En el salón de conferencias de la Batalla de Baylen, el día 7 de febrero, se presentó la novela "Cuando te fijes en mi", del escritor bailenense Gonzalo Soriano Navío. Esta, su tercera novela, más intimista, fue presentada en sociedad en el marco del III Encuentro con Escritores y Poetas de Bailén, en el que colaboraron las Asociaciones CAECILIA y GENERAL REDING, de Bailén.
El autor, Gonzalo Soriano, junto al secretario de la Asociación CAECILIA, Manolo Ozáez, y el concejal de Patrimonio, Juan José Padilla, durante la apertura del acto |
Manuel Nicolás Ozáez durante la presentación de la novela |
Gonzalo Soriano, exponiéndonos las claves de su novela |
Antonio Llave, miembro de la Asociación Caecilia impuso la Medalla de nuestras Asociaciones al autor de "Nunca te fijes en mi", a la vez que el Secretario le entregaba el diploma acreditativo |
Concejales del equipo de gobierno municipal junto al autor |
El autor junto a familiares y amigos |
Gonzalo, junto a su mujer y sus hijos |
firmando algunos de sus ejemplares |
Con Víctor Abolafia |
Al acto, además de concejales del equipo de gobierno y de la oposición acudieron miembros de la Asociación CAECILIA, como Antonio Llave y su esposa, Lola Cintas, y la mujer de Manolo Ozáez, Felicidad Alonso, así como de GENERAL REDING, representantes de los Poetas de Bailén, familiares, amigos y compañeros del autor.
Presentación de la novela “CUANDO TE FIJES EN MI”, por Manolo Ozáez, el día 7 de febrero, viernes, en el salón de conferencias del Museo de la Batalla de Bailén.
Buenas noches a todos, amigos y amantes de la literatura. Es evidente que, en la tercera novela de Gonzalo Soriano Navío, “CUANDO TE FIJES EN MI”, el libro que hoy estamos presentando, descubrimos al escritor que en sus dos primeras novelas, ya intuíamos. En la primera, “Un sueño que contarte“, se armaba de valor y se lanzaba al ruedo literario, un mundo complicado para los advenedizos. Pero Gonzalo es como el personaje de Tolkiem, “Thorim, Escudo de Roble”, obstinado, firme, tenaz, testarudo, y convencido de lo que podría aportar con sus palabras al mundo de la literatura. Pero hay más detrás que a simple vista no se aprecia: tener entre las manos, editada, tu primera obra, nacida de tu imaginación es algo especial, y eso lo sabemos todos los que en alguna ocasión hemos publicado nuestras inquietudes. Se la desea y se la quiere casi como un hijo. Se la cuida, se la venera. Le hablamos, le confesamos nuestras cosas. Disfrutamos con su sola presencia. En ella aparece “el escribidor”. En la segunda novela, “El constructor de Baker Street” se reafirma “el escritor”, el que huye de las rutinas temáticas, que transita por nuevos senderos literarios, en un ejercicio de novela histórica y costumbrista que trasciende fronteras, incluso geográficas, hasta llegar a su tercera obra, “Cuando te fijes en mi”, más intimista, con una narrativa más directa y espontánea si cabe. Sincera. Emulando el lenguaje de las personas cercanas, huyendo de los grandilocuentes diálogos de los personajes históricos convertidos en arquetipos. El autor, elevado a la categoría de novelista, busca la simplicidad, pero a la vez la complicidad con sus lectores, a los que a buen seguro les llegará la novela, y su temática, al alma.
Es un relato valiente, una ficción realista, aunque suene disonante y contradictoria la frase. Aborda, y no descubro con ello la esencia de la novela, el mundo interior, la experiencia de las personas que están sometidas a limitaciones físicas, creando el universo de los sentimientos del personaje, a los que llega el lector a través de las palabras del autor. Sentimientos que, en ocasiones le hacen reflexionar, e incluso dudar sobre elementos pilares de nuestra cultura, como cuando el protagonista confiesa: “Yo había perdido la poca fe que me quedaba, estaba enfadado con Dios o como diablos se llamara ese impresentable. Estaba cansado de que siempre mirase para otro lado”, palabras escritas que demuestran la profundidad narrativa de la obra. Me atrevería a decir que es un libro, una novela, con alma, que expande en la atmósfera una certera carga de afectividad.
Pero no nos llamemos a engaños. En la novela que presentamos, “Cuando te fijes en mi”, hay mucho más. El autor, al que tendremos que acostumbrarnos a llamar desde ahora, el novelista, aborda de forma colateral otros planos narrativos, como son el elevado concepto de la familia como contrafuerte temático, o la amistad como valor recurrente durante todo el relato, la ilusión por la vida, o la desesperación por las limitaciones que esta nos impone. Todo ello en un cóctel épico continuador de la mejor tradición española de la narración. Sin flashback o saltos en el tiempo, tan habituales en las novelas actuales, y todo ello para no despistar al lector llevándole a través de una secuencia cronológica continuada, sin ambages.
