Proyecto de restauración de un horno árabe en el Parque Natural de Despeñaperros, a cargo de la Orden de Santa Elena y la Asociación H. C. General Reding

Los miembros de la Orden de Caballeros Ballesteros de la Santa Veracruz del Rey Fernando III, una vez más nos sorprendió con la recuperación histórica de elementos de nuestro rico patrimonio. En el paraje natural de Despeñaperros, durante varios días, que han culminado hoy domingo 29 de enero, se han puesto manos a la obra, como los antiguos canteros de nuestra época medieval, y puesto en valor un horno antiguo, de características árabes, que presumiblemente dataría de entre los siglos IX o X de nuestra era.

Entre los participantes en la actividad, los maestros canteros Antonio Miguel Troyano Merino, presidente de la Asociación Histórico Cultural General Reding y miembro de la Orden, don Francisco Vílchez, miembro de la Orden, Nicolás Manuel Ozáez Gutiérrez, secretario de la Asociación General Reding y de la Asociación CAECILIA, y también miembro de la Orden de Santa Elena; Ismael Cuadrado, colaborador de la Asociación bailenense General Reding, doña Ana María López, y otros compañeros más de la Orden, venidos desde El Arahal en Sevilla, o desde Mijas en Málaga, como Raul Jurado, Elena Gálvez, Miguel Maldonado, Ana Espigares, Antonio Linares o el propio Maestre de la Orden, don Nicolás Callejas.

En plena naturaleza, en el parque de Despeñaperros

Al final de la jornada, prácticamente estaba terminado el horno de leña árabe

Nicolás Callejas realizando un selfie durante la reconstrucción del horno árabe

El maestro cantero, Antonio Troyano, dirigiendo las obras de restauración.

No faltó la típica fotografía de Antonio Troyano caracterizado de época, junto a Paco Vílchez

Un buen día, aunque frío, pero muy aprovechado por la Orden para restaurar un hito al pastor Martín Alhaje, en el que interviene la Dirección del Parque Natural de Despeñaperros, el Ayuntamiento de Santa Elena, la Asociación H. C. General Reding y la propia Orden de Caballeros de Santa Elena.





Al final de día, cuando volvíamos del parque natural de Despeñaperros, pudimos disfrutar de un rebaño de ciervos en libertad por la sierra, como broche de oro a la jornada.