No nos engañemos. Con esto de la pandemia y sus consecuencias, muchas cosas van a cambiar. Ya se preveía. Nuevos conceptos, nuevas formas de interrelacionarse, que si teletrabajo, y lo que nos espera.
En ese orden de cosas el Ayuntamiento de Bailén, para mi gusto y para el resto de bailenenses, totalmente inoperativo o desaparecido durante estos más de cien días, salvo lo estrictamente necesario -limpieza de vías públicas, policía local y para de contar-, adoptando, aunque tarde, las medidas aconsejadas por las autoridades sanitarias, decide establecer el turno de citas previas, que no deja de ser una medida encubierta para desatender a la ciudadanía.
Señores, para que me entiendan. No vayan al Ayuntamiento que ya no les van a atender. La razón: ¿tiene usted cita previa? ¡No!, Vaya, pues no podemos atenderla. Tendrá que pedirla, se la darán para el momento que ellos estimen en función de lo que le interese o del personal de que dispongan, y... eso es lo que hay.
No digo que solo sea prerrogativa del Ayuntamiento, Dios me libre. Ya lo hizo la Administración Central antes de este período de alarma, en un torticero intento de quitarse de en medio el coñazo de los ciudadanos. Después lo hizo la Junta de Andalucía, sí, la del PP, Ciudadanos y Vox, aquella que criticaba al gobierno socialista y resulta que comete sus mismos errores de bulto. Y, por último, el Ayuntamiento, nuestro Ayuntamiento, el de Bailén, aquel que creíamos más cercano a los ciudadanos y que, con esta medida, tomada bien tarde y amparada en la queja de sus trabajadores porque temen un posible contagio, ha decidido sumarse al carro de la desatención de los ciudadanos, que al parecer es lo que está de moda.
La excusa es perfecta: "según las autoridades sanitarias, se aconseja establecer citas previas". Eso es una falacia y una mentira como un templo. Me pregunto: ¿Con la cita previa ya no se atienden a los ciudadanos? ¿Con la cita previa se reduce el número de personas a las que se atiende? 0 sencillamente es que se deja de atender al ciudadano en general, aquel que llega despistado y desorientado al ayuntamiento en busca de consejo o información, y que ya no podrá buscarlo porque le dirán: "¿Tiene usted cita previa? ¡No!, ¡pues a pelarla!
No obstante voy a establecer una profecía, o hagamos una premonición. SEGURO QUE CUANDO PASE EL ESTADO DE ALARMA, LA PANDEMIA, EXISTA UNA VACUNA O UN TRATAMIENTO PARA EL COVID-19, NO VOLVERÁ A DESMONTARSE LA MEDIDA DE LAS CITAS PREVIAS. Motivo: Seamos sinceros. A las Administraciones no les interesa atender al ciudadano, a ninguno, puesto que todos somos, en conjunto, moscas cojoneras que molestamos y enturbiamos el reposo del político y del sufrido funcionario. Y eso, señores míos, nos lo ha mostrado recientemente los nuevos tiempos.
MANOLO OZÁEZ para BAILÉN INFORMATIVO.
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