuento? Pues que políticos, jueces, empresarios
y sindicatos aprendan a mirar de reojo a nuestro ejército y copien y peguen sus
valores, pues a buen seguro que mejor les iría, y de paso también a este país
necesitado de nuevos moralistas.
Publicado en junio de 2010.
TIRANOS
A menudo los tiranos de nuestros hijos nos recuerdan que
estamos pasados de moda, que no les entendemos en su filosofía existencial y en
sus permanentes huelgas de brazos caídos. Y nosotros nos reímos. Con
frecuencia, esos jovencitos que invariablemente los fines de semana dirigen sus
pasos, como zombis, hacia el botellódromo, a ponerse ciegos de alcohol y algún
que otro porrillo, nos sueltan la consabida perorata de que necesitan libertad,
independencia y espacio para realizarse, cuando lo que quieren es que les
compremos un coche, les paguemos la gasolina y, a ser posible, un piso a
compartir con dos o tres amigos más en el centro de Granada, Sevilla, Málaga,
París o Londres, ¡qué les da igual!, ¡cuánto más lejos de sus padres, tanto
mejor!. Pero no nos olvidemos de cederle gratis nuestra tarjeta de crédito. Y
además nos reímos. Es cierto que esta maldita crisis se ceba fundamentalmente
con los jóvenes, muchos de ellos nuevos licenciados; una juventud brillante…
aunque todavía no he terminado de comprobar en qué…salvo en el deporte; si
bien es cierto que el esfuerzo al que se
comprometen ellos, en ocasiones, es insignificante, mínimo, pues saben que
nosotros, los padres, nunca permitiremos que nuestros hijos sufran lo que
sufrimos en otro tiempo nosotros, padezcan lo que padecimos nosotros, o
carezcan de lo que nosotros carecimos, les es muy fácil exigirnos libertad,
independencia y espacio para respirar, o
lo que es igual, dinero, dinero y tiempo para disfrutarlo, a cambio en
ocasiones de nada, pues al parecer nuestra obligación es proporcionárselos y la
de ellos no rendirnos cuentas ni ilusionarnos. De todas formas, y dado que
hablo de forma genérica y no personalizada, a aquellos cuyos hijos se esfuerzan
y sacrifican, sin pedir a priori nada a cambio, enhorabuena, pues de ellos será
el reino de la prosperidad y la recompensa.
Publicado el 15.12.2011
VALLADOLID
Por razones de trabajo y formación, me encuentro desplazado a
Valladolid hasta el 25 de junio. Comparto espacio y tiempo con 21 compañeros
venidos de toda España. Desde Gijón hasta Málaga, pasando por Madrid, Zaragoza,
Granada y Jerez de la Frontera, el amigo Juan Carlos Pozo, responsable, como
dice él, de una fotocopiadora, en un cuartel militar. Otros han llegado desde
Barcelona, caso de Nemesio Quiles y José Miguel Varas, de Sevilla, de Palencia,
Córdoba, Bilbao, Ponferrada, y el mismo Valladolid. Incluso tengo un compañero
de Linares, y concejal en Canena, que responde al nombre de Santiago Molina
García. Desde la distancia, es inevitable acordarse de la tierra de olivos y
secano que uno dejó atrás hace apenas una semana, y a la que recuerda por todas
aquellas raíces que dejamos sembradas en su geografía: mujer, hijos, hermanos,
amigos. Aunque también nos surgen las preguntas, los dilemas filosóficos y
morales de la convivencia con compañeros y compañeras llegados de todas las
regiones de España, incluida Melilla; las rivalidades regionales que nos
llevan, sin solución de continuidad, a conocernos, a comprendernos, a
respetarnos, cobijados bajo una única bandera que ha resistido los avatares del
tiempo, los vaivenes políticos y los intentos de rediseñarla para cuestionarla.
Hoy, desde Valladolid, me siento un poco más español que lo era ayer, aunque
probablemente menos que mañana.
Publicado el 21.6.2011
A ESTE LADO DE LA
ORILLA
Sostengo entre mis manos una fotografía algo añeja. Cuatro
amigos en un concierto de rock cruzan sus brazos a la par que brindan con
cerveza por tan mágica noche. Creo recordar que se captó en Linares, del grupo
no me acuerdo, pero sería sobre el año 82 u 83. Me llama poderosamente la
atención el aspecto de cada uno de ellos. Como solíamos decir, eran
asquerosamente jóvenes, insultantemente felices, sin problemas aparentes, sin
perjuicios. Delgados, sin aristas ni arrugas en la piel. Vestidos a la moda de
los 80, con cazadoras. Incipientes tupés, pero nunca exagerados, y sin
renunciar a las patillas largas y
esbeltas. Las sonrisas de los cuatro delatan una insultante felicidad de tintes
etílica. La música y el sexo se dibujan invisibles en el aire. Tras más de
veinticinco o veintiséis años, yo mismo no me reconozco en esa vieja fotografía
a todo color y a toda pastilla. Antonio no parece el mismo, El Huesos ya no lo
es tanto, y Juanma está en otros menesteres. Gracias a Dios aún viven todos. Es
posible que alguno de entre los personajes anónimos de la multitud sea fantasma
de la noche y deambule por aquellos otros mundos, pero los cuatro amigos, que
apenas se ven, que esporádica y casualmente coinciden en algún acto social, no
son los mismos, o al menos yo, cuando los veo reflejados en el papel cuché de esta foto, no reconozco a los
amigos de antaño, tan lejos de mis pensamientos. Y es que… amigos, os habéis preguntado alguna
vez, cuán corta son nuestras vidas, que ligeros y volátiles los días. Entonces,
¿para qué tanto equipaje?, ¿por qué tanta lucha, tanta mentira, tanto olvido?
Si apenas en un tris-tras hemos
consumido tres cuartas partes de la vida y aún así nos cuestionamos las metas
del futuro. ¿Para cuando tienes pensado comenzar a vivir en este lado de la
orilla? Si puede saberse.
EL EFECTO DEL ABANDONO
DE LAS ARMAS
Hoy siento que respiro mejor, que mi corazón late más pausado
y rítmico que de costumbre, que el canto de los periquitos es más alegre y
polifónico, que la vecina del cuarto me ha sonreído de distinta forma al
cruzarnos en la acera, que el policía municipal es más correcto que de
costumbre, y que las noticias de los telediarios son menos escabrosas que hace
apenas una semana, ¿será consecuencia del efecto abandono de las armas por parte
de ETA? Seguramente en estos últimos días, cuarenta millones de españoles nos
estrecharemos las manos felicitándonos por el logro de haber vencido a la banda
terrorista que tanto daño ha hecho a este país, que tanto perjudicó la
convivencia y la imagen de la propia Euskadi, que hizo peligrar por momentos la
democracia y la concordia de los ciudadanos de bien. Seguramente otros miles de
españoles estarán tristes y cabizbajos porque sus seres queridos, asesinados o
mutilados por esa cruel banda de forajidos, no encontrarán motivos, pues nunca
los hubo, para entender tanta barbarie, tal salvajismo sin sentido: ellos no
estrecharán sus manos, nuestras manos, lo entendemos, ni se felicitarán por el
logro de haberles vencido con las armas de la justicia y de la razón. Lo
entendemos, pues no hay perdón, como tampoco hay olvido. No se deben olvidar a
los miles de víctimas de ETA, asesinados y mutilados. En cambio sí debemos de
pasar página, avanzar, recorrer junto a las víctimas el sendero que nos lleve a
superar los estigmas de un pasado que nunca debió haberse escrito.
Publicado el 8.11.2011
BALTASAR GARZÓN Y OTRAS
CANTINELAS QUE NOS CUENTAN
Buenos días paisanos.
Me hubiera gustado comenzar este día con otra cantinela, más agradable,
más festiva, más carnavalesca, propia de estas fechas, pero no puedo abstraerme
de un hecho que me resulta desesperadamente lamentable: el escarnio que se
quiere hacer con nuestro paisano el magistrado Baltasar Garzón. Lejos queda
para algunos sus inmaculadas instrucciones, privando del sol de cada mañana a
cientos, a miles de etarras; o las innumerables y sonadas detenciones de traficantes
y capos de la droga; o su persecución del GAL. O más recientemente el sumario
del caso Gurtel, y otros casos de corrupción de cualquier clase política. O tal
vez no queda tan lejos nuestra memoria, y es precisamente esta la que propicia
la implacable persecución a que está siendo sometido el juez Garzón. Me
pregunto, ¿cómo se puede dar crédito jurídico a determinados grupos ultras que
todos sabemos qué persiguen en sus elementales principios? Alguien que tuvo la
osadía de perseguir los crímenes, de todos conocidos, contra la humanidad, del
dictador Augusto Pinochet, y de otros sufridos tiranos, a pesar de que la
corriente del río aconsejaba dejarlo pasar para otro momento indefinido, no
puede ser, en este país de pantomima, objeto, o al menos intento, de
humillación, sino de reconocimientos miles.
¡SÍ!. A mí me cae bien, a pesar de su imagen mediática y televisiva, a
pesar de su arrogancia y maneras. O es que no corre por sus venas esa sangre
semejante al verde oro, de la que están hechas nuestras heridas. Yo también, yo
también me sumo a todas esas voces que piden respeto y justicia para nuestro
paisano, y una goma de borrar para que limpiemos el buen nombre de la teñida judicatura.
GASTO PÚBICO (“GASTO PÚBLICO”)
Cada día son más las voces que se alzan advirtiendo contra
las medidas económicas dictadas desde el corazón de una Europa dividida que no
encuentra soluciones al gran problema de la crisis financiera y al
endeudamiento de los Estados. Cada día oímos a más economistas y filósofos,
porfiar contra los acuerdos pactados en espaciosos despachos de inmensos y
fríos edificios, y contra ajustes que consideran disparatados e irracionales,
defendiendo precisamente todo lo contrario: frente a la menor inversión en
infraestructuras, los rebeldes del sistema proponen una mayor apuesta por el
gasto público; frente a la reducción de fondos en educación, sanidad e
investigación, proponen un decidido desafío por potenciar y renovar los que son
considerados pilares del estado de bienestar. Frente a las restricciones en el
consumo de bienes accesorios o secundarios, propugnan adquisiciones selectivas;
más ocio aún sin derroche; menos ahorro y más visión de futuro. Equilibrar las
cuentas sí, pero sin grandes penurias; no alterar en demasía los sanos hábitos
cotidianos, que en definitiva es modificar nuestra singular forma de vida. Cada
día son más las voces que nos advierten del gran error de seguir las pautas que
nos marca la señora Merkel, además de primer ministro, directora general de un
conglomerado de empresas e intereses nacionales que nos llevan a la ruina, a la
hecatombe, y al abandono sistemático de
nuestros principios más fundamentales, como fueron otrora la camaradería, la
solidaridad, la diversión, la risa y el
entusiasmo, apagados como estamos todos, y sobre todo los políticos, en este
mar de llanto que es la crisis y sus consecuencias. Cada día son más los que
nos dicen que el camino que estamos tomando es el equivocado, y que en un
momento determinado deberemos de desandar lo andado, pues abocados vamos hacia
estructuras y modelos de principios del siglo XX, y no hacia un previsible
siglo XXI.
Publicado el 16.3.2012
GUERRAS MUNDIALES
Reconozco que hoy ando un tanto mosqueado con un asunto que
me ronda y me tortura en mis pensamientos más profundos. Acabé de leer hace
apenas un mes la novela de Ken Follet, “La caída de los gigantes”, que como
sabrán trata de los inicios y desarrollo de la 1ª Guerra Mundial, dibujada con
gran maestría por el autor galés. Tras un paréntesis en el género literario,
disfruté de varios ensayos de carácter histórico y algunas que otras novelas
cortas de autores japoneses y escandinavos para, a continuación sumergirme de
lleno en la odisea de la 2ª Guerra Mundial, de la mano de Julia Navarro y su
obra “Dime quién soy”, con un breve paso por su antesala, la Guerra Civil
Española y sus prolegómenos históricos encarnados en la familia de Amelia
Garayoa, una especie de joven Mata Hari española que recorrió más de medio
mundo, y que no fue ajena a la pasión y al amor, como tampoco a la miseria de
las consecuencias y efectos de una atroz guerra. Estoy mosca, digo, y la razón
es que me persigue, sin yo quererlo, y sin que sea mi primordial deseo, las
terribles imágenes y descripciones de episodios de los que deberíamos abominar
cualquier ser humano. Los miércoles desde hace bastantes semanas, en la 2 de
Televisión Española, sigo con devoción cronológica, pues me persigue, los
documentales denominados “APOCALIPSIS. La 2ª Guerra Mundial”, de imágenes
coloreadas, que reconozco me cautivan a la vez que me escandalizan por las
atrocidades que nos presentan. Ahora resulta que mi hija me pide que le ayude
en un trabajo para el Instituto, que versa, ¡asómbrense!, de historias y
personajes de la 2ª Guerra Mundial. Comprenderán que no puedo evitar un deje de
sospecha por los acontecimientos. ¿Presagio?, ¿necesidad de un análisis
personal profundo?, ¿aviso, precaución, señal divina?, ¿o simplemente que poseo
una mente retorcida? No obstante, como buen jugador, me he permitido la
extravagancia de admitir apuestas acerca del resultado de unos sueños que soñé
despierto.
Publicado el 2.12.2011
¡INDIGNAOS!
Este artículo, de llevar colgado el sambenito de un título,
lo llamaría, sin lugar a dudas, “MOMENTO INDIGNAOS”. Es probable que alguno de los oyentes de la
mañana de COPE JAEN hayan oído hablar de Stéphane Hessel, y de su librito de
apenas 60 páginas, titulado “¡INDIGNAOS!”, enunciado entre admiraciones. Y digo
momento indignaos, porque desde hace algunos días el dichoso librito me
persigue. El martes pasado, invitado a la inauguración del lagarto de Belin y
de José Fernández Ríos, me encontré a mi amigo Jesús “El Choto”, con el tomo
entre las manos, aconsejándome que lo leyera. Pero, como tantas cosas me
aconsejan, que no suelo seguir, pues no le presté excesiva atención a sus
palabras y sí a la fresca cerveza que mojaba mi seca garganta. A los pocos días
escuché en otra emisora de radio, una entrevista al joven autor, de 93 años, de
origen alemán pero afincado desde pequeño en Francia, donde participó
activamente junto a la resistencia, por la liberación de este país, después ha
estado involucrado en mil causas humanitarias, incluso bajo su traje de
embajador francés ante la ONU. El lunes pasado me topé de bruces con el
condenado ejemplar, en unos grandes almacenes de Jaén, en la estantería más
próxima a mis ojos, y ayer estaba en boca de un contertuliano del programa 59
segundos: ¡INDIGNAOS! es apenas un proyecto de libro, una reflexión en voz alta
que nos pide a gritos una insurrección pacífica a todos los ciudadanos del
mundo, a levantarnos contra un sistema caduco que no resuelve los problemas
acuciantes de sus ciudadanos. Ya ha dejado de perseguirme el susodicho libro,
pues lo he leído y decidido, todo a una, que yo también me subo al carro de la
indignación. ¿Te subes?
Publicado el 1.4.2011
INDOLENTES
Quiero comenzar esta reflexión con una frase de las podíamos
llamar lacónicas: “LA CULTURA NO SE PUEDE PARAR”. Ese es el escenario al que hoy nos
enfrentamos aquellas personas o Asociaciones Culturales que, sin ánimo de
lucro, por amor, o yo diría que pasión, a la cultura, a la literatura, al arte,
organizamos actividades para el uso y disfrute de la comunidad de sujetos
pasivos. Las Administraciones, todas, Ayuntamientos, Consejerías Andaluzas,
Programas de Desarrollo Local, Cámaras de Comercio, Diputaciones, se han
propuesto, al parecer, acabar con la cultura, o cuanto menos dejarla postergada
para un momento mejor. Son torpes los
que piensan así, pues la cultura es motor de desarrollo de los individuos
singulares, de los pueblos y de las economías. En torno a la cultura, al arte,
a la literatura, se extienden infinidad de profesionales, empresarios,
actividades de ocio y tiempo libre, y su asesinato premeditado llevaría a estos
a la desaparición, por consiguiente menos actividad económica y más desempleo.
Me parece muy bien que se reduzcan gastos superfluos, que se eliminen asesores,
vehículos oficiales, escoltas,
dietas y alguna que otra juerga, y si me apuras que se
congelen salarios de la
privilegiada clase social
denominada funcionariado - entiéndase esto en clave de crisis - pero
eliminar los apoyos y las colaboraciones a entidades y a grupos, en materia de
cultura, educación y deportes, sería condenarnos a todos a la apatía, a la
ignorancia, a la indolencia, a la indiferencia y tal vez al destierro. La
pregunta, podría ser, ¿eso es lo que pretenden las Administraciones, todas,
olvidarse y que nos olvidemos del saber?, ¿que renunciemos a la formación y al
conocimiento? Pues va a ser que no.
INVICTUS
El otro día me escapé al cine con mi hijo al estreno de la
película INVICTUS. Excelente papel del inconmensurable actor Morgan Freeman y del polifacético
director Clint Eastwood. Para quienes nos gusta el cine como expresión
artística, y a la vez disfrutamos con los encuentros deportivos, que a pesar de
lo que crean algunos no están reñidos entre ellos, la cinta se convierte en un
goce para los sentidos: el peculiar olor de África, la visión de múltiples
imágenes reveladoras, el sonido de los cánticos y las voces de los desposeídos
enfrentadas al tacto y pulso de la vida. Luego está el sabor agridulce del
pasado que se nos insinúa. Y el sexto sentido del sentimiento que nos produce
la condición humana. E inevitable surge la pregunta, ¿cómo se pudo consentir
tal barbarie, y me refiero al apartheid, durante tanto tiempo? ¿Hacia dónde miraban
nuestros ojos? La película, como saben,
narra un acontecimiento deportivo real, como fue la final de la Copa del Mundo
del Rugby, celebrada en Sudáfrica en 1.995, y que ganó la anfitriona a la favorita Nueva Zelanda
en un partido agónico. Este acontecimiento
deportivo sirvió a John Carlin
para recrear, en su libro “El Factor Humano”,
la figura del estadista Nelson Mandela, quien había vencido en las
elecciones democráticas de 1.994, apenas un año antes, y a la vez resaltar el
compromiso de éste con la reconciliación y la paz en su país, a pesar de los 27
años que vivió en cautiverio por sus ideas políticas. En ocasiones, de la mano
de la historia, es inevitable que un sentimiento de esperanza recorra nuestra
espina dorsal, lo que nos permite comprobar que aún seguimos vivos y que no nos
damos por vencidos tan fácilmente.
