Buenos días amigos. Estaba con mi amigo Troyano hablando de
aquesto de la maldita crisis cuando alguien nos soltó aquel refrán que dice:
"Ganar no ganamos, pero hay que ver lo que trapicheamos". Fue
inevitable que me acordara de mi padre, experto en el refranero popular, aunque
sui generis, y, atento al quite, se me ocurrió contestarle, no sé si con buen
acierto, aquello de: "El camarón que se duerme, se lo lleva la
corriente", recibiendo al tiempo un rosario de frases y refranillos
anticrisis, del tipo: "Más vale pájaro en mano que ciento volando", "La
soga quiebra por lo más delgado", o el más rebuscado de "Guarda pan
para mayo y leña para abril, que no sabes el tiempo que ha de venir".
Cabizbajo reconocí que mi erudición sobre aforismos no era demasiado extensa,
pues no rebasaba aquellos de: "Pobreza no es vileza", o "Barriga
llena, corazón contento", o aquel de "Pájaro que vuela, a la
cazuela", muy del gusto popular. Al llegar a la casa, obstinado, me lancé
al abismo del portátil, y descubrí que nuestro refranero popular, que, en
algunos casos tendrá varias siglos de existencia, nos da las claves para
combatir esta y cien crisis más que han pasado y que pasarán en el tiempo,
pongamos por ejemplo: "Polvo de ladrillo malo para el bolsillo"
¿Ingenioso?. O: "Paga lo que debes y sabrás lo que tienes". También
"Guárdame de mis amigos, que de mis enemigos ya me guardo yo". A mi
padre siempre le gustó aquel de: "Más sabe el diablo por viejo que por
diablo". A mi me place la sentencia "Bien me quieres, bien te quiero;
no me toques el dinero".
Manolo Ozáez para COPE JAÉN
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