Sí recurre Gonzalo al recurso de justificar la literatura como forma de vida, como medio alternativo, marcándonos las pautas para descubrir, en sus propias novelas, qué significa para él la lírica, la escritura, la literatura, cuando nos revela: “La literatura es el único analgésico que puede ayudarte a soportar el dolor. Tienes que prensarla, olerla y sentirla y entonces, solo entonces, sentirás que estás preparado para formar parte de su vida”.
Como decía antes, Gonzalo, el novelista, nos describe entre líneas las claves de su estilo. En sus propias palabras: “Narras las cosas de una forma amena, fácil de entender. Y consigues captar la atención del lector con suma facilidad”. Así es la literatura de Gonzalo, su estilo. Trata, y lo consigue, ser directo, atraer la atención del autor hacia el protagonista, hacia sus problemas, hacia su mundo individual, hacia todo aquello que le rodea, para meternos en la historia que nos quiere contar. Y a la vez mostrarnos el complejo universo paralelo que viven aquellos seres humanos que sufren algún tipo de deficiencia.
Detrás de “Cuando te fijes en mi” hay un minucioso trabajo de investigación sobre la distrofia muscular, pero igualmente expuesto en la narración de forma sencilla y comprensible para el lector. No se engañe quien piense que esta novela es, fundamentalmente, para aquellos que la padecen, o sus familiares, porque todos tenemos a alguien, familiar o amigo, cercano a nosotros, que sufre esta u otra enfermedad, y a los que difícilmente nos cuesta entender, pues no entramos en su mundo, no nos acercamos lo suficiente para intentar comprenderlos. En ocasiones, incluso, tenemos la sensación de que existen dos mundos que corren paralelos eternamente, el nuestro y el de aquellos que sufren limitaciones, y que, con este libro de Gonzalo, o el caso de la película de Javier Fesser “Campeones”, nos han ido acercando, en un ejercicio de necesaria e ineludible solidaridad y humanidad. En boca de Arturo, el protagonista, escuchamos sentencias del día a día, que igual pueden salir de cualquier boca: “Todo el mundo tiene las mismas metas al alcance de la mano. Algunos las aprovechan y otros no…. El que no arriesga nada no va a los infiernos, pero tampoco llega a los altares”.
Como los autores consagrados, Gonzalo juega con los giros del destino, sorprendiendo al lector, introduciendo matices que no se espera, que estaban escondidos entre las páginas en blanco de su libro, y que aparecen para hacer la lectura más fértil, más agradable: la tragedia, la esperanza, la amistad, el amor como tabla de salvación. Es ahí donde aquellos que hemos leído sus novelas descubrimos el progreso y el perfeccionamiento en su palabra y en su verbo. Pero a la vez conserva los recursos de estilo que hacen reconocibles sus novelas, como las continuas referencias a los lugares emblemáticos de su ciudad, Bailén, haciendo un recorrido por sus calles y sus plazas, por sus establecimientos más conocidos, lo que hace más atractivas sus historias al reconocernos en sus personajes y al reconocer los lugares que transitamos, aunque no dejan de ser relatos universales, fábulas con mensajes pedagógicos, en los que el novelista, además de entretener, nos ilustra.
No quiero cerrar esta humilde presentación sin agradecerle a Gonzalo la confianza que ha depositado en mi al elegirme para presentar este libro. Al igual que muchos de los que estamos aquí, hemos vivido en primera persona el problema que nos presenta la novela “Cuando te fijes en mi”. Su lectura nos permitirá descubrir ese mundo interior paralelo en ocasiones al que vivimos a diario. Un aliciente más para aquellos que amamos la literatura y que devoramos la palabra escrita, las historias bien contadas. Voy a cerrar esta presentación con una suerte de profecía que aparece en la novela y que me permito destacar. En la parte central de la novela, el protagonista mantiene una conversación con su mentor literario. Este es su extracto:
“- Y, dime, ¿has pensado en alguna fecha para la presentación?
- ¿Presentación? -preguntó Arturo horrorizado.
- Es obligatorio y conveniente. Al libro hay que acompañarlo; los lectores quieren conocer al autor y escuchar los motivos que le han llevado a escribir la novela.
- Yo no he hablado en público en toda mi vida. Además, estarán todos sentados y mirándote fijamente, ¿no?
- Solo de imaginarlo ya me estoy estresando.
- Había pensado en un viernes, sobre las siete o las ocho de la tarde. Luego la gente aprovechará para tomarse unas cervezas.
- ¿Y dónde lo haremos?
- El salón de conferencias del Museo de la Batalla está francamente bien.
Como veréis, la profecía se ha cumplido. Se ha hecho la presentación un viernes, a las ocho de la tarde, en el Salón de conferencias del Museo de la Batalla de Bailén. Todos estáis sentados, mirándole fijamente, y él no puede evitar sentirse estresado.
Lo mejor de todo, que después del acto y de la firma del libro, estaremos todos tomándonos unas cervezas por los bares de Bailén. Muchas gracias por acompañarnos.
Asociación CAECILIA
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