LA MADRUGÁ DEL ABUELO
Me despierto con el sobresalto de la proximidad de la
emoción. Apenas horas para que “El Abuelo”, Nuestro Padre Jesús Nazareno, asome
su gallarda cabellera en la madrugada de Jaén. Apenas horas para que se
derramen caudalosos ríos de lágrimas por las empinadas calles de Jaén, minutos
que son contados con el corazón desbocado, acelerada la pasión. ¡Cuántos
recuerdos! Los olores de las madalenas del barrio de Santiago, el amargo sabor
de las verdes allozas sisadas en el barrio del Tomillo. El incienso. El perfume
de claveles por la calle Merced Alta, el trono a diez centímetros de mis manos.
¡Cuántos recuerdos! Los llantos del gentío, la saeta en el Cantón de Jesús, a
la amanecida. Los ojos de una chica que nos miraba encandilada, la atmósfera
cautivadora. Pies descalzos arrastrando una devoción silenciosa, contenida. El
ras ras de las cadenas sobre el asfalto de unas calles empobrecidas que hoy nos
resultan lejanas en el tiempo, tal vez no tanto en la memoria. La ternura en
los brazos vigorosos de mi padre. Los churros en la Cafetería Colón -gracias a Dios hay cosas que nunca cambian-
que aún conservamos en las papilas. San Juan, callado, la Verónica, sumisa, la
Virgen, silenciosa y triste, humilde, como todas las madres del mundo. Jesús,
ajeno al bullicio, absorto ante el jaleo que se congrega en su entorno. Está
pero no está en este mundo. Tal vez mire en nuestro interior y, quién sabe,
quizás descubra que a pesar de dos mil años de pasión es mucha la distancia que
le queda por recorrer, que apenas ha comenzado su calvario en esta tierra.
LA LEGIÓN
Resulta que hoy viernes, mi buen amigo Alfonso Rojas, que
ostenta el título de Hijo Adoptivo de Bailén, nos va a obsequiar a los
jiennenses con la presencia del Tercio de la Legión Española, en varios actos
castrenses y musicales que a buen seguro harán las delicias de pequeños y mayores,
de antagónicos y de inclinados: “Indignaos, absteneros, pues que la música
militar nunca te supo levantar”.
Inevitablemente me viene a la memoria las palabras de Rafa,
un buen amigo desde hace al menos tres décadas, de ideología netamente
comunista, pero que, curiosamente, o al menos a más de un amigo eso nos
parecía, se sentía incondicionalmente adepto a la parafernalia legionaria,
acudiendo, siempre que su escaso tiempo de ocio se lo permitía, a visitarlos en
la Semana Santa de Málaga o en la de Ronda, disfrutando con el porte militar de
los legionarios, con su severa disciplina; alabando su profundo amor a la
patria, destacando los valores que representan a ojos vista. Tengo que
explicar, para que vuesas mercedes me entiendan con meridiana claridad, que
Rafael es padre, como muchos de nosotros, con un hijo mayor que acaba de
iniciar los estudios universitarios en Linares, y del que tengo que confesar
que es un chaval educado, inteligente y moderadamente trabajador, pero adolece,
según me dice, y según compruebo yo en mi propio hijo, de idéntica edad, de una
notable base de fundamentos y principios, que les permita, en un futuro
afrontar el devenir de la propia vida y sus circunstancias.
Apegados como están al festival del botellón como principal
fuente de ocio y diversión; enganchados a las redes sociales que nos vende
internet y su fábrica del conocimiento limitado, Rafa, como otros miles de
padres, estima, valora y justiprecia la entereza de los caballeros legionarios,
la vigencia de su audacia, el coraje y el arrojo de su atrevimiento, la
utilidad de unos principios que, aún tratándose, como él dice, del ámbito
militar, nunca perdieron vigencia, a pesar de que, por mor de absurdas
referencias, hubo un tiempo en que pudieron estar mal vistos. Hoy en Jaén, como
ayer en Bailén, mi pueblo, fraternizaremos con los soldados legionarios que
desfilarán por nuestras calles y plazas imperturbables, pero nunca insensibles.
Publicado el 7.10.2011
LA MAREA ROJA
Buenos días tengan ustedes en esta soleada mañana del
estrenado mes de julio. Como cualquier español en estas jornadas, no puedo
sustraerme, a pesar de haberlo intentado, a hablar de la Selección Española de
Fútbol, ese colectivo que nos hace sufrir y a la vez vibrar, ese grupo
heterogéneo de chavales de prácticamente todas las regiones, países, naciones o
comunidades - llámenlas como quieran,
que para el caso es lo mismo – que forman ese gran país que es España, y que
por logros como el de “La Roja”, o de los Gasol, del poderoso balonmano, de los
Nadales y Verdascos, Pedrosa y Lorenzos, de los Alguersuari y Alonsos, nos
sentimos todos sus habitantes orgullosos, como si de un éxito personal y
particular se tratara. Y en verdad podemos entenderlo así, pues el impulso que
desde aquí enviamos a nuestros deportistas allende las fronteras, sin
olvidarnos de artistas, literatos y hombres de ciencia, de algo tiene que
servir, pues el grito unánime a buen seguro que les llega, por muy cerradas que
estén las ventanas de sus habitaciones.
Mis hijas, tras el triunfo de la selección española de fútbol frente a
Portugal, y a pesar de ver triste a Ronaldo, al que adoran, me miraban con ojos
de sorpresa, tal vez preguntándose si era para tanto. Y quizás no sea para
tanto, pero, pensaba que ante los problemas que atravesamos los españolitos de
crisis económica, corrupciones políticas varias, accidentes ferroviarios
mortales y altos índices de desempleo, qué mejor que gritar al viento y
lanzarse, como hicimos algunos, a la piscina, a combatir la calor que dan los
números rojos en las cuentas bancarias, y reducir el agobio de tanta tensión
parlamentaria en nuestros corazones, porque
¡podemos!
LA PATRIA A LA QUE NOS
DEBEMOS
Siento que hayamos estado desconectados al menos dos semanas,
pero mis obligaciones para con la Patria así me lo exigió, y mientras vuesas
mercedes laboraban en sus respectivas empresas, o engrosaban las largas colas
del desempleo rutinario; mientras recogíais las notas del Curso de Bachillerato
de vuestros hijos, o los boletines de Educación Primaria, sufriendo los
preparativos de las próximas vacaciones estivales, me veía subido a un
acorazado de nuestro Ejército, recorriendo los alambrados páramos de
Valladolid, descubriendo a nuestra moderna caballería de acero blindado, que
tan gloriosas gestas protagonizó en el pasado, y que en el presente, a miles de
kilómetros de nuestra geografía, en el sinuoso e inhóspito Afganistán, o en el
traicionero Líbano, siguen dejando sus
vidas para, unos dicen proteger las nuestras, y otros se preguntan ¿qué carajo hacemos
allí? En cualquier caso, nuestro ejército, por cierto, la Institución
pública y privada más valorada por todos
los españoles, se limita a cumplir con
el cometido que se le ordena, y ¡a otra cosa, mariposa! –que los políticos
discutan y se peleen. Nosotros a lo nuestro-.
Ciertamente que muchos nos preguntamos ¿qué se nos ha perdido en
aquellas tierras salvajes donde dicen que se localizó el paraíso terrenal que
nos narra la Biblia? Qué lejos los afganos, qué lejos los iraquíes, más aún los
iraníes, de lo que las personas civilizadas y con cerebro entendemos por edén.
Cuán lejos la mayoría de los países árabes, antaño ricos en cultura y saber, de
la idea de libertad y progreso que los ciudadanos percibimos y exigimos.
Publicado el 2.7.11
LAS DOS ESPAÑAS
Hoy me he levantado algo taciturno, yo diría que incluso
huraño, esquivo. Vengo observando, seguro que vosotros también, que, como
ocurrió en la última mitad del siglo XIX, y principios del XX, en nuestro país,
atónitos contemplamos la forja de dos ideas de España muy antagónicas. Basta hablar con esta o con aquella persona
para que al instante, sin lugar a dudas, en el momento, comprendas en qué
posición ideológica del espectro se sitúa. Da igual que hables de fútbol, de
religión, de literatura, de viajes o de sexo, que a los pocos minutos, como por
arte de birlibirloque, sin más preámbulos o avisos, surge una de las dos Españas, la que a buen
seguro nos helará el corazón. Y, sinceramente, a mí en particular me aburre, me
disipa, me aleja de la persona, sea del Barça o del Madrid, ateo, católico o
protestante, de Arturo Pérez Reverte, lorquiano
o del José Manuel de Prada; gay o heterosexual: ¡es que me da lo mismo!
Me aburren los discursos hechos por otros, preconcebidos, o lo que es igual,
las personas sin ideas y sin criterio. Hoy me había propuesto hablar de los
funcionarios -me reservo el derecho para
otra ocasión, pues hay leña que cortar-, o tal vez de economía, o, como
Graduado Social que soy y que me tengo, de la más que probable reforma laboral,
pero lo siento, no me he resistido a contemplar que es cierto lo que decía
Machado y luego machaconamente nos avisaron otros intelectuales: Hay dos
Españas que no están dispuestas a darse la mano, a fumarse plácidas un habano,
a irse juntas de copas; que no están dispuestas a arrimar el hombre como antaño
hicieron los alemanes y que muy probablemente repitan pronto. Solamente
necesito que abras la boca un segundo y digas dos palabras, después ya te
colocaremos en el correspondiente estante.
“LAS ESTRELLAS TE
ILUMINAN”
Dicen Los Héroes que “Las estrellas te iluminan, te sirven de guía”, pero no dicen que los hay
ciegos a más no ver y no querer ver lo que ocurre a su alrededor, lo que se
pasea por sus narices. Cumplen años y siguen igual de insulsos, cabreados con
el mundo y con ellos mismos, sin darse cuenta que la vida es efímera, demasiado
corta para llenarla de dramas perseguidos y desventuras codiciadas. Hablo de
quien tú ya sabes, del vecino del primero que anda enfrentado con sirios y
troyanos; del inquilino del ático, que odia a los populares por lo que
representan, a los militares por lo que le recuerdan, a los socialistas porque
es la moda, al rico por pura envidia, al pobre por desprecio, al artista por su
teatral glamour. Y se le olvida que
“las estrellas le iluminan, le sirven de guía”, pero no, él no olvida que hace
algún tiempo, tuvo dóciles sueños que no se le cumplieron, y la rabia le
consume, el asco le domina, los olores le oprimen, y el ruido le provoca la
misma sensación amarga que el silencio. Por el apuesto fulano siente celos, por
la diva rencor, y repulsa por el universo en su conjunto. Por los negros y los
gitanos aversión, y si además estos son rumanos, doble motivo de repulsión.
Enemigo de culés, de colchoneros, de merengues y de leones; hostil hasta el frenesí con judíos, y
palestinos; con musulmanes, brahmanes y cristianos; odia, odia, odia sin parar,
pues en todo el mundo contempla sus propios defectos y sus aspiraciones
truncadas. Su mala leche le envenena, y se olvida que “las estrellas nos
iluminan, nos sirven de guía”, se imagina que nadie le puede tocar.
LLUVIA RADIACTIVA
Buenos días amigos. Aunque dicho así suene a eufemismo. Habrá
quien piense que incluso a chanza y pitorreo, con lo que está cayendo de lluvia
radiactiva, de explosiones nucleares en los reactores de Fukushima, un balance
de más de 4.300 muertos, 8.000 desaparecidos, y sin esperanzas de hallarlos, y
pérdidas económicas en torno a los 100.000 millones de euros, cifra que en mi
calculadora profesional no tiene cabida. Buenos días, aunque os suene a mofa y
bufonada, porque tenemos que seguir viviendo con esta crisis económica,
financiera, de empleo, inmobiliaria, bursátil, de valores sociales y ahora
agravada con el riesgo nuclear. En un principio sopesábamos la situación
ligera, al rato complicada, más tarde imposible, ahora, algunos la nominan
insalvable, apocalíptica, dantesca, pero yo, cada viernes por la mañana te voy
a regalar los oídos con un BUENOS DÍAS AMIGOS, pues lo único que no me pueden
quitar, lo único que me queda es la palabra, y esa no la tengo hipotecada, no
responde de ningún préstamo, salvo el que va unido a nuestra libertad, es
decir, a la vida. Es por eso que, a pesar de que la lluvia radiactiva empape mi
cabello y oxide mi cerebro, os seguiré despertando cada viernes, en
calzoncillos, con un BUENOS DÍAS AMIGOS.
Publicado el 18.11.2011
DE BUENOS Y MALOS
El miércoles pasado se jugó la
final de la Copa del Rey de Fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid, que
acabó con la victoria del Madrid. Antes del partido, a eso de las 7 de la
tarde, nos cruzamos por la calle y te prometí un artículo, que como es obvio no
podía escribir hasta después de la contienda, pues el resultado de esta
determinaría el contenido del texto, mi estado de ánimo, la euforia personal y
colectiva, el calendario de mis minivacaciones de Semana Santa y, si me apuras,
el tema de conversación con mis amigos y familiares, pues unos son del Barça y
otros son merengues. Reconozco que no fue un simple partido de fútbol, en la
mente de todos estaba que se jugaba más que una final deportiva. Unos, se
jugaban el cetro imperial, labrado en los campos de césped de medio mundo en
los dos últimos años, con Pep Guardiola como general en jefe, refrendando una
peculiar y efectiva estrategia y puesta en escena. El otro, el Real Madrid,
dirigido por el mariscal Mourinho, se enfrentaba al peso histórico del club, el
más laureado del orbe, apelando a la heroica en una noche que se presumía épica,
pero en la que todos dábamos por favorito al Barcelona. Pero había algo más, o
eso es al menos lo que se respiraba en el aire, se difundía por los medios
informativos y encallaba en nuestras mentes. Hay quien porfía que se ponía
sobre el tablero de ajedrez el concepto de España, los fantasmas psicológicos,
pasados y presentes de un club al que el Barça le tiene tomada la medida. Otros
hablan de que la victoria del Barcelona supondría un golpe de efecto a favor
del catalanismo. Luego están las palabras de Piqué, en conflicto con su
situación como internacional de la Roja en una temporada inolvidable para el
país. En fin, una historia de buenos y de malos, según la ventana indiscreta
desde la que se mire. Como mi hijo y yo, más de uno se comía las uñas convencidos
de que no era un simple partido, sino que dos concepciones sociológicas se
enfrentaban sobre el terreno, para dirimir la supremacía. Solo decir que para
mí, que soy madridista confeso, triunfó el bien, la luz, sobre el lado oscuro,
aunque sé que otros amigos culés, waka waka, no pensarán lo mismo. Dejadme al
menos que lo disfrute una semana.
Publicado el 25.4.2011
UNA MANITA DE PINTURA
A veces uno se pregunta si en la vida que le ha tocado vivir
en suerte, está dando lo mejor de sí. Dudamos con frecuencia acerca de nuestra
capacidad para opinar, para juzgar, para enseñar. Recelamos al preguntarnos si
el compromiso de ser padres lo estamos afrontando con garantías, o si por el
contrario nuestro trabajo es una chapuza. En esos momentos, si realmente nos
paramos a pensarlo, si nos comemos el coco de veras, sin mentirijillas,
analizando en profundidad todos los instantes, todas las decisiones
importantes, que hemos tomado u omitido en nuestra azarosa vida, corremos el
riesgo de desilusionarnos, de descubrir que esperábamos de nosotros mismos
mucho más, todos lo esperaban, y nos persigue la extraña sensación de que nos
hemos quedado a mitad del camino. Y nos vuelven las mismas dudas, la misma
pregunta sin respuesta de siempre: ¿estamos dando lo mejor de nosotros mismos?
¿Esto es lo mejor que podemos dar, de veras?
Creo que no echamos toda la carne en el asador. No arriesgamos. No nos
rebelamos. Pasamos apenas de puntillas por las calles, por los espacios
cerrados de nuestros hogares, por los problemas cotidianos. Y, en la mayoría de
los casos nos preguntamos si las decisiones que hemos tomado no son las que
hubiera tomado la parte cobarde que todos llevamos dentro. No es mi intención
devanaros el seso, o su destello, el entendimiento. Tal vez sea que nos hacemos mayores TODOS y procede un
chequeo a fondo, una revisión de los interiores, por si el uso o desuso nos
hubiera dañado la estructura, algo que no tapara una simple mano de pintura.
Publicado el 29.4.2011
ME PELLIZCO
Buenos días. Reconozco que hoy me he levantado con el pie
bueno, no he tropezado ni me he cortado al afeitarme. Me he mirado al espejo y
¡curioso!, me he visto más joven, más estilizado. Mi mujer, al cruzarnos en el
pasillo, me ha dado los buenos días y un leve beso en la mejilla: algo no
encajaba. He salido a la calle y el malafollá
del vecino me ha saludado con un efusivo ¡buenos días, vecino! ¿Lo has oído?
