El lunes 12 de octubre, día de la Hispanidad, y festivo, nos trasladamos Felicidad y yo a Alcalá la Real para pasear por las legendarias piedras de la fortaleza de La Mota, enclavada en el cerro que domina la panorámica de la ciudad. Una fortaleza rocosa impresionante, y que se conserva en un excelente estado. Inclusive las remodelaciones planteadas no han supuesto un impacto sobre la arquitectura y la arqueología, como suele ocurrir en muchos casos.
Andando entre las piedras milenarias encontramos sorpresas que los historiadores, los arqueólogos y los amantes de la arquitectura y los estetas, agradecemos.
Vista desde las murallas de la fortaleza de las viviendas y urbanismo recuperado de las ruinas
Alcalá la Real ha conseguido con ello conjugar sostenibilidad e historia, facilitando que el turista medio y el interesado en la historia y en la arquitectura de nuestra tierra, pueda contemplar las maravillas del pasado, y las huellas de otros pobladores.
La fortaleza encierra, en sus salas, como en un museo, exposiciones de uniformidad y armamento de la época, perfectamente integrado entre sus piedras.
Nos trasladamos en moto hasta la ciudad alcalaina, en la que cuenta que nació el Arcipestre de Hita -hay dudas si sobre Alcalá la Real o Alcalá de Henares, nosotros alimentamos la primera, pues nos interesa por su proximidad-. Hacía un magnífico día fresco de sol, pero bien protegidos se convertía en un agradable día para recorrer el asfalto desde Bailén hasta la sierra sur de Jaén, hasta la ciudad donde se celebra en el mes de julio el festival ETNOSUR, que este año, por la pu... pandemia, no se ha podido realizar.
Por cierto, que descubrimos una exquisita cocina de la tierra en el restaurante RÍO DE ORO, en el paseo principal. Os aconsejamos las tiernas alcachofas rebozadas, o el filete de pollo empanado, con unas patatas fritas caseras... nada de bolsa ni de congelados. El pescado, tierra adentro, buenísimo. Felicitamos, como no podía ser de otra forma, a la cocinera.
Después nos sumergimos en la historia, visitando el Museo de historia y de arqueología de la ciudad, próximo al paseo, y posteriormente la visita a la Fortaleza de la Mota, donde nos obsequiaron con una exhibición de vuelos de aves rapaces a cargo de un grupo cetrero de Granada.
Una extraordinaria jornada para enmarcar.
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