Nicolás Ozáez
Capítulo 89.
"Se oye el compás de pífanos y tambores en la lejanía. Ahora otro es el padre que asoma, con extremo cuidado, el menudo cuerpo por el balcón de la casa en la madrugada. El olor a incienso, jazmines y a rosas le trae al recuerdo el rostro rudo y a la vez tierno del autor de sus días. Mira de reojo a su amada Carmen y a sus hijos con el mismo orgullo que un día a él lo miraron disimuladamente."
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