Más tarde me he encontrado con la agradable sorpresa que el moroso de la
alfarería ha venido a pagarme íntegramente esa deuda que mantenía conmigo, y
yo, gracias a Dios, pude liquidar los recibos diarios a mi entidad bancaria, “…
de cuyo nombre no quiero acordarme…”, para no aguarme el día. He desayunado
donde siempre, mi café y mi media tostada de aceite con jamón, y un amigo, a
hurtadillas ha pagado mi cuenta. No encuentro desagradables sucesos en el
diario provincial, cosa extraña. Más aún, compruebo en la penúltima página que
me corresponde un buen pellizco en el sorteo de la ONCE, y eran apenas las once
de la mañana. ¡Cuán poco me ha costado llamar a mi madre y desearle un feliz
día!, a pesar de que hoy no es su cumpleaños, ni santo, ni ninguna fecha
señalada. En la acera, cruzo una mirada con la morena del vaquero apretado, que
me regala una sonrisa. Me llama el comandante Medina, por cierto, una excelente
persona, y mejor amigo, para anunciarme que sobre su mesa descansa mi ascenso.
Sinceramente, empiezo a mosquearme, pues no es normal un viernes tanta buena
suerte y ni un atisbo de cabreo, engaño, estafa, bronca o metedura de pata. Por
aquello de la incredulidad me pellizco y noto cierto dolor en la zona
maltratada. De repente oigo un grito y a escasos tres centímetros descubro el
rostro de mi hijo pidiéndome por favor que me levante, pues llega tarde al
instituto. Todo era un sueño. Ahora sí que estoy molesto, y me pregunto, ¿quién porfió porque
despertara de esta quimera?
Publicado el 3.2.2012
¡NO CORRAS. NO BEBAS! …
¡QUE TE LA PIQUE UN POLLO!
Buenos días y que la pique un pollo. Hoy, para desayunar, os
voy a proponer un boicot, que podríamos llamar: a las ansias recaudatorias de
la DGT, que es lo mismo que
proponeros una obstrucción a la labor
económica del gobierno. Propongo: 1º: Adaptarnos
a los estrictos límites de velocidad, a los dichosos 110 kilómetros en autovía,
para esquivar a los traicioneros radares. Se reducirá el consumo de carburante
apenas un ápice, sí; se reducirán los accidentes, sí, pero lo importante será
que no recaudarán ni un duro. 2º:
Siempre y en todo momento conducir con el cinturón de seguridad abrochado,
regalándoles a los agentes una de nuestras mejores sonrisas cuando nos miran de
soslayo, pues acaban de perder a un contribuyente. Otros dirán que se ha
evitado que un menor salga despedido por la luna delantera del auto. Cada loco
con su tema. 3º: No arrojar ni una sola colilla a través de la ventana del
automóvil, pues tendrán derecho a sancionarnos entre 91 a 300 euros del ala, y
de lo que se trata es de bloquear ese afán recaudatorio. Otros nos contarán el
cuento chino de los incendios provocados en las cunetas de las carreteras, pero
que no te engañen, se trata de estrujarnos el bolsillo. Boicot, boicot. La 4ª
propuesta será no beber ni una gota de alcohol al volante del automóvil, tonto,
pues nos puede caer una sanción de órdago. Pero ni una gota, que nos vigilan.
Ni en fines de semana ni a diario, pues a buen seguro estarán agazapados en
cualquier esquina. ¿Qué más da las cifras de muertes por imprudencias como
consecuencia del consumo de alcohol? ¿A quién le importan las estadísticas,
sino tienen rostro? Lo primordial es que no recauden a nuestra costa. Ni un
duro, conductor. Por eso, como boicot a la DGT y al gobierno te propongo: no
corras, no bebas, no tires la colilla por la ventanilla y siempre con el
cinturón puesto, aunque solo sea para que no recauden a nuestra costa ni un
euro.
Publicado el 11.3.2011
NORUEGOS
Hace algunos días me comentaba un amigo español que reside en
Noruega, que cada día entiende menos nuestro carácter, usos y costumbres. Que a
través de las noticias de los telediarios, acababa de enterarse de la enorme
cantidad de casos de corrupción que asolaban nuestro país de norte a sur y de
este a oeste. Y me decía que en Noruega, su país de acogida desde hace diez
años, y en cualquiera de los países nórdicos, la forma de actuar de los
ciudadanos ante los flagrantes casos de soborno y de cohecho era aislar y
repudiar a los infractores, nunca ensalzarlos y justificarlos por razón de
coincidencias ideológicas o afinidades varias. Otro punto y aparte, me
comentaba, era la opinión que le merecía a los ciudadanos del frío norte
europeo, la conducta de frikis televisivos y personajes del esperpento y la
farándula, que pululan por los platós televisivos de, ¡ay! , esta España que me
duele tanto. A esos seres insustanciales y anodinos, sencillamente se les
desprecia, pues, según me dicen, están convencidos de que no aportan nada a la
sociedad, absolutamente nada. Es más, le perjudican. Recuerdo que hace apenas
un año, almorzando con el embajador danés, el señor Lars Thuesen, en el Hotel Zodiaco de Bailén, nos refirió un hecho
para nosotros insólito que ocurrió en su país, Dinamarca, cuando la ciudadanía
se manifestó por las calles ante el anuncio de un nuevo gobierno, de reducir
los impuestos, pues razonaban que ello produciría un deterioro en el estado de
bienestar al que con tanto esfuerzo habían contribuido todos los habitantes de
dicha nación. Para nuestra lógica, para nuestra cultura, se trataba de un hecho
que considerábamos imposible que pudiera ocurrir en España, de ahí nuestra
extrañeza. Al despedirme de mi amigo, ya más noruego que español, no pude evitar
una disculpa, en nombre de mis compatriotas, y a media voz le susurré: ¡y
pensar que creíamos que los bárbaros eran los vikingos!
PAÍS DE
LOCOS
Ando preocupado últimamente. Un asunto me da vueltas en la
cabeza y aunque procuré mirar para otra parte, no pude evitar expulsar la rabia
que sentía en mi interior, y una mirada de reojo. Al final, como siempre -es posible que en un futuro me arrepienta
por ello- me lancé sin paracaídas al
vacío de las ondas y del papel manchado con tinta para defender lo que, desde
mi posición -por otra parte cómoda, he
de reconocerlo- me parecía un abuso y,
si me apuran, una vergüenza. Pongamos
que hablo del juez Baltasar Garzón.
Estoy de acuerdo en que ha pecado en ocasiones de
exhibicionismo televisivo y mediático, que ha imantado a la opinión pública con
su verborrea y con su imagen pulcra de juez progre y defensor de los derechos
fundamentales de la humanidad con mayúsculas. También es cierto que sus pinitos
políticos no le han sentado bien en su hasta entonces intachable currículum
profesional. Todo ello es cierto, y a pesar de todo esto, o quizás por eso
mismo, es un personaje que me cae bien. No solo eso, yo me atrevo a decir que
lo admiro. Y no es para menos. Alguien que tuvo la osadía, contra viento y
marea, y a pesar de los consejos de prudencia y corrección política, de cursar
una orden internacional de captura contra Augusto Pinochet, uno de los mayores
asesinos en masas de la historia –ojo que no lo digo yo, sino que así se ha
reconocido por la historia-, y luego juzgado como chorizo, algo que todos
sabíamos, y al que persiguió con ahínco, que incluso en ocasiones excedía el
ámbito, según opiniones, del pronunciamiento jurídico, no merece a mi humilde
entender, el escarnio público que se quiere hacer de su figura.
Es posible que no pudiera, o no debiera haber cobrado los
honorarios por sus conferencias en Estados Unidos, que innegablemente las hizo.
Es posible, yendo un paso más allá, que debiera haber obtenido el
correspondiente permiso para ello de sus superiores -nunca sabremos si con premeditación o por
olvido-, pero lo que está en juego, la imagen y la inmaculada carrera
profesional de un juez paisano nuestro, es, entiendo, excesivo para el hecho en
sí que se le imputa. Más parece una broma que otra cosa.
Probablemente se equivocara, aunque he de reconocer que yo no
estoy de acuerdo con esa versión sesgada y partidista, por tratar de enjuiciar
los crímenes del franquismo, a pesar de las advertencias de instancias
superiores que así lo desaconsejaban, pero es que a mi juicio, los crímenes
contra la humanidad, han de ser perseguidos allá donde ocurran y sin límites de
temporalidad, pues precisamente esa cuestión condiciona el que los dictadores,
los criminales o los asesinos, no estén nunca tranquilos y no se rían, por
prescripción, de la justicia. Y cuando digo criminales, ojo, incluyo a todos y
a cada uno de ellos, sean del bando y opción política que sean, pues nunca
comulgué con aquella premisa de que “en una guerra se cometen atrocidades por
uno y otro bando, pero como se trata de una guerra…”. Hasta en una guerra se
deben de aceptar unas normas de conducta que impidan que surja del interior del
hombre la bestia que todos llevamos dentro.
Otra cuestión distinta sería hablar del oportunismo político,
de que mejor sería que fuera la historia quien juzgara a los dictadores
colocándolos en el lugar que merecen, con lo que también reconozco que estoy de
acuerdo, pero con lo que nunca estaré conforme
-país de locos- es que se le dé más cancha política y observancia, a un
grupo de extrema derecha -o de extrema
izquierda, qué más da- que a un magistrado, máximo cuando, al margen de su
imagen mediática, ha encerrado entre rejas a más criminales de ETA. que ningún
juez, que ha condenado a más infinidad de políticos, de derechas y de
izquierdas, que ningún otro juzgador. De
ahí que no entienda que tengamos que juzgar sus actuaciones con ese visor lupa
manchado de barro, a sabiendas de que todas ellas son y han sido acordes a derecho,
por el simple y banal hecho de no compartir sus idearios políticos; pues en
buena lid, los jueces perderían totalmente la independencia que todos
propugnamos en público, pero que luego, en baja voz, desmentimos,
convirtiéndonos todos, y yo también me meto en ese cajón, en una suerte de individuos
barriobajeros, que unidos formamos un país de locos y de revanchistas. Y
además, para más inri, es de los nuestros, de aquestas tierras de olivares,
curtido entre terrones y de quien sabemos corre por sus venas una sangre color
verde oro, como nos chorrea a nosotros cada vez que alguien próximo y cercano
nos hiere en lo profundo.
Publicado el 1.3.2010
MENTIRIJILLAS PIADOSAS
Por fin nos llegan las buenas noticias: el desempleo se
reduce al 5 %. Ya era hora. La productividad de las empresas españolas alcanza
cotas equivalentes al año 2.007. Hoy, toda la prensa nacional se hace eco de la
impresionante bajada hasta los 50 puntos de la prima de riesgo española. En
páginas interiores se destaca el dato de la reducción de la deuda del Estado al
0 %. Para más inri, en Andalucía, las lluvias del último mes han situado el
nivel medio de los embalses de la región a un 97 %, garantizándose con ello el
riego agrícola durante al menos cinco años. En Bailén, mi pueblo, desde hace un
tiempo, se ha consolidado el pleno empleo, lo que hace que tengamos que
recurrir a mano de la obra de las poblaciones limítrofes y, sobre todo, de los
inmigrantes. No es solo eso, además, las entidades bancarias están apostando
fuerte por el crecimiento y la inversión industrial, comercial y del sector
servicios, concediendo créditos a largo plazo a un tipo fijo del 0,5 %, sin
comisiones, sin otros intereses y sin tener que contratar “obligatoriamente”
ningún seguro añadido, y, de regalo, por ser buenos clientes, nos han regalado
una vajilla completa de acero inoxidable. Mis hijos, todos, han sacado unas
excelentes notas en los exámenes de fin de curso, lo que les permitirá acceder
a cualquier estudio, oposición pública, de las cientos que nos encontramos en
este denso panorama laboral, e incluso una beca Erasmus con destino Dinamarca,
Francia o Inglaterra. Recuperada la sonrisa tras la terrible crisis que vivimos
la sociedad española desde el 2008 hasta el 2012, este verano nos encontraremos
saturadas las playas, los hoteles y los chiringuitos de playa, pero, como decía
mi amigo Santi: “Pan con queso sabe a beso”. ¡No os imagináis qué ganas tengo
de escribiros un día en esta sección, todo lo que antes os he dicho!
Publicado el 23.6.2012
¡PITURDA!
El viernes pasado estuve en la fiesta que hizo mi buen amigo,
el escultor de Orcera, José Fernández Ríos, y
Carmen, su pareja, en la carretera de Los Villares. Allí coincidí con
otros amigos de las armas y de las letras
-recuerden que la poesía es un arma cargada de futuro-, como el poeta Juan Manuel Molina Damiani, o Lola
Ginés, o el economista Pedro Millán, Moscoso, Alfonso Ibáñez, presidente de la
OCU, además de rockero camuflado, y
un centenar más que omito adrede para no importunarles y por respetar su
anonimato. En cierto momento de la noche, y con algunos miligramos de bourbon en las arterias, surgió el
nombre de Piturda en la conversación. Un amigo de Bailén que nos acompañaba,
Miguel Ángel Perea, se quedó extrañado, pues había oído hablar de Piturda,
incluso ojeó hacía un tiempo una revista con dicho nombre, sin entender su
significado. Los que allí estábamos no podíamos creernos que nadie por estas
latitudes no conociera al personaje que se parapetaba tras ese nombre, y que yo
me voy a permitir el lujo de renombrar: Octavio Ortega Jurado. Más tarde le
explicamos aquello de “¡PITURDA, BORREGA, CABRITO, TUS MUELAS!”, frases que nos
recordaban un pasado cercano y acaso otra forma de afrontar la vida. De Piturda
saltamos a la expresión “bomborombillos”, o la denominación “tallos” donde
otros dicen churros. Todo, por cierto, muy de Jaén…ni pollas.
Publicado el 19.7.2011
PRINGAOS
En este primer viernes de 2012 en el que, tengo que confesar,
estoy algo confundido, mis dos rostros personales, el de asesor laboral y
fiscal, y el de escritor, entran en conflicto filosófico: Déjenme que les
explique: Todos sabemos que la ciencia económica es algo difusa y compleja. Se
formulan leyes, se plantean estrategias, se diserta sobre aspectos que, a la
postre, resultan totalmente antagónicos, contrarios, diametralmente opuestos, a lo que en un
principio se preveía. Medidas que creemos mejorarían la inflación, se
convierten en deflacionistas; políticas a priori a favor del empleo, en
ocasiones afectan negativamente a este contrayéndolo; fórmulas de reconocidos
expertos chocan de plano con propuestas de otros prestigiosos gurús de la
economía mundial. Tal vez lo más sencillo sería reconocer que la economía y los
mundos adyacentes, no tienen absolutamente nada de ciencia y sí mucho, yo diría
que demasiado, de hechicería, nigromancia y brujería, pues en raras ocasiones
las predicciones de los apreciados ecónomos se pueden explicar de forma precisa
o empírica, no digamos ya la de los rufianes y truhanes financieros del
presente, a los que siento tan responsables de la actual coyuntura
internacional. Es por ello que algunas medidas del actual gobierno, como la
subida de impuestos en el IRPF, la paralización de nuevos perceptores para la
aplicación de la Ley de Dependencia, el recorte de más de 600 millones en
investigación avanzada, la reducción del gasto público en casi 9.000 millones y
la congelación de la tasa de reposición de plantillas de funcionarios, por
citar algunas de estas medidas, no entiendo en qué pueden contribuir a reducir
las listas de desempleados y a mejorar el nivel de contratación de nuevos
trabajadores. Mi mitad profesional me dice que es necesaria la reducción de
gastos, así como elevados sacrificios, para cuadrar las cuentas públicas, pero,
mi otra mitad más retórica, idealista, menos pragmática, me susurra al oído que
no es el camino, que hacerle caso a los mercados financieros, a los rumores del
parqué, a los arrugados políticos de salón de la zona euro que cobrarán sus
prominentes sueldos a fin de mes, ocurra lo que ocurra, acierten o no en sus
predicciones, nos aboca a más de lo mismo, es decir, a seguir confiando en
aquellos iluminados que nos metieron en este embrollo y no son capaces de
sacarnos porque no tienen recetas y además, para colmo, no les aprieta el
zapato como nos aprieta al resto de pringaos.
Publicado el 6.1.2012
PUÑALADAS TRAPERAS
Puñaladas traperas las hay de todos los tipos: políticas,
familiares; amistosas, hoscas; de color rojo, azul, rosa o grisáceo. Las hay
que entran de frente pero que no las ves venir, y otras que te las dan por las
espaldas, y esas ni fú ni fá. Luego están las que te dejas porque
quieres y aquellas que no te queda más remedio. De unas pasas, de otras callas,
de aquellas te lamentas, de estas ¿para qué hablar?, pero todas son puñaladas
traperas, hijas de la misma raíz fulana y canalla; aunque no todas duelen lo
mismo; todas son puñeteras y criticables, vengan de quien vengan, pero algunas
de ellas queman por dentro, invisibles por fuera, apenas perceptibles por el
ojo humano, pero laceran el corazón encogiéndolo en un puño: son las del
hermano, las del amigo, las de tu mano derecha, y piensas que antes debiste de
cortarla y evitarte el suplicio de ahora. Alguien me dijo que durante toda la
vida nos las seguirán dando, señal inequívoca de que estamos vivos. No digo que
no es cierto el principio lógico y metafísico, ¿de qué nos vale negar las
evidencias? Lo único que suplico, señor asesino a sueldo de mi sosiego, es que
no todas me las den en el mismo costado, pues tengo otro inexplorado preparado
para tal efecto.
Publicado el 20.5.2011
QUE LLUEVA, QUE LLUEVA,
LA VIRGEN DE LA CUEVA
Buenos días paisanos.
