ANDANDO QUE ES GERUNDIO
Querido
lector usted no debería esperar a que los resultados de un análisis médico de
rutina le obliguen a tomar la decisión. No debe escudarse en que este asunto es
cosa de gente con el colesterol alto y las lorzas por el suelo. Lo de hacer
deporte es un tema que se tiene que tomar bastarte en serio y que no,
necesariamente, tiene que ser prescrito por un facultativo. Así que no le de
más vueltas y cálcese unas buena botas y comience a caminar para descubrir senderos y lugares que le harán formar parte
de ese eslogan con el que se quiere vender la provincia, “Jaén, paraíso
interior “y que suelen comprar los de
fuera y los de dentro despreciar con un doméstico encogimiento de hombros —“a
mi que me vas a contar de la provincia que no haya visto ya”— Pues lo hay y mucho más cerca de lo que se
cree.
Todos
ustedes pueden formar parte de una postal. Caminar por bosques cerrados por los
que aún anda el lobo. Visitar ruinas de míticos castillos reducidos a polvo por
los años. Vadear ríos recién limpios de sudores urbanos. Ver a los conejos y a
las liebres salirles al paso. Pisar la nieve en las umbrías de las montañas y
romper el hielo de arroyos congelados en mitad de oscuros alcornocales. Entrar
en cuevas con pintadas con miles de años. Subir a collados y bajar por
barrancos de una provincia en la que su masa forestal suma 600.000 hectáreas
de bosque y otras tantas de olivares. Olivos que componen el bosque artificial
más grande del mundo y que a todos impresiona mirar.
Ver
como la vida se abre paso en los viejos charcones y darse el gusto de ir más
allá de aquel recodo del camino.
Y
todo esto no le costará nada. Basta con buen calzado, un bastón al gusto,
sombrero y mochila para echarse a andar un rato cada día. Al poco tiempo los
beneficios se dejan notar en los músculos de la espalda que se tonifican con el
ejercicio. Los glúteos se aprietan al subir y bajar pendientes y el ánimo se
relaja. Al andar uno va más erguido y se mejora la visión lateral y los
tobillos se endurecen al pisar por firmes irregulares. Además el ritmo lo marca
uno mismo y las lesiones son inexistentes. Hay que andar por gusto que para
sufrir y estresarse ya están otras actividades.
A
poco que uno mejora el tono físico se dará cuenta que lo que empezó casi en
broma, ahora se ha convertido en un grupo de amigos que gustan de caminar
juntos. Así que anímese que a pocos kilómetros de Bailén pueden comenzar por
darse una vuelta por Burguillos, por los olivares cercanos o ir a ver los
galápagos al río Guadiel.
El
camino más largo comienza siempre con un pequeño paso, así que ¿porqué no lo da
hoy mismo?
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