sábado, 29 de febrero de 2020

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viernes, 28 de febrero de 2020

LA MOVIDA DE LOS 80 EN JAÉN. Yo también estaba allí.


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LA MOVIDA DE JAÉN

LA MOVIDA DE JAÉN

Por Javier Cano - Febrero 15, 2020

Se cumplen estos días cuarenta años del concierto celebrado en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid en homenaje a Canito, el batería del grupo Tos que falleció en un accidente de tráfico y cuyo tributo señalan historiadores y críticos como punto de inicio de La Movida Madrileña. Un movimiento que irradió sus postulados fuera de los límites de la villa y corte y que, según algunos de sus protagonistas, en Jaén superó en creatividad al mismísimo Foro

En Madrid ha muerto, el poeta y escritor Luis Antonio de Villena se erige en cronista emocionado de una década (la del 80 al 90) que, entre otros hitos, vio nacer en España un movimiento de lo más singular: La Movida Madrileña. Escribe el autor en su libro sobre las grandezas y miserias de un tiempo en el que lo más de lo más de la vanguardia artística nacional tocó el cielo creativo a la par que muchos se quedaban en el camino consumidos por los excesos. Un contraste que las nuevas propuestas irradiaron a otros puntos de la piel de toro y que, para algunos de sus protagonistas, tuvo en Jaén características propias, hasta el punto de considerar, sin complejos, la existencia de una 'Movida jaenera':
"La de Jaén fue más creativa que la de Madrid, y a mí me ha dejado una sonrisa inmensa. Si preguntáramos a los que ya están muertos si volverían a hacerlo, dirían que sí. Fue el nacimiento de algo importante... ¡Oh, cómo vas a rechazar algo que te ha modelado! Se me saltan las lágrimas, pero de felicidad". Así, entrecortado por la emoción, sin nada que envidiarle al relato de Villena, el artista jiennense Tomás Fernández evoca una época que vivió en primera persona y que, a su parecer, marcó un punto de inflexión entre los jóvenes de aquel momento: 

"Fue una eclosión del yo, del creer en ti ante todo; te podía pisar la cabeza tu padre o un gris, quien fuera, te podían decir que no tenías vergüenza..., daba igual. Fue la revolución de una juventud que, por desgracia, se ha ido pero que dejó una semilla acojonante", así, con todas las letras. Se refiere Fernández a muchos de sus compañeros en eso de coquetear con el peligro, "con el caballo", una relación que, desgraciadamente, priva al Jaén de hoy de talentos "arrastrados por la corriente de las drogas", aclara.
"Jaén era una ciudad encorsetada, y llegó el todo vale. Había gente que hacía cosas muy buenas en arte, ahí está Andrés Aldehuela, músicos como Josele; había gente que subía a Amsterdan, otros iban a Granada, a la zona de Pedro Antonio de Alarcón, y traían lo que veían; yo viví la Movida punk de los 80 en Jaén, era el vestir diferente, los pelos de punta y una revolución en todos los aspectos culturales, musicales y de hábitos de vida, pero éramos unos punk artísticos, no tanto de la típica cresta. Días de fanzines hechos por el Chupes, o el Motes, a los que Use le gustaba pintar sus muñegotes a los bocetos de carteles para los conciertos ilegales organizados en los chalés del Puente de la Sierra o más tarde en la curva del Jontoya, recuerda Andrés Moya, 'Zubi', ahora guitarrista de Inpunktuales y fundador de varias bandas ya míticas.
 El artista jiennense Tomás Fernández.
El artista jiennense Tomás Fernández.
Otro ilustre 'movidero' de aquí, Buba Casas, resalta: "Si tengo que destacar a un icono del Jaén de La Movida, que falleció, ese es Fofi Catena". Según Casas, actualmente bajista de los Seven Days Group, "Fofi fundó un grupo con SillasWalden dos", al que reconoce como una gran banda: "Me recordaba mucho a Derribos Arias, tecnos pero con mensajes muy anárquicos, siempre en contra". Buba suscribe las palabras de Fernández: "Todos fallecieron por el caballo. Yo soy un milagro, desde chiquitín fui músico y la música fue mi caballo. Se fueron el 70 por ciento de aquella gente, y los que se han salvado son auténticos supervivientes", asegura, y sentencia: "Jaén fue liquidado por el caballo". 