¡No! No lo digo de cachondeo o con segundas intenciones. Os deseo buenos
días. Otra cuestión bien distinta es reflexionar sobre lo que significa en la
actualidad un buen día: ¿Lluvioso?, ¿soleado?, ¿caluroso?, ¿templado? He re de
reconocer que mis esquemas al respecto al cambiado bruscamente. Para los
paisanos de Jaén, un buen día era un día con lluvias, no demasiado frío, pero
continuo y pertinaz, que descargara sin violencia paro empapando. Que nieva,
que nieve. Que corre liviana el agua por nuestras calles, acequias o arroyos,
loadas fueran las correntías con mesura, hartos esperadas, pero lo del último
mes y medio, yo diría que ya es mala leche, hartazón, empacho. ¡Que no! Que no
queremos más agua, por favor. Que salga ya de nuestro salón. Por eso mismo un
ruego, que en realidad son dos: dejad de rezar por la preciada lluvia y
comenzad la plegaria a la inversa, arre que es tarde, y vigilad a esos niños
que cantan en la calle aquello de “que llueva, que llueva, la Virgen de la
Cueva”, ¡encerradlos!, por lo que más queráis.
Publicado el 19.01.2010
QUE TE LO CUENTE OTRO
Buenos días. ¿Qué hay de nuevo, amigos? Al despertarme hoy
tenía claras demasiadas cosas en mi cabeza. Ahora, en estos momentos, no las
tengo tan nítidas. O quizás más fiel decir que mis pensamientos se han
convertido en un mar de dudas. Me levantaba teniendo claro que os iba a hablar
de la visita del Papa Benedicto XVI a España, pero pensé, ¿qué voy a aportar yo
que no haya sido dicho ya? ¿Existe en la información algo nuevo bajo este sol?
Porque hablaros de la crisis no era una opción. De las falsas polémicas periodísticas
acerca de los derbis Madrid-Barça no me apetecía. El cómo te han ido las
vacaciones, dónde has estado, qué tal te lo has montado, era un asunto
demasiado recurrente. Y todo ello a los cinco minutos de haberme levantado,
apenas retiradas las legañas de los ojos. Un martirio, pues en esa franja
horaria, a menos de cinco minutos del primer bostezo, no carburamos, un limbo
de imágenes nos rodea, se suceden flashes
y retazos de escenas vividas en los cercanos sueños de la última noche, que o
bien no han sucedido o bien nunca van a suceder. No tenemos todavía amueblada
la cabeza. De ahí que esa euforia espiritual por tener tan claras las ideas, se
torne decepción por el caos en que hemos sumido a nuestra inteligencia. Así que
del tranvía, de la crisis socialista en Jaén, del paro, de las farmacias de La
Mancha, de Libia, del motociclismo, de la Vuelta a España y de la Roja va a
hablar quien yo me sé, porque el menda
lerenda no va a caer en la misma trampa de siempre. Que te lo cuente otro.
Publicado el 16.9.2011
SAN FERNANDO 2010
Sé que algunos de vosotros escucháis este sencillo comentario
que lanzo al viento, como me comentaba el otro día Miguel Ángel Padilla o
Barichela. Hoy me trae un asunto delicado: Este fin de semana, con un grupo de
compañeros del mundo de la recreación histórica, nos desplazamos a la localidad
gaditana de San Fernando para recrear el Bicentenario de las Cortes, fundadas
en 1810 en la Isla de León, en pleno exilio ante la ocupación francesa de la
península. No digo que no fuera un hito importante que tengamos que recordar,
¡no!, nada más lejos de mi ánimo, máximo cuando yo, convencido demócrata,
reconozco la trascendencia que tuvo el mantenimiento del poder político en
terreno tan reducido y sufriendo terribles penalidades. Puestos al caso os recomiendo que leáis la
novela “El Asedio”, de Arturo Pérez Reverte. Pero la cuestión que os traigo es
otra. Actualmente resido en Bailén, como el amigo Antonio Agudo, por ello sabrá
de qué os hablo. Este viernes, según nos confirma la organización, en la
Recreación del Bicentenario de las Cortes de Cádiz se persona el rey Juan
Carlos I para presidir un desfile protocolario que las fuerzas armadas
realizarán con tal motivo. El sábado acude el Príncipe Felipe a presidir la
batalla que unos y otros, franceses y españoles, vamos a reproducir lo más fiel
posible sobre el Puente Suazo, el mismo que fue testigo de piedra de los
acontecimientos que allí ocurrieron. Además nos acompañará Arturo Pérez
Reverte, gran amante del recreacionismo. La duda que me asalta, como
bailenense, es, ¿para la casa real no tuvo similar repercusión en nuestro
pasado, la victoria de los ejércitos españoles al frente del General Reding,
sobre las tropas del general Dupont? Todos sabemos que fue la primera derrota
que sufrió el ejército de Napoleón en campo abierto. Pero nosotros, en Bailén
nos quedamos con un palmo de narices esperando la visita real, que no se
produjo. Sabemos también la opinión de Pérez Reverte sobre tales ausencias,
aunque he de decir que el autor de Alatriste también faltó a la cita en Bailén,
a pesar de que yo personalmente lo invité en Madrid el 2 de mayo del 2008. Y es
que ocurren cosas que raramente se entienden.
Publicado en Septiembre 2010
UN MUNDO MAL REPARTIDO
Probablemente sea uno de los pocos andaluces que no haya
disfrutado de vacaciones en este puente del Día de Andalucía a tenor de lo
visto por estas latitudes. Mi amigo Miguel Ángel se largó a Cartagena,
dejándome huérfano de nuestras habituales sesiones literarias, mis hermanos y
madres se repartieron por Almería y Málaga, los empleados en hoteles de costa y
viviendas rurales de interior. Mis suegros, no te lo pierdas, en Londres.
Resulta que todo mi entorno se largó huyendo, al parecer de los efectos de la
crisis, lo cual me resulta irónico, pues se trata de una huída hacia adelante y
no un retroceso. Y es que se nos llena la boca de palabras y conceptos nuevos
cuando hablamos de necesidades económicas, de situaciones límite, de la falta
de trabajo, de hogares rotos. Pero hay otro mundo detrás de esas visibles
cortinas, cuales son los funcionarios, al parecer no afectados por los
problemas del mundo mundial, los pensionistas y jubilados, los ahorrativos y
previsores, los trabajadores fijos, los políticos, los ejecutivos, algunos
empresarios que subsisten contra corriente, y aquellos que viven al margen de
la humanidad en sus caparazones de acero. Solo es un ejemplo, pero podríamos
mostraros cientos.
Ahora, más
que nunca, estoy convencido de que el mundo está mal repartido, que los bienes,
antes abundantes, y al parecer hoy escasos, siguen distribuidos de forma
aleatoria y barriobajera. Si no, como es posible las situaciones que vivimos de extrema necesidad por un lado,
enfrentadas a aquellas otras de opulencia. Se hacen necesarias políticas sociales
desde los mismos Ayuntamientos hasta el Estado, pero también actos y actitudes
de las personas, comprometiéndose con el vecino y el amigo, ayudando si pedir
nada a cambio, compartiendo. Si así fuera, os aseguro que el problema lo
veríamos con otra perspectiva, sin el dramatismo con que hoy se nos presenta.
Caso contrario pongámonos la mano en el corazón y comprobemos si aún late o si
permanece en silencio.
18
Buenos días. Y van
dieciocho. Las veces que me asomé a esta ventana para hablarte de cosas
sencillas pero importantes, para intentar que concilies el sueño de vivir cada
mañana y no desfallezcas en el empeño. Me empeño, como una ONG del salvamento
en apaciguar los ánimos de aquellos que, desbocados, suplican por encender la
hoguera de la ira en los corazones más apacibles. Y van dieciocho, que las he
contado, las apariciones en ropas menores para deciros que la felicidad a veces
se esconde tras una taza de café de Costa Rica, si al otro lado de la mesa te
escuchan con una sonrisa de oreja a oreja. No te amilanes, porque alguien,
escondido como estaba, lanzaba una piedra hacia tu tejado de uralita, tú y yo sabemos que en los
sueños moran las pesadillas, pero también el sosiego. Es por eso que hoy me he
propuesto llenarte de pájaros la cabeza, crearte la falsa ilusión de la
esperanza, anclar en tu mirada la belleza de lo accesible y procurar que tu
humanidad rebose por los cuatro puntos cardinales de tu esqueleto, en forma de
regodeo, júbilo, que no jubilado, y una pizca cándida de esperpento, pues de la
crisis, de la política, de los siniestros, del paro, de la economía y del
enfrentamiento, ya vendrán otros que te hablarán hasta el aburrimiento.
YA ES LA HORA
No deja de ser curioso que incluso en estas trágicas
circunstancias en que vivimos los ciudadanos medios, los sufridos anónimos, se
sigan enzarzando los partidos políticos en una confrontación estéril por
convencernos de las bondades de sus ideas. Y es que yo ya no me lo creo. No sé
tú, pero a mí como que me trae sin
cuidado los discursos huecos, las modélicas intenciones que no vienen cargadas
de contenidos, la palabrería fácil, la tibieza de algunos actos. No deja de ser curioso, pero al mismo tiempo
resulta bochornoso que no estemos todo un país arrimando el hombro. Ya no valen
los proyectos, ya no sirven las propuestas. Es la hora de acometer las
políticas, erróneas o exitosas, pero hora es de bogar hacia un mismo viento, de
olvidarse de rencillas y enfilar la nave hacia el horizonte. Y hablo de los
bancos, del gobierno, de la oposición, de los ayuntamientos, de los sindicatos,
de los empresarios, de los trabajadores, de los funcionarios, de los hombres de
ciencia y de los indómitos de las letras; mujeres y hombres. Todos. Todos.
Nadie quede fuera. La misma prensa, esta misma radio, las escuelas, y, por
supuesto los miles de parlamentos y cientos de senados que hasta ayer eran
graneros de oradores y hoy tendrán que reciclarse en gestores de una
recuperación en ciernes. Ya no nos vale
sentir las piedras volando sobre nuestras cabezas buscando la herida limpia,
hora es de estrechar las manos, de enfrentarnos cara a cara y enterrar las
rencillas ideológicas que durante un tiempo estuvieron bien, pues en algo había
que justificar el sueldo, pero que ahora no convence. Los millones de parados,
los cientos de miles de hogares con problemas claman a gritos soluciones. Sus
voces y sus lamentos no pueden caer en el olvido.
MOCOSOS
Creía el iluso de mi hijo que nos habíamos caído maduros de
una encina, que siempre fuimos adultos, que nacimos con canas e incluso con
claros síntomas de calvicie, que siempre fuimos así. Y peor aún, toda su
generación, aquellos que ahora son adolescentes, creen, están convencidos de
ellos, que siempre fuimos serios, que anduvimos desde tiempos inmemoriales
preocupados y acontecidos con las notas escolares, con la estabilidad laboral,
liados con hipotecas y mil letras consumistas, ¡los muy ilusos!. No imaginan
que no hace mucho andábamos, como ellos, detrás de la vecina del primero,
fumando en las esquinas, bebiendo en grupo, compartiendo lo prohibido; que
nuestras preocupaciones se limitaban a administrar la paga para todo el fin de
semana y organizar la feria más próxima, la mayor gamberrada. Amigos como Jacho
se preocupaban de mantener la llama encendida, caliente la manada. Se creen
estos mocosos del tres al cuarto que nacimos ayer, sin apenas vida, sin
experiencias a las espaldas, como si fuéramos cuatro paletos que nunca rompimos
un plato o quemáramos la baraja. No saben que vivimos muchos mayos en las
barricadas, que recorrimos miles de kilómetros a lomos de vehículos y
motocicletas que hoy reposan en desguaces, silenciados, pero que en su día
llenaron de humo las carreteras por las que huíamos hacia lo desconocido. ¿Pero
quienes se creen estos mocosos que fuimos?
Publicado el 15.4.2011
TROPELÍAS Y
DESPILFARROS
Buenas tardes, y ante todo disculpas a todos aquellos amigos
trabajadores de la banca, que son muchos, pero es que si callo, reviento.
Hace un par de días recibí uno de esos correos que, en un par
de meses, da varias vueltas al mundo y que, en la mayoría de los casos no le
prestamos excesiva atención. Ocurre que, en esta ocasión, tal vez sensible al
problema que vivimos, y que no es chico, me afané en leerlo desde el principio
al final, reconociéndole al autor, las más de las veces anónimo, -en estos
casos me pregunto quién será el tal anónimo, que ostenta una producción
literaria tan intensa-. Planteaba algo de una simpleza extrema, cómo es: los
funcionarios de este país están soportando estoicamente la reducción continua
de sus salarios mediante la congelación de estos y la eliminación de las pagas
extraordinarias, medidas que desde los círculos más conservadores del país se
alaban. Casi cinco millones y medio de desempleados a los que se les recorta el
porcentaje a percibir de la prestación. Al resto de trabajadores que aún
conservan su milagroso puesto de trabajo, también se les redondea a la baja sus
emolumentos por la vía de la congelación de salarios y de la eliminación de los
pluses de productividad, beneficios, dietas y otros complementos, cuando no la
reducción de la jornada laboral. De los pequeños y medianos empresarios ni te
cuento, pues probablemente sea el sector más afectado por la crisis, pues no
solo ha visto menguados sus ingresos en porcentajes imposibles, sino que
incluso ha tenido que recurrir a todos su recursos disponibles: fondos propios,
planes de ahorro y jubilación, entidades de crédito, familiares, amigos, etc.
Decía este correo misterioso que algo que hace tiempo comenzó a rodar por más
de una cabeza debidamente amueblada de este país: “Si tan mal está la banca
española, que acude al rescate, debido a su mala gestión, y no culpa de
terceros, pues en su momento se lanzó como loba hambrienta al sector
inmobiliario, buscando el máximo de beneficios con el mínimo de esfuerzos, y
así se ve ahora, pues bien, si están tan descapitalizadas las entidades de
crédito españolas, ¿para cuándo van a reducir sus salarios, complementos, pagas
y beneficios de los miles y miles de empleados que tienen a su cargo, con
emolumentos desorbitados para como está el patio laboral del país, comenzando,
por supuesto por rebajar un 1000 % los contratos blindados de los consejeros,
asesores, directores generales y chupatintas que nos han llevado a esta
insostenible situación. Vaya por delante mis disculpas, pues son cientos los
amigos de ese sector que puedo contar, no sé si mañana me quedará alguno, y
recalcar que no tienen culpa los empleados de la banca del despilfarro de sus
jefes, y de sus tropelías.
Publicado el 28.7.12.
NOS VAMOS DE VACACIONES
Se acerca el final del curso escolar y con él las ansiadas
vacaciones. O al menos esa era la costumbre hace algunos años. Ahora, el final
del curso escolar conlleva el dilema de qué hacer en el verano. Si nos
planteamos coger unos días de vacaciones en la playa, en la sierra, hacer
turismo, viajar, y demás actividades ligadas al ocio veraniego, tendremos que
liberar un dinero del que, en muchos casos, no disponemos, lo que implica
recortar de otras necesidades como clases particulares, ropa, comida, arreglos
en la casa, y otras fruslerías que la vida nos depara. Si decidimos seguir la senda e instrucciones
del gobierno de la nación, hincaremos una mueca más en el cinturón del pantalón
y cambiaremos mar por piscinas, playa por hamaca de la terraza, chiringuito por
barbacoa en el campo del amigo, correr por el paseo marítimo por trotar desde
Zocueca a Burguillos.
¿Y los niños? ¿cómo engañarles y hacerles ver que la arboleda
de la Alameda es un parque natural codiciado?, que El Puente de la Sierra es la
Sierra de Cazorla o que el Guadalbullón es el Nilo, y Jabalcuz, La Peña de Jaén
o Los Tajos de la mella, se nos antojan las Pirámides de Keops, Kefrén y
Micerino. Algunos dirán que El Lagarto de Jaén es el más grande cocodrilo del
Nilo. Nos mirarán los niños y con una mueca nos darán su respuesta. Cuesta
creerse que hace cuatro años pintábamos la vida de color de rosa y en esta
encrucijada de miedos, desesperanzas y asfixias, haya degenerado en tonos oscuros,
demasiado oscuros. Me voy a atrever a llamar a José Fernández Ríos para que nos
pinte el paisaje de la provincia en colores vivos, intensos, alegres,
divertidos, y comprobar de paso si el arte cumple, en este triste tiempo, con
su cometido.
Publicado el 16.6.12.
CORAZONES DESGARRADOS
Mira que da vueltas la vida. Ayer éramos felices en nuestro
consumismo, gastábamos y gastábamos sin ton ni son, imaginando que el dinero,
que no dejaba de ser un simple papel impreso, jamás se acabaría, que los bienes
de producción eran infinitos y que nuestra suerte -económica, pues no me refiero a otras
suertes- era permanente. Hoy, tras casi cinco años de recesión económica,
dificultades monetarias, asfixias y apatías contables, nos damos cuenta que
nada es infinito, que nuestro sueño de felicidad material era una quimera, que
las relaciones con los socios, clientes, proveedores, bancos, familiares y
amigos, se mantenían apenas sobre un fino hilo de seda que a fuerza de tanto
ceder, se ha partido. Me encuentro rostros entristecidos, corazones
desgarrados, espíritus que deambulan por un mar de resignación ante unos hechos
que ellos no provocaron pero que sufren en primera persona. Y la mayoría de
esos apagados rostros y cansados espíritus se preguntan una y otra vez, ¿en qué
fallaron?, ¿qué equivocaron?, ¿qué hicieron mal en otro tiempo de abundancia?
No es fácil la respuesta, ni tampoco única, pues cada uno tuvo sus razones y
actuó de forma diferente, aunque en el fondo de manera parecida, sin prever,
sin contemplar, sin aprovisionar, sin establecer, sin calcular, sin dotar a sus
corazones del bálsamo protector ante un posible e incierto futuro que no
imaginamos que se nos vinera encima con esta crueldad y sorpresa. ¿Sabes que es
peor aún? Que no se da con la respuesta, que no se vislumbra la salida, y que
nuestros corazones y nuestros espíritus, al cabo de un tiempo estén rotos y sin
posibilidad de cura.
