Cuantas buenas intenciones

Ya me extrañaba a mí tantas buenas intenciones al principio de la pandemia y del estado de alarma. Hay que ver como se apuntaban las distintas Administraciones al carro de establecer ayudas para los trabajadores, para las empresas y para los autónomos.

¿Recuerdan aquel Decreto extraordinario que anunciaba a bombo y platillo el presidente de la Junta de Andalucía Juanma Moreno, de una ayuda en pago único de 300 euros para los empresarios autónomos que no pudieran acogerse al resto de las ayudas que prometió el Gobierno de la Nación?

¿Lo recuerdan? Bien, pues era fuego de artificios. Ahora resulta que, después de más de tres meses sin saber de él, sin cobrarlo, cuando los peores efectos perniciosos de la pandemia ya han pasado, ahora, resulta que están llegando resoluciones a cientos denegándolo (es que es de risa, como nos engañan a los ciudadanos). Habría que tirar de hemeroteca televisiva y restregárselo a nuestro presidente por la cara.

A unos se lo deniegan porque dicen que tienen deudas con la Administración (🙈🙈🙈🙈) creo que el importe de la deuda, que el interesado desconocía, era de 20 euros. A otros porque la actividad no estaba incluida en el nomenclátor o lista de las actividades subvencionadas, que por cierto era una lista de actividades genéricas, por lo que, de querer, pueden denegar todas las solicitudes, porque ninguna coincidiría con el listado de Impuesto de Actividades Económicas de la Agencia Tributaria. Y así una larga lista a la que se acoge nuestra bendita Administración autonómica para dejar de pagar.

¡Qué vergüenza y qué caradura! Y nos quejábamos de "los otros", de los socialistas, y ahora tenemos los "socioslistos".

Y lo peor, la miseria de prometerle a los autónomos unos exiguos 300 euros que después no llegan. Lo que digo: "hay que tener caradura". En estos días en los que se han recibido multitud de resoluciones denegatorios, me acuerdo de aquella frase lapidaria que decía: "PUEDO PROMETER Y PROMETO...", y que quedó para la historia, aunque, como dice un buen amigo mío, la historia siempre vuelve a repetirse.