EDITORIAL
Desde
marzo de 2012 que salió a la calle el número 111 de BAILÉN INFORMATIVO, han
ocurrido algunas cosas destacables en el panorama local, tanto sociales como
culturales o políticas. No obstante hay una, la crisis, que sigue anclada en
nuestro tejido industrial, pero también en el neuronal. No hay conversación sin
el “sambenito” del desempleo, de las carencias económicas, de la incertidumbre
social.
No
hay cerveza sin la amarga tapa de la desesperanza, a pesar de que algunos se
resisten a que sea el imprescindible, y casi único, tema de conversación en las
tertulias políticas o sociales. Es cierto que en Bailén vivimos una sensación
de frustración anquilosada en los espíritus, es real que las empresas no
despegan, que los saldos económicos familiares se mueven en mínimos históricos.
Aunque nos bombardean los medios de comunicación con el alza de la prima de
riesgo, con el rescate de algunas entidades bancarias, o con las continuas
pérdidas bursátiles, son asuntos que no percibimos como cercanos a nosotros.
Somos del club de los elevados índices de desempleo, hinchas obligados de la
falta de oportunidades, hooligans del
descontento, pues hemos abrazado la religión del sustento familiar, de la
reducción del consumo en el ocio y la cultura como elemento del gasto
cuasimaterial.
Enarbolamos
en Bailén la bandera del sufrimiento y la abnegación, en un ejercicio de
heroicidad suprema, muy por encima de la media nacional, acorde con nuestra
fama de “gente apañá”.
La
redacción de BAILÉN INFORMATIVO, no ajena a esa corriente, ha decidido
renunciar a esta secta satánica y para ello hemos decidido imaginar un número,
el 112, el dígito de la asistencia inmediata ante urgencia y catástrofes, de
expansión cultural, en el que nos vamos a limitar a venderos el humo de la
alegría y la pasión, el factor de aventura que necesitan vuestros cansados
corazones, para que cuando lo leáis, despacio, sin prisas, podáis gozar de la
sabiduría que proporciona la risa, pues otros se encargarán de bajaros los
humos que nosotros intentamos izaros. Sabemos que no es tiempo de júbilo o
regocijo, no es momento para el gozo o el entusiasmo, pero nosotros nos vamos a
permitir esa licencia “fuera de lugar”, y que algunos se lo tomen como mejor lo
estimen conveniente. Queda dicho.
La
redacción de BAILÉN INFORMATIVO
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