Publicado el 2.6.12
DIAGNÓSTICOS Y REMEDIOS
Buenas tardes amigos. Hoy he desayunado en mi cafetería
habitual con el señor Mariano Rajoy, trasladándole mi preocupación, y la de
todos mis colegas, por la marcha de la economía española. A su lado, Ángela
Merkel, que por casualidad se encontraba por Bailén, de camino hacia Sevilla,
no paraba de repetirnos la dichosa palabreja de “¡austeridad!, ¡austeridad!,
¡más austeridad!”. Aunque en ocasiones se desmelenaba con la sevillana del
contención del gasto y el bailen de los recortes salariales. No había degustado
apenas dos bocados de mi tostada de aceite virgen de oliva cuando el ministro
de Economía, Luis de Guindos, se apresuró a informarnos que habían vuelto a
aumentarnos la prima de riesgo, o lo que es igual, a rebajarnos la confianza a
través de la calificación. El ministro Cristóbal Montoso esbozaba una sonrisa
que no supe entender, pues no estaba el horno para bollos. Tras de nosotros
apareció una insigne calvicie a la que continuaba una barba descuidada, era el
señor Rubalcaba que, con su característica sorna decía “no, no, no”, como si se
tratara de una canción. Dos bocados más de la tostada y mi garganta se
manifestaba oponiéndose a que siguiera tragando, como si la película no fuera
conmigo. Apreté el paso, sorbí el café, bien caliente, como me gusta, y a
escasos cuatro mordiscos del final de la media tostada, no pude más,
renunciando a completar el almuerzo, pues algo me oprimía el estómago lo
suficiente como para no poder continuar. En ese preciso instante advertí que la
situación requería diagnósticos, remedios, medicinas, algo que tras cuatro años
de dolencia, nadie había resuelto. Peor aún: observé que los galenos, todos
ellos eminencias en el asunto, no conseguían ponerse de acuerdo en mi sueño, en
el dictamen, menos aún en el antídoto.
Publicado el 5.5.12
HAY DÍAS GRISES, PERO
TAMBIÉN HORIZONTES AZULES
Hay días en que uno se levanta eufórico, alegre, contento,
con la sensación de júbilo y buena estrella que en paralelo te acompaña, apenas
sin advertirlo. En ocasiones es todo lo contrario, la vida te golpea con saña y
revanchismo, deleitándose en la herida que supura el desaliento. El rostro lo
dice todo: un estado de felicidad o, por el contrario, un semblante de
mortecina contemplación, cercana a la nostalgia y al abatimiento. Muchas de las
veces conoces las causas, tanto para la alegría como para la tristeza que te
abate. Últimamente existen demasiados corazones rotos y estómagos retorcidos
por la sensación de ahogo que produce esta lacerante crisis económica a la que
los ciudadanos, las familias, no ven salida, y a las que los dirigentes y los
políticos no encuentran remedio, solo tapujos. Más allá del portal que se
advierte por los motivos económicos y monetarios, existe un universo de
problemas paralelos que subsisten y que vienen a profundizar más si cabe en la
herida abierta, como es la enfermedad de algún ser querido, las separaciones,
divorcios o rupturas traumáticas, o la pérdida de personas de nuestro entorno,
que estimulan nuestra cercanía hacia lo ignoto, lo sobrenatural o, más en concreto
hacia lo espiritual. Existen los días grises pero también los horizontes
azules, radiantes. Las necesidades materiales agobian, pero sabemos por
experiencia que al final del túnel, largo y tortuoso que vivimos, una luz nos
brinda una esperanza de futuro, a sabiendas de que el futuro, como el pasado,
no existe, solo es cierto el presente. Las otras cuestiones que en este tiempo
de engaño al parecer no preocupan, realmente son más importantes que la
pasajera crisis, pues vienen a demostrarnos la precariedad de la vida, la
volatilidad del ser humano, con sus luces y con sus sombras. Hay días que uno
se levanta eufórico, contento, pero hay otros en los que la realidad se nos
presenta con su auténtico atuendo, y no nos queda otra que aferrarnos a aquellas
cosas que realmente importan.
Publicado el 29.2.12
SUBIMOS EL ANGLIRÚ
Buenos días a todos. A los buenos y a los malos, a los
vencedores y a los vencidos. A los tres tristes tigres y a los cuatro alegres
danzarines. A los que beben coca-cola
y a los de la pepsi-cola; a maduros y
a jóvenes; a hombres y a mujeres; a los de derechas y a los de izquierdas,
también a los rosa diez, convergentes y benegados.
A mis amigos los gallegos, a los de Móstoles, a los de la Albuera, y a los granainos -a todos menos al que tiró el paraguas al
árbitro de línea-. Hoy es un día de reflexión: unos, los derrotados, tendrán
que rehacer las filas, dejar de mirarse el ombligo, plantearse la disyuntiva
del ser o no ser de la socialdemocracia europeísta o de la izquierda moderada,
o quizás hablen de progresismo liberal o de liberal progresismo. Es decir,
redactar unos nuevos estatutos, como decía el ministro de la presidencia, ahora
en funciones o provisional, Ramón Jáuregui, adaptándolos a los nuevos tiempos,
pues el tren que va hacia el futuro viene arrollando; otros, tendrán que
comenzar no mañana, sino ayer, a tomar medidas, resolver conflictos, barajar
capítulos económicos y cuadrar las cuentas del “estado de buena esperanza”.
No puedo decir otra cosa, pues soy un liberal empedernido, un
demócrata convencido, que nos toca a todos arrimar el hombro, apretarnos el
último agujero del pantalón roído y dejar de mirar hacia atrás, sin manoseos ni
sarcasmos, sin batallas que serán en el fondo perdidas. Hoy preocupan los
ciudadanos, las familias, las personas, y no las siglas o las ideologías. Os
pido a los dos, socialistas y populares, y por ende al resto de formaciones,
que os apretéis las manos en señal de asentimiento. Jurad, por Corto Maltés,
nobleza y fidelidad, pues nadie sobra en estos difíciles momentos, y, a
aquellos que piensan que ya está todo hecho, que se equivocan, que ahora
comienza la ascensión al anglirú y en
esta cuesta todos los brazos son pocos y … puntos suspensivos.
Publicado tras las elecciones generales en las que el Partido
Popular obtuvo la mayoría absoluta. 23.11.11.
3 DE JUNIO DE 2011
Estaba con mi amigo Troyano hablando de aquesto de la maldita
crisis, cuando alguien nos soltó aquel refrán que dice: “Ganar no ganamos, pero
hay que ver lo que trapicheamos”. Fue inevitable que me acordara de mi padre,
experto en el refranero popular, aunque sui generis, y, atento al quiete, se me
ocurrió contestarle, no sé si con buen acierto, aquello de: “El camarón que se
duerme, se lo lleva la corriente”, recibiendo al tiempo un rosario de frases y
refranillos anticrisis, del tipo: “Más vale pájaro en mano que ciento volando”,
“la soga quiebra por lo más delgado”, o el más rebuscado de “Guarda pan para
mayo y leña para abril, que no sabes el tiempo que ha de venir”. Cabizbajo,
reconocí que mi erudición sobre aforismos no era demasiado extensa, pues no
rebasaba aquellos de: “Pobreza no es vileza”, o “Barriga llena, corazón
contento”, o aquel de “Pájaro que vuela, a la cazuela”, muy del gusto popular.
Al llegar a la casa, obstinado, me lancé al abismo del portátil, y descubrí que
nuestro refranero popular, que en algunos casos tendrá varios siglos de
existencia, nos da las claves para combatir
esta y cien crisis más que han pasado y que pasarán en el tiempo, pongamos por
ejemplo: “Polvo de ladrillo malo para el bolsillo” ¿Ingenioso? O: “Paga lo que
debes y sabrás lo que tienes”. También “Guárdame de mis amigos, que de mis
enemigos ya me guardo yo”. A mi padre
siempre le gustó aquel de: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. A mí,
me place la sentencia: “Bien me quieres, bien te quiero; no me toques el
dinero”.
¿TE LO CREES?
Quiero agradeceros de antemano vuestra fidelidad, encomiable
y complicada en tiempos revueltos, pues pienso que a ella se debe la subida de
sueldo que me han propuesto en la COPE, cercana a las primas que se barajan en
el fútbol español y en el inglés de un tiempo a esta parte de la crisis. Me
imagino que estos altos emolumentos se deberán a las altas cotas de mercado
auditivo y radiofónico, pues no tengo líos de faldas con directora, productora
o presentadora alguna, lo cual prometo solemnemente y con vosotros de testigos.
Yo lo achaco a mi verborrea dislocada, que no es lo mismo que decir diarrea
desbocada, a pesar de que suene parecido. A ese don de la naturaleza que Dios
me ha dado y que me permite citar en 90 segundos, no más, tanto los artículos
del Código Civil como los del Código Penal en versión reducida, o recordar a
algunos de mis numerosos amigos, o repasar la actualidad política, la realidad
económica y los aspectos sociales, y de paso comentaros pasajes de cuestiones
que pudieran resultar triviales, como nuestras vacaciones, los viajes, el deporte,
los conciertos de rock, o el paseo a pie por una milenaria Córdoba. Será por
ello por lo que me han subido el sueldo: ahora tendré que subir por un pringoso
mástil para alcanzar tan elevados emolumentos. Por ello gracias, gracias y mil
gracias, a pesar de que hay quien piense que ando desubicado, a la deriva, sin
descubrir, ¡maldita sea!, que la voz rota y áspera que escucha a través de las
ondas es la mía, la auténtica, sin cortapisas pero comedida, sin ataduras,
libre. Será por ello que me han subido el salario hasta el quinto pino. Iluso,
¿cómo es que aún te crees, hermano, todo lo que te dicen porque lo has oído en
la radio o visto en la tele?
Publicado el 4.2.11.
CON EL ECO YA LEJANO…
Con el eco ya lejano de los tambores y cornetas de la Semana
Santa, que ha dejado en nuestra tierra unos cuantos litros de agua bendita y
miles de lágrimas recorriendo el asfalto de nuestras calles por la suspensión
de algunas procesiones, entre ellas la de nuestro Abuelo, hora es de
enfrentarnos a la realidad cotidiana de aquellos otros asuntos que ocupan los
minutos y horas de cada día: el pago de la hipoteca, las notas de nuestros
hijos, la subida de la factura de la energía eléctrica, el compromiso con
nuestra pareja, el gesto abrupto de nuestro jefe, las goteras de la terraza, el
arreglo de la cisterna del agua, la ITV del coche, la boda de un amigo, el
duelo por la pérdida de un ser querido, la ruta senderista por el corazón de
Despeñaperros, o, en algunos casos, afrontar el dilema de si dejar de fumar
ante la nueva subida del vicio del tabaco. Ya no se trata de la crisis, de la
situación económica del país, de la prima de riesgo, de la falta de crédito
bancario para las empresas o para los particulares, de la paralización de la
actividad económica, de los recortes en inversión e investigación, de la
reforma laboral o la revisión del sistema sanitario o educativo, sino,
simplemente el día a día, pues hemos asumido la crisis y sus efectos
colaterales como algo habitual, como algo que forma parte de nuestras vidas y de
lo que hay que huir hacia delante, pues quejarse por sistema no conduce hacia
ningún destino. A diario me preguntan qué tal me va la empresa, cómo veo la
situación, y cosas por el estilo, y, ciertamente, he comenzado por contestarles
que ya pagué mi recibo mensual de la hipoteca, que las notas de mis hijos aún
siendo buenas podrían haber sido mejores, que a mi perro lo he llevado al
veterinario para su revisión anual, que este fin de semana planeo asistir al
concierto de Guerrero García en la Sala Kharma, y otras cuestiones de este
tipo, o lo que es igual, me niego a seguir permitiendo que otros dirijan mi
vida hacia espacios donde no quiero estar ni lugares hacia los que no quiero
ir, simple y llanamente.
Publicado el 15.4.12.
LAS COSAS IMPORTANTES
Hoy tengo un compromiso personal de cambiar los tercios, por
eso, no os esperéis incursiones en materia de reforma laboral, huelgas
generales, corruptelas políticas, yo dije esto tú dijiste aquello. A lo que
digas, yo ofrezco más que tú, y todas esas zarandajas. Hoy, tal vez por los
efluvios de la primavera, o la proximidad de las vacaciones de la Semana Santa,
o, quien sabe por qué ignotos motivos, he decidido mudar de suerte. Todas estas
últimas situaciones de crisis, ahogos y quebrantos sobrevenidas, nos hace
pensar más a menudo que lo hacíamos antes del diluvio financiero. Y algunos,
entre los que me encuentro, hemos llegado a la conclusión que lo realmente
importante, y que al parecer se nos había olvidado, son otras cosas, otros
gestos, otros universos, los de las caricias, los de las sonrisas, el llanto,
el amor, los hijos, la familia, el dolor, el desamor, la risa. Para ti tus
comentarios sobre la crisis y las medidas del gobierno, a mí me basta con que
me rodees con tus brazos mientras me susurras palabras que me suenan como el
cristal de bohemia. Para vosotros los análisis del seguimiento de la huelga
general contra la reforma laboral, a mí me dejáis que vague por esos parajes
donde la razón no tiene lógica y donde los sentimientos han hecho su morada.
Para mí la peseta y para ti el duro, ¡qué más da!, si al fin he descubierto que
el misterio de la felicidad es tan simple como amoldarse a lo que eres,
disfrutar con lo que tienes y dejar el resto para el codicioso vecino que nunca
se conformó con sus posesiones, menos aún con sus modos de vida. Tendremos que
preguntarnos algún día si somos vecinos o acaso sus colindantes en este
argumento.
Publicado el 30.3.12.
ESPECIAL ELECCIONES
AUTONÓMICAS
En estos días, todos los periodistas, columnistas, políticos
y ciudadanos, se han apuntado al carro de hablar sobre las próximas elecciones
autonómicas del domingo en Andalucía. Y yo, ¿qué quieren que les diga? No
albergo falsas esperanzas de que ningún partido político, ni el PP, ni el PSOE,
ni IU, ni los andalucistas, nos solucionen los acuciantes problemas como son el
empleo, la educación, la falta de crédito bancario, la reducción en Sanidad,
algunas que otras corruptelas y otros más que por extensos, no voy a
relacionar. Sí es cierto que tendremos que decidir hacia quien dirigimos
nuestro voto cautivo, si hacia corrientes neoliberales que traen el recorte
bajo la manga, o si mantener una línea de continuismo que no nos ofrece
excesivas soluciones, o un cambio radical en el modelo social que no deja de ser
una incertidumbre. Echo de menos en los programas electorales la falta de
propuestas concretas para acabar con esta irritante crisis que aún no sabemos
ni por donde nos ha venido, abundando en la superchería y la palabrería para
decirnos: “yo soy mejor que el otro”, cuando a todos los partidos, es decir, a
todos, les ha reventado en la cara los casos de corrupción y/o la mala gestión
de las cuentas y del dinero público. Pues sí, estoy descontento, desanimado,
hastiado, y, para colmo, tampoco es que el carisma de los candidatos sea para
tirar cohetes, pues es más de lo mismo.
Lo único real es que ese día votaré, pero no me pidan que me
defina, pues ya hace tiempo que venimos los españolitos reivindicando las
listas abiertas, en las que cada uno marca la casilla de aquella persona que
cree está más cualificada para dirigir esta nave a la deriva, aún a riesgo de
equivocarnos, pero ese es nuestro derecho: el derecho a errar, y es ahí donde
radica la auténtica base de la democracia, y no el humo embotellado que nos
venden y del cual ya no nos creemos nada de nada.
Publicado el 24.3.12.
¡GABACHOS, GABACHOS!
Hace algunas semanas, en esta misma sección, curiosidades de
la vida, ensalzaba los logros de los deportistas españoles, tanto a nivel
individual como a nivel colectivo, y no solo me refiero a la pléyade de
selecciones que visten la camiseta roja con orgullo, sino incluso de los clubes
o equipos que disputan las ligas españolas en cualquiera de sus disciplinas,
llámese fútbol, balonmano, baloncesto, fútbol-sala, voleibol, por poner solo un
ejemplo, las cuales están plagadas, obviamente, de jugadores foráneos, señal
inequívoca de la buena salud de nuestras competiciones y de las excelentes
estructuras organizativas de las federaciones patrias.
Ahora resulta que los galos, envidiosos como ellos solos,
comienzan sutilmente a cuestionar los logros y méritos de nuestros héroes -a mí me gusta llamarlos así, pues en la
mayoría de los casos son espejo de valores para nuestros jóvenes y orgullo para
sus conciudadanos, que hacen suyos los triunfos, no tanto los fracasos-. No voy
a ponerme de parte de aquellos que buscan en el dopaje mejorar las marcas,
tampoco son de mi devoción los que amañan resultados o recurren a la trampa y
al engaño, ¡no!, ahí no me veréis, pero no voy a quedarme callado ante el
atropello que supone poner en entredicho su calidad, su trabajo, la perfecta
planificación integral, que arrancó unos años antes del 1992 con el plan ADO, y
que continúa hasta nuestros días. No son unos pocos, no son cientos, son miles,
cientos de miles los que practicamos deportes en este país de ensueño;
esforzándonos, exigiéndonos, sudando, para que una panda de desalmados sin
escrúpulos, intenten minar la estirpe y la moral de los atletas y deportistas,
sin apenas rebuscar en sus intrahistorias, en sus biografías, en sus glorias y
en sus miserias, afanándose exclusivamente en el oropel de las victorias y los
triunfos que otros no obtienen.
