"Luis y Miguel Ángel, con moderada embriaguez,
remataban la faena presuponiendo, en sus cavilaciones etílicas, que Hitler estaba vivo, y que residía en un país de
Sudamérica, acogido por otro dictadorzuelo que le protegía de la opinión
pública y que había modificado su aspecto con cirugías varias.".
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