Al menos tres personas me han insistido para que no escriba sobre el
asunto que voy a escribir. Reconozco que lo he pensado seriamente. No
estaba convencido de la idoneidad del momento ni tampoco de la
conveniencia de incrustarlo en las páginas en blanco del blog de BAILÉN
INFORMATIVO: podría parecer sectario, oportunista, de mal gusto, poco
intelectual, nada objetivo, parcial, bruto, y mil adjetivos más que,
ciertamente, serían acertados incluir en el corazón de este artículo. Lo
pensé, sí. Lo analicé, sí, sopesé los pros y los contras, medité hasta
el aburrimiento -piensa que ha transcurrido apenas hora y media desde
el suceso, pero... no pude resistirme: ¡QUÉ BAÑO DE FÚTBOL LE HA DADO
EL MADRID AL BARÇA EN EL NOU CAMP!
Hacía un tiempo
que no disfrutaba, futbolísticamente hablando, tanto de la creatividad
de mi equipo, del que nunca negué mi pasión, ahora, en estos momentos,
desbordada.
Luego vendrán los tópicos del día
después: "Undiano Mallenco influyó en el resultado". Estuvo realmente
inconmensurable durante todo el partido, arbitrando un fútbol de gran
altura -lo digo, obviamente por el Real Madrid-. "al Barça no le entró
nada y al Madrid le entró todo". Otra mentira, pues si le entra todo al
Barça y al Madrid, estaríamos hablando de un 03 a 12 a favor del equipo
de la capital.
En torno al encuentro deportivo habrá más debates, políticos,
sociales, económicos, regionales, y menos futbolísticos. Pero, por
encima de todos varios nombres que voy a destacar: MOURIÑO, CRISTIANO
RONALDO, VARANE y XABI ALONSO -me encanta este jugador-. A su lado,
solo un escalón más abajo, pero tocando con las yemas de los dedos las
nubes, DI MARÍA, OUZIL, KEDIRA, ARBELOA, SERGIO RAMOS, DIEGO LÓPEZ -el
mejor partido desde que está en el Real Madrid, tanto en la ida como en
la vuelta-, COENTRAO, el Pipita HIGUAÍN, CALLEJÓN; a Pepe lo voy a poner
con minúscula, pues no ha estado a la altura del encuentro los pocos
minutos que ha pisado el césped del Nou Camp, y Essien.
Pensaba destacar a algún jugador del Barcelona, pero salvo a Iniesta,
hoy ningún jugador del equipo catalán merece ser destacado. Tal vez
Pinto por varias intervenciones, acaso Pedrito por algunas internadas
con peligro, pero el resto, Messi y compañía, nada de nada: un fulgor,
un destello.
Sé que a algunos les parecerá
oportunista, y no niego que lo sea, pero dejadme al menos que saboree
esta dulce victoria antes del otro clásico del fin de semana... por lo
que pueda pasar. Ya sabemos que el fútbol tiene la memoria muy corta,
como decía el presidente Rosell en la entrevista tras el partido, y
otras citas como "la procesión va por barrios", y demás.
Únicamente lo siento por algunos amigos, aficionados del Barcelona,
C.F., que lo estarán pasando mal, muy mal, y que mañana evitarán
encontrarse conmigo o con algún otro seguidor de los blancos, para
eludir el disgusto del comentario hiriente. Yo sí estaré ahí, como
estuve en otros momentos en que nuestro equipo sucumbió ante el mejor
juego de su rival. Por ello, en estos momentos me acuerdo de Perea, de
Eufrasio "el de las motos", de Antonio Agudo, del Tote, de Jose Baldán,
de Jose Alcalá, y un largo etcétera, pues son legión de incondicionales.
Pero hoy es nuestro día, nuestro momento, y nos lo vamos a tomar como
algo más que un partido, pues en realidad es eso: algo más que un
partido, algo más que una competición deportiva.
Manolo Ozáez y ¡hala Madrid!
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