Algunos amigos me sugieren que les recuerde que un 19 de
julio de 1808, al ejército más poderoso del mundo, el francés, le doblamos la
oreja en Bailén, así que ¡ojo al parche!
Publicado el 18.2.12
¿FELIZ AÑO 2012?
El viernes pasado prometíamos,
cuando menos, que en este comentario, último del año, procuraríamos un
resumen del ejercicio que se marcha, hacer un balance colectivo que no
atendiera a cánones establecidos al uso, pues no manejamos sobre el papel
estadísticas algunas. Por ardua, y menos aún para exprimirla en apenas dos
minutos, la tarea la desechamos de inicio. En un somero esfuerzo recordamos
que sometimos a los políticos a dos plebiscitos, que unos superaron mejor que
otros, a pesar de las bajas notas que les concedíamos, en cuanto al fútbol,
más de lo mismo con el abrumador poderío del Barça y de nuestras selecciones.
En el resto de deportes, en este país, apenas ha existido crisis, pues
seguimos cosechando importantes victorias, Copa Davies incluida.
Independientemente de cómo nos haya ido en lo privado y en lo familiar, pues
cada familia es un microcosmos complicado de diagnosticar, a lo que no
pudimos sustraernos es a esquivar la idea de que el 2011, en aspectos
económicos, políticos y estructurales, ha sido todavía peor que el anterior,
y, lo negativo, es que para el 2012 no solo se esperan recortes económicos, aumentos
de impuestos, petición de esfuerzos extraordinarios a los ciudadanos,
probablemente tijeretazos sociales, merma de los universales servicios
sociales, reducción de sueldos y caída de parte de nuestro asentado estado de
bienestar, y todo esto aderezado de comprensión y buenas maneras, nada de
indignaciones soberanas que pudieran crear alarmas y desconfianzas. Es decir,
bájate los pantalones, súbete el jersey y además ponme buena cara. Es por eso
que lo primero que pensé cuando comencé a escribir esta reflexión era: ¿será
conveniente y adecuado que les felicite o no la entrada del nuevo año?
Definitivamente lo dejaré para otro momento.
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Publicado el 30.12.11
DICHOSO PEPINO
Desde luego, con el asunto del pepino, las autoridades
alemanas se lo han puesto a huevo a los humoristas españoles, hastiados como
estaban de los mismos temas recurrentes de siempre: la Belén Esteban, el
Paquirrín, los miembros del gobierno y algún que otro de la oposición; o la voz
gangosa de nuestro Rey para aquellos más radicales que se suelen mofar de los
defectos físicos de los ajenos, nunca de los propios. Mi amigo del IDEAL de
Granada, Andrés Cárdenas, ya nos regaló una columna sobre las propiedades
curativas, diuréticas y eróticas del pepino; y cien humoristas, ¿dónde irán?
narran las aventuras y desventuras de la hortaliza española en su periplo desde
la costa mediterránea hasta el país teutón, cruzando media Europa, como
hicieran tantos miles de españoles en los años del hambre. Unos con sorna e
ironía, otros en serio, todo el mundo, como solemos, hablando de las bondades
del pepino, de su textura, de su sabor, de su tamaño. Ora en broma, ora en
serio, maldita la hora que una responsable sanitaria de nuestros colegas
alemanes nos pusiera en el disparadero de la cuarentena, pues probablemente la
alimentación era el único sector que hasta ahora se había salvado de esta
terrible crisis económica, y van y lo meten en el saco de las desdichas.
Seguramente un lepero nos enmendara la plana advirtiéndonos que no todos pierden
en esta crisis del pepino y del E.COLI, pues los humoristas y contertulios de
periódicos, televisiones y radios se frotan las manos: he aquí un ejemplo.
Publicado el 10.6.11
VARAPALO SOCIALISTA
Buenos días y enhorabuena a los
vencedores en las Elecciones del 22 de Mayo, al parecer todos, según cada
lectura, y una palmada en las espaldas de los vencidos, nadie, a juzgar por las
declaraciones de nuestros despistados políticos de salón. De todas formas, he
de decir que me ha sorprendido, en general, los resultados electorales, y yo,
al contrario que los miles y miles de cronistas, ideólogos, entrevistados y
entrevistadores, analistas y voceros de nuestra patria, que se aventuran a
explicarnos el cómo y el porqué de los resultados electorales y que se atreven
a escudriñar los entresijos e interiores de cada una de las historias
individuales, he de confesaros abiertamente que no tengo opinión alguna
formada, que no me atrevo a diagnosticaros la casa o los efectos, menos aún sus
posibles remedios. Me ha sorprendido sobremanera la debacle socialista en casi
toda España, también, lo reconozco, la bajada del PSOE en la capital de Jaén y
el aumento de la del P.P. –al parecer el tranvía no es objeto de deseo-. En
ínfimas ínsulas de poder sostenido, el varapalo que los barones progresistas
han recibido por doquier les hará plantearse estrategias más a largo plazo,
pongamos por caso listas abiertas en las municipales, o tope de dos
legislaturas para cualquier cargo público. En el caso de mi pueblo, pongamos que
hablo de Bailén, el PSOE se ha alzado con la victoria, felicidades, si bien no
aumenta en votos ni tampoco en concejales. El PP ha aumentado considerablemente
en votos y sube de 4 a 6 concejales, también enhorabuena. Izquierda Unida, que
no pillaba cacho desde hacía al menos 3 lustros, ha conseguido una acta de
concejal, por lo que también habrá que felicitarlos. Caso contrario el
acontecido al hasta ahora partido del alcalde, AIB, el cual aún anda buscando
su identidad ideológica, si de izquierdas di de derechas, y que ha sufrido un
serio revés al pasar de 5 a 2 concejales, perdiendo la mayoría absoluta que le
mantenía en el poder junto con los populares. Lo cierto y verdad es que,
jugando al juego en el que no pierde nadie, no sé si debo o no debo felicitarle
el resultado.
Publicado el 27.5.2011
CARA DE GILIPOLLAS
¿Han entrado últimamente en una
entidad bancaria? Seguro que sí, pues nos hemos hecho el cuerpo a no vivir sin
su asfixiante presencia. ¿Han salido de sus dependencias, apenas a los cinco o
diez minutos, con cara de gilipollas
-iba a decir con cara de póker,
pero me ha salido el taco desde el alma- porque íbamos a quejarnos de una
comisión abusiva, de un cargo indebido, de un gasto excesivo, y al rato, como
si nada, nos echan de buenas formas -¡allá lo llevas!- sin devolvernos ni un
duro, convencidos de que nos han estafado, con cara de imbécil -por decirlo más suave- y además, por hablar,
nos han cargado una nueva comisión que se les había olvidado sustraernos. Con
esa cara de circunstancias, los labios engullidos, la mirada perdida, la piel
erizada, y una diarrea mental como si nos dijéramos a nosotros mismos, “nos
habrán tomado estos por tontos”. Pues que otra cosa puede ser, que nos han
tomado a treinta millones de españoles por tontos. Compruébelo. Hágase la
prueba del alcohol. No te dan ni un préstamo, al contrario de otra etapa en la
que te metían los créditos hasta por los ojos, aunque no los necesitaras. Pero
es que, a pesar de que se supone sigues siendo cliente de ellos, no te atienden
ni un miserable recibo de la compañía del agua por estar falto de saldo, aún a
sabiendas de que en el breve período de dos días recibirás tus periódicos
ingresos, salvo que el mundo se hunda y nos pille debajo. Por si eso fuera
poco, que no lo es, resulta que presentan sus balances y cuentas de resultados,
y hete aquí que han superado con creces los beneficios de años anteriores;
¿cómo se te queda el cuerpo? Te dejo una breve pausa para que lo pienses (PAUSA BREVE).
Pues así se me quedó a mí la
cara, con gesto inequívoco de póker, por no decir de gilipollas.
Publicado el 18.2.11
EMPANADA MENTAL
De un tiempo a esta parte me
muevo en ambientes extraños, en círculos que incluso a mí me parecen un tanto
curiosos. Espacios por donde pululan personajes de todo tipo, que conforman un
conglomerado variopinto. Algunos, se mueven por ese universo con el objetivo
primordial de llegar a fin de mes de la forma más digna posible, reinventado su
microeconomía a diario, sin fijarse horizontes excesivos o lejanos. Otros, por
el contrario, se les nota asentados en un equilibrio financiero estable,
digamos, aunque con cierto miedo dibujado en su rostro, por los acontecimientos
que perciben, digamos. Se marcan objetivos diversos, distintos a aquellos
dóciles y modestos, jugando a una suerte de ruleta de la fortuna que podría
afectarles i el mundo no estuviera diseñado para los ricos y poderosos. Pero no
estoy contando nada que vosotros no sepáis, pues desde que conocemos la
mecánica motriz del mundo conocido, siempre ha sido así: ante la crisis los
pobres son más pobres y los ricos son más ricos. ¿Curioso? ¡No, real! No
descubro nada nuevo bajo este sol de febrero invernal. Lo esperpéntico del caso
es que tanto unos, los sencillos, los pobres, los modestos; como los otros, los
ricos, opulentos y poderosos, todos, se quejan al unísono de nuestros políticos
de vodevil, de tanto burócrata afectado de servilismo. Se quejan de nuestras
clases dirigentes, a las que ven inútiles, obsoletas, ancladas en los
consabidos discursos de confrontación que no aportan soluciones. Desde uno y
desde otro bando, se tiran los trastos a la cabeza, hablan y hablan, dicen y no
dicen nada, y el resto de los mortales a nuestro rollo, procurando unos llegar
a fin de mes sin sobresaltos, a la vez que otros procuran aumentar sus elevados
beneficios. Los unos y los otros pasando, soberanamente, de aquellos que hablan
por no callar, que gritan y no son oídos, que mueven los labios pero a los que
nadie entendemos, hartos ya de empanadas mentales gratinadas sin sabor y sin
sustancia.
Publicado el 11.2.11
“NUNCA SUPIERON DE QUÉ
GUERRA SE TRATABA”
Esta tarde presento mi novela “NUNCA SUPIERON DE QUÉ GUERRA
SE TRATABA” en la vecina ciudad de Córdoba, en la sede de la Casa de Jaén en
Córdoba. No es la primera vez, ni espero que la última, que colaboramos entre
particulares y entre asociaciones de las provincias de Jaén y de Córdoba, a
veces tan cercanas y a veces tan distantes. En la última ocasión en que
coincidimos en un acto, recreando la toma de Córdoba por las tropas napoleónicas
en aquel aciago año de 1808, almorzamos un gran número de amigos en la sede del
Rectorado de Córdoba, al abrigo de los vestigios de una cultura milenaria que
inundó toda Europa y que emanaba de aquella antigua metrópoli convertida en la
capital de un imperio, ocupada por numerosas civilizaciones, al abrigo del gran
río Guadalquivir, que vertebra toda Andalucía y que en Córdoba se hace testigo
silencioso de la historia. Nos contábamos nuestras cosas, el cómo nos iba la
vida, cómo habían crecido nuestros hijos desde la última vez que nos vimos, y
otras cuestiones por el estilo. En el fondo, y es lo que intento deciros,
subyacía la nostalgia del Jaén que aquellas familias conocieron de niños y que
abandonaron en busca de un porvenir que se hizo patente en Córdoba, tan cercana
y a la vez distante. Muchos de aquellos paisanos no habían vuelto nunca a su
Jaén -nos lo confesaban entre suspiros-,
y ciertamente que echaban de menos estas calles sinuosas, aquellos rostros antaño
jóvenes. Yo les decía, Jaén para vosotros, al igual que Córdoba para nosotros,
tan cerca y a la vez tan lejana. Tan fácil como girar la llave de arranque del
automóvil y recorrer 100 kilómetros de recuerdos. Por cierto, que en la
Librería Metrópoli de Jaén, todavía quedan algunos ejemplares de la novela
“Nunca supierond e qué guerra se trataba”.
Publicado el 31.1.11
JUBILACIÓN Y REVOLUCIÓN
Ayer me felicitó el amigo Antonio Rivera, desde su despacho
de la Junta de Andalucía. Es un buen hombre al que conozco desde hace un tiempo
y con quien en cierta ocasión, tomándonos unos vinos, nos sinceramos, hablando
de lo humano y de lo divino. Antonio Rivera cumplirá en este año 2011 los 65
años, y ciertamente, lleva un par de años componiendo y planificando su
jubilación, o lo que es lo mismo, su día después. Sabe que no volverá a jugar
al fútbol, y que determinados lujos tendrá que abandonarlos por aquello de que
uno ya no llega a determinadas alturas, pero sin embargo, conociéndole, a buen
seguro que rebrotarán sus otras aficiones, como la literatura, el escribir, el
viajar, el charlar con los amigos de siempre, que tan bien se le da. No
obstante, anda un tanto preocupado de unos meses a esta parte con el anuncio de
Zapatero de que se va a elevar la jubilación a los 67 años. Yo le tranquilizo
diciéndole que a él no le afectan las próximas medidas de ampliación de la edad
de jubilación, o de cálculo de su pensión. Que además, llevando como lleva más
de 45 años trabajando, y además cotizando, que no todo el mundo puede presumir
de ello, obtendrá el máximo de pensión posible en función de su categoría y
alta cualificación. Como quiera que a los hijos ya los tiene casi ubicados
laboralmente, podrá disfrutar con su esposa de un esperado y merecido descanso.
¿Cómo le vendes a alguien como Antonio, el anuncio de que tiene que seguir
trabajando dos años más? No me creo que nuestro gobierno se atreva a aumentar
en el corto o medio plazo la edad de jubilación, por lo que me atrevo a deciros
a los que estáis próximos que tranquilos, pues todos sabemos que ahora más que
nunca, huele a revolución e inconformismo, otra cosa es que esté preparada la
sociedad para asumirla.
Publicado el 21.1.11
SI NO, REVIENTAS
Hoy es de esos días en que te enfrentas al papel, un tanto
hastiado de la vida, que por cierto casi siempre fue generosa contigo, y te
cuesta horrores encontrar el hilo conductor que, curiosamente, perdiste en la
calzada de una carretera de segunda con luminosas luces de neón. Hoy es de esos
días en los que, de cara frente al papel aún inmaculado, te preguntas no tanto
si tus opiniones son oídas, que sí, pues el amigo Paco Martínez Balbuena, se
encarga de recordártelo todos los viernes; lo que realmente te preocupa es si
encuentran los oyentes el sentido de las palabras cuando las lanzas al viento
de las ondas hertzianas. Es probable que hoy te hayas levantado de mal humor,
que las cuentas ayer no te cuadraran y quieras pagarlo contra el mundo, contra
la gente, contra la sociedad que te incita a la queja. Hoy, definitivamente es
de esos días que, harto de meterte con los poderes públicos, con las entidades
financieras que tanto nos han defraudado últimamente, con la gente sumisa,
silenciosa y apañada de nuestros pueblos; o tal vez aburrido de oír las mismas
historias de siempre, decides que no te apetece meterte con nada ni con nadie
en concreto, y arremetes contra ti mismo por decisiones y detalles que, a ojos
vista, pasan desapercibidos, y que conforman tu universo de sensaciones;
aquellas sensaciones que te llevan a pensar que hoy es de esos días que no tienes
nada que contar, pero inevitablemente tienes que hablar, pues si no, revientas.
Publicado el 14.1.11
PROHIBIDO PROHIBIR
Tengo la vaga impresión de que este año va a ser el año de
las prohibiciones. Es decir, que se nos va a prohibir hablar fuera de tono, o
tal vez mear fuera del tiesto, quizás mirar de forma descarada las nalgas
prietas de esa piba sinuosa. Puestos a prohibir también se podría legislar
prohibiendo engrosar las listas del desempleo, o prohibir que las entidades
financieras denieguen un préstamo o una hipoteca. Se me ocurre que se prohíba
dormir en la calle, o más bien no tener un techo para resguardarse, es decir,
SE PROHIBE se pobre. Con un poco de imaginación, establecer un Real Decreto que
impida estar sin trabajo más de una semana, o prohibir a todas las personas
quedarse sin vacaciones en los meses de verano. Llevar al Parlamento Andaluz
que nuestros hijos tengan prohibido suspender en los exámenes educativos.
Incluso una vuelta de tuerca más, que no puedan bajar sus notas de un nueve
sobre diez: no digo que sea un deseo, sino una prohibición. Además queda
terminantemente prohibido quejarse de la situación económica, siendo
obligatorio salir todas las tardes, a partir de eso de las 7, de compras por la
ciudad: permitido el regateo, prohibida la morosidad. Es por ello que tengo
vagas, que no falsas esperanzas, de que este pueda ser el año de las
prohibiciones, benditas prohibiciones, que nos permitan afrontar el futuro con
optimismo y permitirnos cambiar el principal tema de conversación entre café y
café, que no es otro que la maldita crisis y sus terribles consecuencias.
Publicado el 7.1.11.
A LA ALTURA DE LAS
CIRCUNSTANCIAS, ¡O NO!
Tras la lectura de mi última colaboración en las mañanas de
la COPE, de los viernes, Antonio Agudo y yo nos enzarzamos en un
debate/discusión/opinión/pensamiento en voz alta/reflexión/queja, sobre el
vergonzoso papel que nuestra clase política desempeña en esta España tan
querida por los ciudadanos, y que en estos últimos días brota de nuestros corazones
por obra y gracia de los éxitos de la Selección Española de Fútbol en la Copa
del Mundo de Sudáfrica, y que ya se vislumbraba abiertamente tras los triunfos
de nuestros pilotos de motociclismo sobre el cajón oyendo el himno sin letra de
España, ondeando nuestra bandera roja y amarillo al viento de Hungría,
Inglaterra, Alemania, China, Australia, EE.UU., Francia, Dubai, y frente a
cualquier sol del meridiano.
