"Son los últimos que
se rinden, los primeros que abren fuego. Temen a la vida sin
horizontes y aman la libertad por encima de todas las cosas: los
llaman artilleros"
Esta frase de Manolo Ozáez,
sobre obra escultórica de Antonio Miguel Troyano, y en la que
colaboraron gran número de miembros de la Asociación Histórico
Cultural General Reding, preside la sede de nuestra Asociación,
desde la calle las Huertas, de Bailén. En el 2016 cumplía diez años
de existencia el colectivo de artillería de nuestra ciudad, creado
expresamente para los actos del Bicentenario de la Batalla de Baylen.
Muchos son los acontecimientos, anécdotas y aventuras vividas por
sus miembros, hoy ya amigos, pero poco se sabe de la historia de esta
placa, de la que algún día se hablará, como la famosa placa del
primer centenario, que se expone al inicio de la calle María
Bellido, en honor precisamente a nuestra heroína. Es nuestra
intención dejar constancia, de primera mano, de cómo surgió la
idea.
En el año 2010, la Asociación
Caecilia germinó y gestó la idea de celebrar el paso por nuestra
ciudad, en la segunda mitad del siglo XIX, del famoso escritor danés
Hans Christian Andersen, pernoctando una noche en las posadas del
lugar. Este hecho, que nos llegó por mor de la investigación del
amigo e historiador Jesús Ruiz de Burgos, recogido en el libro
“Viaje por España”, del citado autor danés, nos permitió
montar todo un acontecimiento en torno a tan fundamental hecho
histórico, incluida la llegada a nuestra ciudad del entonces
embajador de Dinamarca, Lars Thuesen, coincidiendo con la entrega de
los Premios Caecilia, una conferencia sobre los Tercios de Flandes y
la presentación oficial de la novela “Nunca supieron de qué
guerra se trataba”, del autor de este artículo. Con tal motivo, se
descubrió una placa en la calle Sevilla, sobre el enrejado de una
vivienda particular, obra también del artista Antonio Miguel
Troyano, y en la que también colaboraron, entre otros, Miguel Ángel
Perea Monje, Nicolás Manuel Ozáez y Miguel Ángel Padilla.
Previamente se trabajó sobre
una placa de mármol, si bien se produjeron algunos incidentes sobre
el material que propició su sustitución por la actual. No obstante,
dicha placa de mármol, apenas dañada en las grabaciones, quisimos
recuperarla por lo que fraguó la idea de realizar una placa homenaje
a la artillería que se ubicara en la recién inaugurada sede de la
Asociación H. C. General Reding, encomendándose su realización al
presidente de la Asociación, el citado Antonio Troyano, y asimismo
encargándole al secretario de esta, señor Ozáez, la creación de
varias frases que recogieran el espíritu de la artillería. Fueron
al menos tres las frases presentadas a los miembros de la asociación,
aunque desde un principio, la casi totalidad de los componentes de
Reding, optaron por la citada "Son los últimos que se rinden,
los primeros que abren fuego. Temen a la vida sin horizontes y aman
la libertad por encima de todas las cosas: los llaman artilleros",
que se incrustó en dicha placa, y esta, inicialmente en la parte
izquierda de la entrada al edificio, lugar que posteriormente se
cambió por el actual, en el primer piso, junto al estante exterior
de las banderas, visible para los viandantes, e iluminado. Como he
dicho antes, fueron al menos diez, los miembros que, de una forma u
otra, colaboraron pegando letras, o creando formas para ubicar en el
conjunto, siempre bajo la dirección de Troyano.
Posteriormente, recibí la
llamada del entonces subteniente de la Guardia Civil de Bailén, don
José Susi Liébanas, preguntándome si conocía la ubicación de
dicha placa sobre la artillería, a lo que contesté afirmativamente,
no sin manifestarle mi sorpresa. Fue entonces cuando me dijo que
había recibido una llamada de un comandante de artillería de
Valencia, que quería una fotografía de dicha placa, puesto que era
su intención felicitar al Arma de Artillería de toda España con
dicha imagen -no recuerdo bien si fue por Navidad o por otra
onomástica-. Por supuesto, le remití varias fotografías de dicha
placa, con su leyenda, sin tener posteriormente más noticias de este
hecho.
Hace apenas dos años, volví
a recibir otra llamada de un Hijo Adoptivo de Bailén, el coronel,
exsubdelegado de Defensa de Jaén, don Ángel Sanz Arroyo,
solicitándome que le remitiera varias fotografías de dicha placa,
que suponía ubicada en nuestra sede, pues de un Cuartel de
Artillería de Cádiz, ciudad en la que reside nuestro amigo
actualmente, se habían interesado por el detalle de la placa, y,
según me dijo, por la hermosa frase que se insertaba en la placa,
pues era intención utilizarla para algún acto o evento del que no
tuvimos más noticias. También, por supuesto le autorizamos a ello,
orgullosos de que Bailén recorriera de norte a sur, y de este a
oeste, los cuarteles y los corazones de nuestros militares
artilleros... y otros que no lo son, y a los que también les ha
enamorado dicha enseña.
En la actualidad, se está
realizando una copia a pequeña escala de dicha placa, para donarla a
la asociación hermana, la Orden de Caballeros Ballesteros de la
Santa Veracruz del Rey Fernando III, que la colocaría en el rincón
de la artillería, en la sede de Santa Elena, y otra réplica para
donar a la Asociación de Voluntarios Reservistas de Jaén, Fernando
III El Santo, entidad con la que guardamos una estrecha relación,
así como otros proyectos relacionados con dicha placa, su frase y
nuestra asociación, que engarce en los mejores valores de la
tradición histórica y militar de nuestra ciudad, algo de lo que
todos los bailenenses debemos sentirnos orgullosos.
A pesar de la anécdota de la
placa de artillería ubicada en nuestra sede, la Asociación
Histórico Cultural General Reding, se ha convertido en estos casi
once años, en una auténtica embajadora de nuestra cultura, de
nuestra historia, de nuestra literatura, de nuestro arte y de nuestra
famosa Batalla, participando en más de doscientos eventos y
acontecimientos por toda la geografía española, por Francia,
Portugal, por Italia, creando Encuentros con Poetas, Encuentros con
Reservistas Voluntarios con imposición de medallas, hermanándonos
con la Orden de Caballería citada, y antes, con la Asociación
Histórico Cultural The Royal Green Jackets de La Coruña, y
ampliando el horizonte de nuestra historia, y el inmenso círculo de
amigos que hemos forjado... en mil y una batallas.
Nicolás Manuel Ozáez Gutiérrez, Secretario de la Asociación
Histórico Cultural General Reding, y autor de la frase inserta en la
placa citada.
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