Luego emerge de entre sus cenizas nuestro -y digo bien, nuestro- Rafa Nadal, venciendo
en Roland Garrós, Wimblendon, en la
Copa Davis, a la que se suman el resto de la Armada Increíble, con Verdasco,
Ferrer, Ferrero, Almagro, y puntos suspensivos, pues muchos son los que durante
todas las fases clasificatorias visten el rojo atuendo que se ha puesto de moda
por todo el orbe.
¿Y aquí en España qué? Que por un lado vamos los ciudadanos,
alegres, confiados, extasiados, henchidos de orgullo patrio -ojo, no de aquel orgullo patrio caduco que
prescribió hace cuarenta años, sino del nuevo, del que se basa en los triunfos,
porque detrás existe un considerable esfuerzo que atisba la victoria-. Y
resulta que por otro lado van los políticos de la mano -del PSOE, del PP, de IU, no te digo ya los
nacionalistas, que no saben en qué rincón ubicarse-, enfrentándose de continuo,
evitando estrecharse las manos para no ser delatados. De vez en vez surge en
las noticias un nuevo caso de corrupción, y desaparecen decenas, cientos de
millones de euros, que tanto bien harían en este país para paliar el desempleo,
la crisis o incluso la inversión en obras públicas. Dinero manchado que ha sido
sustraído sin esfuerzo y sin sudor, con la mentira, no como el que ganan
nuestros deportistas, por más que a algunos les parezca o nos parezca excesivo,
¡sí!, podríamos discutirlo, pero nadie duda que ganado en buena lid,
honradamente, y notoriamente público, no ilícito.
Ahora empiezo a sospechar el porqué de que los ciudadanos de
a pie tengan en tan mal concepto a la clase política, y la señalen con frases
del tipo “no se pierden ni uno aparecer en la foto junto a los vencedores”, “no
están a la altura de las circunstancias”, “son todos lo mismo”, “no son capaces
de pactar entre ellos para sacar a España de la situación”, “no piensan en el
país ni en los demás, sino en ellos mismos”,”se meten en política para ver lo
que se pueden llevar”.
Yo, que precisamente he sido uno de los que siempre he
defendido la honradez de la mayoría de la clase política, empiezo a sospechar
que pudiera estar equivocado. Me explico: no dudo que existen cientos, miles de
honrados políticos que a diario dedican incontables horas de su vida a la causa
pública. No lo dudo. Es más, lo afirmo. No dudo que, como es evidente, los
casos de corrupción, sin estar todos cogidos, son ínfimos, casi
insignificancias con respecto al dinero que se puede mover en esas altas
instancias. No lo duden ustedes. La cuestión que sustento es el desprestigio
que la clase política tiene entre los ciudadanos, por acciones u omisiones que
todos estamos pendientes de observar, esperando, cuales son: un gran pacto
contra la crisis, un gran pacto por la reforma laboral, un gran pacto por la
educación, un gran pacto por la reforma de las instituciones públicas y por el
modelo (y pongo por ejemplo un sistema de listas abiertas que los electores demandamos,
un tope de dos legislaturas para cualquier cargo político en cualquier
institución pública, viéndose obligado a emigrar a otras funciones, incluso de
la cosa pública, pero alejadas de la anterior). Y digo, no sentir más vergüenza
por las decisiones “políticas” de los jueces. Apartar a los políticos de las
judicaturas, retirar a los políticos de los consejos de administración de las
cajas financieras, etc…etc…
Y no lo digo yo, está en la calle. Si ponemos el oído se
escucha con claridad meridiana.
Verdadera ilusión cuando Pau Gasol -que es catalán, sí, por lo tanto español-,
consigue su segundo anillo de la NBA con los Angeles Lakers, cuando la Roja de baloncesto se alza con el
campeonato del mundo o con la Eurocopa, o cuando lo hace un club “español” en
fútbol, baloncesto, balonmano o fútbol-sala, a pesar de que esté plagado de
extranjeros que ven a España como un sueño en sus aspiraciones deportivas y
económicas, lo cual también ha de ser, entiendo, motivo de orgullo. Luego está
nuestra gente, tan admirada fuera de nuestras fronteras, nuestro sol, nuestros
fabulosos pueblos y ciudades, nuestros únicos parques naturales, la reconocida
gastronomía española, número 1 entre los entendidos. Nuestros escritores,
artistas, actores y actrices, ensalzados en el mundo y muchas veces
vilipendiados en su propio país por el hecho de ser de los nuestros y por tener
sus propias ideas.
Con toda mi alma espero que la corriente que se está
produciendo en todos los rincones del país, perdiendo el miedo a lo oscuro, y
olvidando la sensación de ciudadanos de segunda, que ya no merecemos por
nuestros éxitos individuales y colectivos, siga su cauce natural y converja en
el mar de la osadía. Que los pequeños hombres y mujeres de la política nacional
y municipal, comprendan de una vez el alcance de un imparable movimiento
reivindicativo de culturas, formas y métodos, y limpien sus establos de
indeseables, propiciando el entendimiento entre las personas, el intercambio de
ideas, y la propuesta de soluciones razonables, que los españoles estaremos
dispuestos a apoyarlas sin complejos y por encima de nuestros intereses
particulares.
Ese es mi deseo, y probablemente, me atrevo a porfiar, el de
millones de españoles, descontados los aludidos de los párrafos anteriores.
Publicado el 3.1.11
FIN DE AÑO
Adiós al año 2010, del que algunos dirán “¡que te vaya bien,
que te parta un rayo, que te pille un tren!”. Precisamente no pasará a la
historia por sus excelentes datos económicos, ni tampoco por las fabulosas
listas de empleo, menos aún por la cordialidad exhibida entre los grupos
políticos del arco parlamentario o por la infinidad de acuerdos alcanzados en
la cumbre, -es broma-. Pasará, con total seguridad, a los libros de historia de
nuestro país, por el esfuerzo de algunos jóvenes en alcanzar metas hasta ahora
inalcanzables o difíciles de conseguir, como el traer, por primera vez, la Copa
del Mundo de Fútbol a España, en una suerte de éxtasis colectivo que inundó
nuestras calles, desde los barrios más pobres a los guetos más opulentos; que
anegó de alegría nuestras ciudades, desde el norte pirenaico al sur fronterizo
con África, desde Galicia hasta el Levante, pasando por Baleares y Canarias,
que siempre es una hora menos, por lo cual se enteraron literalmente antes que
los peninsulares; haciendo que nos olvidáramos durante una quincena de los
cotidianos problemas de supervivencia y asfixia. Otra legión de deportistas del
mundo del motor sobre las dos ruedas, hicieron triplete en el Mundial, gesta
que tardaremos algunos años en igualas, ¿o quizás no? Un año en el que lo poco
que nos hizo disfrutar vino de la mano del deporte español, no de la economía,
no de la política, no de la banca, no de las empresas. Al menos, nuestros
atletas y deportistas nos hicieron olvidar durante breves momentos la terrible
realidad de un país sumido en la desesperanza, que quiere y no puede salir de
ese pozo de miseria porque alguien
-pónganle ustedes nombre- desde abajo nos retiene, impidiendo que saquemos
la cabeza.
Publicado el 31.12.10.
UNA PATADA Y A LA CALLE
Buenos días y Felices Navidades, aunque no lo sean para
todos. O al menos eso pensarán algunos que recibieron la papeleta de despido,
con efectos del 31 de diciembre. Motivo: la dirección de esta empresa ha
perdido la confianza en usted. Después de 28 años te parece surrealista que el
motivo sea este. ¡Pues no será!, si lo
que quiere usted es justificar tal decisión. Yo me imagino otra: acabas de
cumplir 55 años, y para ciertos grupos profesionales, por ejemplo el sector del
seguro, con 55 años se es viejo, ¡reconócelo! Precisamente tú defendías hace 10
años esos postulados, cargándote a diestro y a siniestro a agentes y a
delegados porque no cumplían los objetivos de la compañía, o bien porque,
sencillamente, comenzaban a resultarte insoportables; por estética, ètica o
seguidismo, que a fin de cuentas daba lo mismo, para eso eras el jefe. Pero
nunca pensaste que ese dedo inquisitivo que señalaba hacia el exterior, hacia
la puta puerta, marcaría tu futuro inmediato, el que comienza el 1 de enero
mientras digieres la copiosa cena de Fin de Año, ¡pues vaya año!, pensarás ¿Y
ahora qué hago? Acostumbrado a mandar grupos numerosos de productores, pues la
denominación de personas la colgaste en el diván del olvido hace más de una
década; habituado a viajar surcando mares, cielos y carreteras; aclimatado al
buen mantel en los mejores hoteles y restaurantes, midiendo por el terror de
tus subordinados las diferencias de status,
no aciertas a entender el porqué de esta patada y a la calle. Y te das cuenta
tarde, si bien con apenas 55 años, de que estás solo, de que has abonado el
desprecio y el odio a tu alrededor, de que la humillación a que sometiste a tus
colaboradores, ahora se venga en tu persona, arrojándote a la cara tres décadas
de nefastas experiencias personales y de deshumanizadas mentiras, y es cuando
te preguntas si realmente mereció la pena.
Publicado el 24.12.10.
EL COLOR MÁS OSCURO O MÁS CLARO DE NUESTRA PIEL
Buenos días, como cada mañana de
viernes. Creo que ya van 65 artículos, con un margen de error de un 10 por
ciento hacia arriba o hacia abajo. Al igual que los políticos y sociólogos de
nuestro país, que suelen errar con un 30 o un 40 por ciento de margen de
discrepancias, hacia arriba o hacia abajo. Erraron con el tiempo de duración de
esta masacre económica que llamamos crisis. Yerran cuando previenen una
recuperación trimestral de equis tanto por ciento, o cuando predicen la
reducción de desempleo que se va a dar en la última mensualidad estadística.
Pero es que los fallos y errores, curiosamente, se inclinan hacia el interés
del lado político de quien los augura o de quien los maldice, por lo que desde
el mismo instante en que analizan los datos, dejan de ser ciertos u objetivos,
estén en el lado o espectro político en que estén. No vamos a aprender nunca,
en este amado país, que los grandes proyectos, los luminosos triunfos, los
avances más extraordinarios, se dieron
-y no lo digo yo, lo dicen las hemerotecas de nuestra historia- cuando
de verdad nos unimos, cuando los españoles dejamos de preguntarnos por la
filiación política, cuando obviamos consultarle al vecino acerca de su credo
filosófico o religioso, cuando dejó de importarnos el color más claro o más
oscuro de nuestra curtida piel de hombres y mujeres libres; cuando nos reunimos
a puerta cerrada, dejamos fuera los oropeles y ropajes, y nos miramos a la cara
para encontrar que a pesar de todas nuestras insalvables diferencias, somos,
curiosamente, en apariencia iguales. Es entonces que comenzaremos a caminar.
Publicado el 18.12.10
¡MENUDA CRISIS!
A vuela pluma os diré que cada día me encuentro más
desorientado. Os explico: me cuenta mi hermano Antonio que este puente la costa
de Málaga estaba petada de gente. Me
remarca mi otro hermano, Miguel, que, salvo en verano, nunca había soportado
más turismo en la costa de Almería que este largo fin de semana. Yo, que me
quedé en tierra, preparando la inauguración de la sede de la Asociación General
Reding, pude escaparme un solo día a Cazorla y, con algo de suerte, encontré
mesa en Casa Chema, al calor del hogar. Cada día entiendo menos las cifras, los
números, los organigramas, las frías estadísticas, cuando de personas se trata.
Cada día entiendo menos las palabras de nuestros gobernantes cuando nos hablan
de la crisis económica y financiera, y cada día entiendo menos a una oposición
que se limita a susurrarnos acerca de la crisis y acerca de la ruptura social,
de forma sistemática y sin propuestas. A vuela pluma mis infiltrados agentes
especiales, se han dado una vuelta por Fuengirola, Vera, Sigüenza, Chinchón,
Cazorla y otros muchos lugares de nuestra geografía patria, y han tenido que
hacer largas colas en las cafeterías y restaurantes, en los cines y en los
comercios; en las gasolineras y en los parking
públicos, por lo que, convencido, pienso que alguien no me dice la verdad de lo
que pasa en España, ¿o es que tal vez solo hay crisis en mi provincia, en mi
ciudad, en mi entorno, en mi contorno, en mi cintura?, y la sensación de
asfixia que percibo es personal, particular, determinada, y para nada
colectiva, general e indeterminada. Me cuestiono tantos fundamentos, que hasta
podríamos dejar de llamarles así, para denominarlos incertidumbres, o tal vez
sospechas. Os pongo un ejemplo: siendo como es cierta la crisis, ¿quién la está
sufriendo?, ¿dónde está secuestrado el dinero?, ¿en qué zulo metieron nuestro
estado de bienestar?, ¿porqué tantos impagos de facturas y de sueldos mientras
a la vez mostramos signos externos de opulencia a destiempo? Te juro por yahoo que hay cosas que no entiendo.
Publicado el 10.12.2010
A PESAR DE LO QUE ESTÁ
CAYENDO
Buenos días, a pesar de todo lo que está cayendo. Hace un
tiempo, un amigo me comentaba, acerca de esta crisis económica que, como en
otras ocasiones, vendría la recesión y al poco la recuperación. Transcurridos
algunos meses el mismo amigo me recordaba que esta era de las peores
situaciones coyunturales que había conocido,
y ya eran unas cuantas las que había vivido en sus carnes. Hace no mucho
tiempo, volvimos a encontrarnos y me refirió que atravesaba un momento crucial
en su vida profesional, que incluso había afectado a su vida laboral y
modificado sus hábitos y costumbres. Había dejado de salir con su mujer a
tomarse las habituales cañas por las tascas del centro de la ciudad; que el
pasado verano apenas disfrutó de vacaciones, salvo un exiguo puente en el
apartamento prestado de un hermano, por lo que preveía que el próximo estío se
quedaría en su casa a la sombra de un álamo adulto, y próximo al botijo. Que
incluso había advertido a sus hijos que
este año los Reyes Magos, como consecuencia de un accidente sufrido con
los camellos, probablemente no llegarán a tiempo para dejarles sus regalos, que
en otra ocasión sería. Pero lo cierto y verdad es que, a pesar de abrocharse el
cinturón hasta la última botonadura, seguían sin salirle las cuentas, y cada
mes gastaba más de lo que ingresaba, por lo que preveía que en cuestión de uno
o dos meses se iba a encontrar sin ahorros, sin recursos, sin financiación
bancaria y sin esperanzas de que su negocio mejorara a corto plazo, tal vez ni
a medio plazo, y un período más largo no suponía una solución a sus problemas
inmediatos. Fue cuando me confesó que había tirado por la ventana su hipócrita
vergüenza y había recurrido a su familia: hermanos y padres. Y aunque estos no
podían presumir de un estado financiero halagüeño, al menos podía contar con
ellos para situaciones de emergencia. Yo me preguntaba, ¿cómo se las ingenia la
tropa para subsistir día a día y no lanzarse, escopeta en mano, a asaltar los
últimos reductos de la opulencia?
Publicado el 4.12.10.
SÁHARA
Me acosté anoche escandalizado, y me levanto hoy abochornado
por la respuesta que nuestro gobierno ha dado, o mejor dicho, aún no ha dado,
al último conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario, o tal vez sería más
correcto decir entre marroquíes y saharauis. La posición, o inmovilismo del
gobierno es una cuestión que nadie entiende: es normal que no la entiendan los
simpatizantes del Partido Popular, también es lógico que no la compartan los
votantes de Izquierda Unida, como los de Ezquerra Republicana, CIU, PNV, BNG;
los de la órbita de UGT y CCOO, pero más preocupante es que sus propios
simpatizantes y votantes socialistas, la critiquen abiertamente, sin tapujos ni
ambages. Sé de lo que os hablo, pues en el 2001 visité los campos de refugiados
saharauis de Tinduf, durante una
semana, y eso marca de por vida. Observar como un niño conduce una bicicleta
por el desierto de la Hamada, sin
gomas, y diez siguen su estela a pié. O cómo juegan diez contra diez al fútbol
con un balón improvisado de bolsas de plástico apretadas, marca de por vida, a
pesar de que son gente a la que la sonrisa no les abandona: olvidados de todos,
sin futuro, sin horizontes. Bueno, sin horizontes no, pues en las frías noches
del desierto, los horizontes son infinitos, y el cielo probablemente uno de los
más bellos que podamos encontrar en cualquier paraje. Todos entendemos que la
posición del gobierno español es complicada, por cuanto nuestras relaciones
comerciales y de buena vecindad se podrían ver afectadas por el conflicto, pero
no es menos cierto que en este asunto, en el cual España tiene mucho que
opinar, no podemos, ni debemos ser timoratos: hemos de estar con la justicia y
la razón, y esta le pertenece, sin artificios y sin reparos, al pueblo saharaui
sojuzgado y ocupado por Marruecos. No anden más por las ramas.
Publicado el 19.11.10
MI ABUELA, CARMEN
HERNÁNDEZ
Si mi abuela, Carmen Hernández, viviera, hoy habría cumplido
cien años. Una fecha redonda. Por desgracia, no está entre nosotros,
perdiéndonos la oportunidad de conocer de sus propios labios, los entresijos de
la historia, renunciando al asesoramiento de las personas mayores, que a buen
seguro han vivido situaciones similares a las que hoy tanto nos preocupan: la
crisis, la salud, la familia, la educación, los valores. Imaginad cien años de
experiencia, un siglo de sabiduría, cien años de recuerdos, un siglo de
emociones, veinte lustros cosechando amigos y conocidos, que dan para muchos.
En vuestro entorno, cerca de vosotros, existe un anciano, un abuelo, un padre,
una madre, que suspira porque les llaméis para preguntarle por la salud y para
entablar una conversación de padres a hijos, que está deseoso o deseosa de
ayudaros en resolver ese problema que tanto os acucia y para el que no
encontráis respuesta. Expectante tras el teléfono, atento a vuestra llamada que
no llega, pero de la que no desiste. Pensad: son cien años de experiencia, un
siglo de conocimientos, un mar de emociones contenidas en su menudo cuerpo.
Hoy, que mi abuela Carmen hubiera cumplido cien años, puede ser un buen día,
como cualquier otro, para llamar a mi madre y hablarle de aquel programa cutre
que tanto le gusta, o del arreglo de su dentadura, que la trae frita de un
tiempo a esta parte, pues su mundo se reduce a la magia de las cosas sencillas,
y quizás con demasiado tiempo libre. Pero no olvides: cien años de recuerdos, de sabiduría, aunque me
pregunto, ¿qué son cien años, si pasaron como si nada?
Publicado el 12.11.10.
EXCELENTÍSIMA ALCALDESA
DE JAÉN:
Paseaba estresado la pasada semana por su ciudad, entre
vehículos amontonados, obras por doquier, asfalto levantado y polvo en suspensión,
consecuencia de las obras de instalación del tranvía, cuando reparé en la
escultura de la Plaza de las Batallas, obra, como usted bien sabe, de nuestro
querido escultor Jacinto Higueras.
Reparé en la escultura, que simboliza las victorias de
nuestros paisanos en las batallas de las Navas de Tolosa de 1.212 y la de
Bailén de 1.808, contra los soldados del emperador Napoleón, que nunca, hasta
ese instante, habían perdido batalla alguna en campo abierto.
Entonces me acordé de un artículo que leí tiempo ha en una
edición facsímil de la revista Don Lope
de Sosa, en el que se indicaba que dicha escultura de Jacinto Higueras se
proyectó para instalarla en la localidad de Bailén, si bien el entonces
diputado a Cortes, creo, don José del Prado y Palacio, que también fue, como
usted ahora, alcalde de Jaén, y vicepresidente del Congreso y del Senado, a
última hora exigió que, dada la belleza y grandiosidad de la obra, debía ser
expuesta en la capital, y no en una villa provinciana.
Pues bien, aunque nací en la capital y allí viví 20 felices
años, he superado esa barrera de tiempo en Bailén, por lo que me digno rogarle,
o mejor, exigirle, tenga a bien reconsiderar la presente y en su virtud nos
devuelva a los bailenenses lo que en justicia nos pertenece, pues tiempo han
tenido de disfrutarla durante un siglo. No obstante, y en un acto de
generosidad sin igual, le ofrezco que nos la ceda al menos otros cien años a
los bailenenses, con la promesa de que al vencimiento volveríamos a cedérsela
por igual período de tiempo.
Entendiendo que nuestra oferta es justa, ruego contestación a
la presente, significándole que de no estimarse en tales términos, acabaremos
resolviendo nuestras cuitas en otras superiores instancias.
Atentamente, su seguro servidor.
Publicado el 5.10.2009
SOLICITO DE V.I.
Buenos días tengan ustedes. Por cierto, señora alcaldesa de
Jaén, Hace más de seis meses que le solicité mediante esta sección, la devolución
a la ciudad de Bailén, de la escultura sita en la plaza de las Batallas, que
simboliza las Batallas de Bailén y de Navas de Tolosa, sin que hasta la fecha
haya obtenido respuesta alguna. Es por ello que me veo obligado, en la
proporción que me corresponde como bailenense, y dado que nuestro Ayuntamiento
no hace nada al respecto, a solicitarle de nuevo, y de forma amistosa, previa a
la vía jurisdiccional que competa, la devolución de este preciado símbolo de
nuestra victoria, que no la suya, sobre las tropas francesas. Piense
detenidamente lo que le demando, pues bien pensado le estoy haciendo un favor
impagable, dado que su tranvía podría circular más libremente por el Paseo de
la Estación, sin obstáculos algunos y sin giros ni eses no deseadas por el
futuro pasaje, pudiendo tomar la vía recta desde la plaza de la Constitución
hasta el final de boulevard. Piénselo con la serenidad que procede y en su
virtud autorice la retirada de la obra de Jacinto Higueras. Por cierto,
nosotros nos hacemos cargo de los portes debidos del traslado,
correspondiéndole a usted la mano de obra del desmontaje, permisos e impuestos.
Quedo a su entera disposición, etc... etc... etc.
Publicado el 9.11.10.
LA ARMONÍA Y EL CAOS
Lo cierto y verdad es que hoy he disfrutado del tranvía como
nunca hasta ahora. A ratos, mientras ojeaba el periódico JAÉN, me asomaba por
las nítidas ventanas de mi vagón y observaba a los niños en la calle jugando a
la pelota, y a los adolescentes patinando por las aceras del Paseo de la
Estación. En ocasiones, las amplias arboledas se me imaginaban bosques ingleses
prontos a desaparecer, y escasos vehículos circulando ordenadamente por el
centro de la ciudad de Jaén a hora punta. Las aves migratorias habían vuelto a
sus acostumbrados ambientes, y en la atmósfera jiennense se respiraba el aroma
de los jazmines y el romero que asomaba en cada esquina. El aire era limpio y
sonoro, y una brisa fresca que bajaba del cerro de Santa Catalina anunciaba que
todo era perfecto (pausa). Cuando desperté
de mi sueño, encontré una ciudad sumida en el caos, el insufrible claxon del
impaciente gritando y gritando, las calles levantadas enseñándonos sus bajos e
interiores, y una nube de polvo entrando hasta las cocinas de nuestras casas.
Pensé que mejor hubiera sido no despertar del sueño hasta al menos el día en
que se inaugure la línea del tranvía, pues hasta entonces la armonía urbana
estará en franca quiebra.
Publicado el 29.10.2010
LA VOZ ROTA Y CANSADA
DE LOS HUMILDES
Buenos días, a pesar de esta voz rota y cansada. Nunca
supimos en qué guerra nos habíamos metido hasta que comprobamos que se
nos congelaban las pensiones, o quizás se nos congeló la confianza; hasta que
supieron los funcionarios que sus nóminas iban a ser reducidas no creyeron el
giro de los acontecimientos. O cuando el empresario discreto fue a solicitar un
crédito blando en su oficina de toda la vida y una desconocida muchacha, con
leve sonrisa en el rostro, le dijo que era imposible, no sé qué de un escoring y una nota de excesivo
endeudamiento. Entonces pensó que algo no funcionaba, que un halo de mentira
envolvía las palabras de financieros y políticos, pues él mejor que nadie sabía
que nunca, en toda su trayectoria profesional, había tenido su economía más
saneada. Comenzó a fijarse en los labios de las personas que hablaban y
gesticulaban en los medios de comunicación: banqueros, sindicalistas,
representantes de los empresarios, gobierno, oposición, meapilas y botarates y,
a través de su método particular de observación, tornó las frases en otras más
reales y sinceras, descubriendo la gran bola de falsedad y mentira que la
crisis había creado para mayor honor y gloria de la humanidad, mientras los de
siempre: los humildes, los sencillos, los pobres, seguían padeciendo sus
miserias y soportando sobre sus espaldas los engaños y las patrañas de los que
nos habían llevado a esta situación, individuos con rostro, individuos con
nombres y apellidos que campeaban a sus anchas por los noticiarios como si la cosa
no fuera con ellos.
Publicado el 22.10.10.
DINAMARCA. HANS
CHRISTIAN ANDERSEN. ESPAÑA
GODMORGEN VENNER. O algo parecido, significa BUENOS
DÍAS AMIGOS, en danés. Hoy visita Bailén el Embajador de Dinamarca en España,
el señor Lars Thuesen, invitado por la Asociación CAECILIA, editora de la
revista BAILÉN INFORMATIVO, para rendir homenaje a Hans Christian Andersen, con
motivo de la fugaz visita que hizo a Bailén en 1862, en su periplo por España,
país al que amaba desde que tenía 3 años, cuando un soldado español del
Regimiento del marqués de la Romana, lo tomó entre sus brazos y le dio a besar
una medalla de la Virgen.
Detrás de cada proyecto suicida que organizamos las
Asociaciones Culturales, hay mucho de trabajo y esfuerzo raramente reconocido,
pocas veces sufragado y cuasi nunca subvencionado. Luego, parece que la
actividad la realizamos para nosotros mismos, como si nosotros, simples
mortales, viviéramos de ello, cual si dependiéramos económicamente de ello,
¡ilusos! Lo cierto es que nos gusta –y
hablo de las asociaciones en sentido plural, aunque utilice el ejemplo del
proyecto de Caecilia- complicarnos la vida, dar un paso al frente, montar
actividades más para el deleite del público que para nosotros mismos, pues
siempre los organizadores de los actos seremos los sufridores y no pasivos
consumidores, pero alguien tendrá que hacer de tonto, y en estos casos, el
papel de tontos nos toca siempre a las Asociaciones. No obstante, no se
preocupen, pues seguiremos realizando actos, montando espectáculos, ideando
eventos, a pesar de la cara que se nos queda cuando los políticos y financieros
se cuelgan las medallas que llevaban inscritos nuestros nombres y
posteriormente fueron borrados para poner los suyos. HASTA SIEMPRE AMIGOS, o lo
que es igual: altid vaere venner.
Publicado el 11.10.10
ODA A LA MUERTE DE JOSÉ
SARAMAGO
Leo el artículo de Paco Linares, acerca del poema PROHIBIDO
PROHIBIR, que atribuían a Pablo Neruda, y por un sutil mecanismo de asociación
de ideas, me viene a la mente José Saramago. Cierto es que Pablo Neruda era
chileno y Saramago portugués, por lo cual su idioma es común. Son de distinta
generación, si bien a los dos los recordamos mayores, casi ancianos –con
frecuencia se nos olvidan que las personas mayores alguna vez fueron jóvenes,
cargados de vitalidad, plenos de proyectos e ilusiones-. Tal vez es eso, su
imagen de personas mayores, pues inevitablemente me vienen al pensamiento sus
últimas imágenes, de ahí que suelo evitar un último vistazo a los finados, que
me perdonen los familiares. Además, los dos fueron escritores de éxito, Premios
Nóbel. Pero hay un dato que los asocia inevitablemente, pues creo que en ambos
casos se trataba de una etiqueta que les marcaba en sus pensamientos,
filosofías, planteamiento, o como queráis denominarlo, y era su condición de
comunistas convencidos, que de alguna u otra forma impregnaba sus escritos.
Para mí, simplemente eran idealistas, que creían a pies juntillas en una utopía
que el género humano no estaba, ni está dispuesto a ejecutar, pues intereses
económicos, que decía el genial Saramago, e individuales, que dice la historia,
impiden la puesta en práctica de esa sociedad ideal.
No hace mucho tiempo, en un artículo para la COPE, me inspiré
en una declaración de José Saramago, que lanzaba a los cuatro vientos la
posibilidad, estúdienla, por favor, insistía, de que Portugal y España se
fundieran en una sola nación, que sugería
-no imponía- podría llamarse Iberia. Me sorprendió su libertad de pensamiento,
su valentía en proponerlo, cuando nacionalismos y rupturismos ansían por
doquier. ¡Qué elevada utopía! Proponer en este mar de autonomías,
nacionalismos, patrias o no patrias, estados o no, que se unan dos pueblos, que
se fundan en uno solo: que eliminemos las fronteras imaginarias, que permitamos
que los ríos que nos unen seas más navegables culturalmente. En definitiva, que
podamos llamarnos hermanos de la misma tierra.
Ahora que nos ha dejado José Saramago, que ya era uno más de
nosotros, pues desde hace 20 años vivía en Lanzarote, y compartía vida con una
española, podría ser el momento de que los portugueses y españoles pidiéramos a
nuestros gobernantes altas miras, que se dejen de políticas partidistas, y
piensen la posibilidad de plantear un referéndum acerca de la fusión de ambos
Estados en uno solo. Es un reto que, sinceramente, a más de uno sorprendería,
pero a todos nos llenaría de nuevas esperanzas, distintas perspectivas. Luego
se aprobará o no, pero el riesgo debemos de correrlo, pues no perdemos nada. Si
sale el no, nos quedamos como estamos, si es que sí, daríamos un gran paso,
para ambos pueblos, y, probablemente, un gran paso para la humanidad, mostrando
un ejemplo que podría seguirse en otros lugares, en otras regiones rotas por la
división y fragmentadas por tantos nacionalismos beligerantes y atomizados. Yo
me apunto al carro de la fusión y no al del nacionalismo.
Aunque sea por reivindicar la figura de José Saramago y del
personaje que lo representaba, y de paso, la genial figura del chileno Pablo
Neruda.
Publicado el 19.6.10
AGUA DE BORRAJAS
Desayuno hace algunos días con los datos del paro referidos
al primer trimestre del 2010, que arrojan un incremento en las listas de
286.000 personas -¡qué drama para esas familias!, pienso-. La lista va ya por
un total de 4.612.000 desempleados, es decir, un 18,8 % de la población activa,
que, sin entrar en disquisiciones de si son todos reales o no, que si existe
entre un 18 a un 22 % estimado de economía sumergida, aproximadamente, lo que
reduciría el impacto social de dichas cifras, lo cierto y verdad es que a
veces, insensibles por que no están nuestros nombres incluidos en dichas
listas, no vemos más allá del conflicto político partidista, como arma
arrojadiza para uno u otro bando ideológico. Por ello, cuando, desayunando de
nuevo me encuentro con el dato del mes de abril, que indica que ha bajado el
número de desempleados en 24.188 personas, mi corazón se acelera, porque pienso
que en 24.188 hogares la situación es distinta a la que se vivía anteriormente.
Aunque fuera uno solo el que encuentra trabajo, aunque ese trabajo fuera
estacional, el drama, que lo sigue siendo, y lo será mientras aparezca un solo
desempleado en los listados, no lo es tanto para cada uno de esas personas que
tienen rostro, que probablemente mantienen a una familia, que deben la vida y
una enorme hipoteca al banco de la esquina –que por cierto presentó unos
excelentes balances de resultados al cierre del año 2009-. No es el terrorismo
hoy la principal preocupación de los españoles, quizás tampoco los índices de
delincuencia, sino la economía. Pero es que tampoco es la economía que nos
presenta en grandes números el Estado, o el gobierno, o la oposición, sino la
economía doméstica, el poder llegar a fin de mes entre chapuzas, jornales de
aceituna, extras en el restaurante, la ayuda de la familia, los volátiles
ahorros de muchos años, que se esfumaron en los primeros meses de la crisis.
Esa es la principal preocupación, el día a día. Ya vendrá un mañana en que nos
preocupemos por el terrorismo, el efecto invernadero o la matanza de ballenas.
El resto, incluida la discusión política y las encuestas sobre intención de
voto de uno u otro medio de comunicación, es agua de borrajas e interesadas
falacias.
Publicado el 22.5.10.
¡NO HAY DE QUÉ!
La cara de tontos que se nos queda cuando nos miran a los
ojos y nos recuerdan que para que mejore la Educación -yo siempre la pongo con mayúsculas por
deformación intelectual- es necesario aumentar el ratio de alumnos en cada
aula; reducir, hasta casi eliminarlas, las becas, pues solo consiguen, dicen,
crear alumnos vagos y poco motivados; disminuir hasta la asfixia las dotaciones
a los Programas Erasmus, unos años después de concederle el Premio Príncipe de
Asturias a la Cooperación Internacional en el 2.004.
La mueca en el rostro que se avecina cuando nos dicen que
para mejorar la Sanidad Española -por
deformación social la escribo con mayúscula- se hace imprescindible reducir la
plantilla de los hospitales y, al tiempo, privatizarlos para obtener mayor rentabilidad.
No pienses que esta cara es la mía habitualmente, es la que
se me ha quedado cuando en la pantalla de la tv he oído al político de turno
decir que es necesario un recorte profundo en Investigación -sí, con mayúscula-, y que los salarios en España
están excesivamente altos con respecto a la media europea –por favor, que
revisen lo que las empresas pagan a la Seguridad Social, de las más altas en
Europa-, o que la Reforma Laboral está dando sus frutos en un país con casi 6.000.000 de personas -no se nos olvide que se trata de personas, no
solo números o estadísticas- engrosando las listas del desempleo, y que en
ocasiones se les culpa de la situación en la que viven, bien porque no buscan
el anhelado empleo o bien porque no emigran fuera de un país que aparentemente
no los quiere desocupados, para mayor deshonra. La última moda es demonizarlos
como gente egoísta que no desea un futuro para ellos mismos o para sus hijos,
personas con escasa vocación solidaria con el resto de los españoles: ¡fuera,
aquí no os queremos! es el grito que muy pronto se dejará oír en algunos foros
reaccionarios.
La cara de pardillos que se nos pone cuando una y otra vez
nos mienten los políticos de un lado y otro de la orilla, y a nuestro alrededor
no escuchamos las voces del descontento, solo gente complaciente y castrada que
en ocasiones justifica las aberraciones, corrupciones y exabruptos de sus
acólitos, porque así se les ha ordenado, porque eso es lo correcto, porque se
comulga con las ideas, y con las mentiras. ¿O tal vez es que estamos tan ciegos
que no vemos lo que ocurre a nuestro alrededor? ¡Cómo se desmonta el estado de
bienestar que a fuerza de lucha, pactos y a veces sangre, hemos conseguido en
30 años! ¿Es que no es evidente?
Mírate al espejo y observarás la cara de ingenuo, tarado,
demente, memo, mentecato, tontaina, necio, bobo y estúpido que a algunos se les
queda en esta parte del cristal. Solo nos queda, como respuesta a sus medidas,
y a sus mentiras, pronunciar aquello de ¡gracias!,
por los ajustes -no se nos ocurre
denominarlos recortes- y que nos respondan los políticos tramposos, aquello
otro de ¡no hay de qué!
Aparecido en el Bailén Informativo nº 116 (diciembre 2013) en
la sección “EL SILLÓN DEL MORO”
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