EXPLOSIÓN CREATIVA

Que el consumo de estupefacientes hizo estragos parece indudable. Pero sería a todas luces injusto resumir en la oscuridad de ese capítulo ciertamente aciago el potencial creativo que, en Jaén, puso de manifiesto un instante histórico como el que celebra, este año, las cuatro décadas de su fundación.
Con especial incidencia en el panorama musical, hijas de la Movida provincial son bandas punk como Los Niñatos (Perico Aparicio, Fernando, Vicente Alhambra y Esteban Berges), que llegaron a actuar en el mítico local madrileño Rock-OlaConservantes Adulterados (Pedro Aparicio, Ricardo Aparicio, 'Pitu'; Carlos Berges, 'Carlos Viciuis'; y Manuel Castellanos Ozáez) o Consorcio Perpetrado (Andrés Moya, 'Zubi'; Juan Luis Hidalgo, Ernesto y Amilo) o Quater (con Pedro Peinado, Luis buitrago, Jose 'el Francés, Lolo Cañada, Paco Amate, 'el Gafe; y Juan Castillo), entre otras. Algunas de ellas se codearon en Granada con lo más granado (valga la redundancia) del movimiento y llegaron a actuar al lado de formaciones legendarias como 091 o La Guardia Roja del cardenal Richelieu, grupos de culto a día de hoy.
 Andrés Moya, Zubi, un nombre propio de la Movida.
Andrés Moya, Zubi, un nombre propio de la Movida.
Sonidos punk, rockabilly y heavy metal que encontraron difusión en locales de gente echada para adelante como "Vale Martínez y Manolo Redondo" (recuerda Tomás Fernández): "Tenían un chiringuito, El Periquito, que era una obra de arte. Lo cerraron por drogas y reabrió como El Pirámide; hacíamos forums, conciertos, performance...". Para el pintor, que muestra actualmente su exposición Contracultural en el antiguo Banco de España, la gran suerte de aquel momento, el personaje que dio rienda suelta a la movida, fue José Montané; en su opinión, un Tierno Galván a lo jaenero que "se encargó de traer aquí a grupos como Nacha PopAlaska y DinaramaGlutamato Yeyé...". 
"Trajo a los grupos y artistas más importantes, parte del cine más importante, inventó los eventos más importantes, el Lagarto Rock lo hizo él, con amor; es artista, hasta la Carrera de San Antón es suya. Jaén le debe un homenaje. ya es hora de que la gente reconozca que levantó el Carnaval, fue el que sacó las verbenas a todos los barrios". Lanzado queda el guante.

GARITOS Y LOCALES DE ENSAYO

"Venían a la Caseta del Condestable, en feria y fuera de feria, pero como mezclaban a público punk, rocker y heavy, algunas veces se liaban todos a hostias, aunque luego terminábamos como colegas", afirma Fernández, y Buba lo certifica. Tiempo de contrastes, desde luego: "Jaén era muy punkorro, y hubo una epoca en la que cobraron casi todos los grupos que venían a actuar, ni siquiera querían venir. Miguel Ríos recibió un botellazo en la cabeza, la Orquesta Mondragón y Glutamato Yeyé cobraron (no precisamente sus cachés): "La culpa la tuvo La Fura del Bauls, que vino con un montaje de los suyos, de los primeros, en el que tiraban una piedra al público; era en el auditorio de la Alameda, pero el antiguo, todo de piedra, y la gente se lio a tirarles cascotes al escenario", rememora, divertido.
Buba Casas también atesora anécdotas como para no omitirlas en este reportaje: "Eran tiempos raros y extraños. Una vez llamaron a los municipales, se presentaron en mi casa, en el 85, y uno de ellos, Pablo Peña, ahora escritor, dejó la Sanglas abajo, se colgó la guitarra y empezó a tocar. Éramos todos artistas. Eso, hoy no pasa".
 El bajista Buba Casas. Foto: Ricardo Bautista.
El bajista Buba Casas. Foto: Ricardo Bautista.
Narra Buba (músico desde su infancia, hijo del desaparecido músico de la Banda Municipal Matías Casas, discípulo de los maestros Cebrián y Sapena), que todavía por entonces era normal que la Policía le detuviera el paso únicamente por llevar un bajo en su estuche. Sí, tocar en Jaén era complicado, "no había muchos garitos", y mucho menos lugares de ensayo, que normalmente terminaban por acoger los propios domicilios de los músicos o, como recuerda Tomás Fernández, locales del casco antiguo "repletos de ratas". Tiempos raros, desde luego.
El Monroe, apunta el comentarista musical y abogado Pedro Tomás Colmenero, en el barrio de San Bartolomé, fue otro de esos templos de la Movida de aquí, junto con la Zona o las escalerillas de Cristo Rey": "Amábamos los bares como el Mesón La Chuleta, El Maya o los Gatos", añade Zubi.

LA IMPORTANCIA DE LA RADIO

La historia de la Movida Madrileña sitúa al locutor Jesús Ordovás como maestro de ceremonias de la difusión e implantación del movimiento en la sociedad, gracias a su trabajo desde las ondas. Pero, ¿tuvo Jaén su propio locutor emblemático del momento?
Según Colmenero, sí: "El primero que trajo vientos de modernidad fue Juan Luis Navarro, que fue el que impulsó a mucha gente. Pedro MelguizoJavier VargasJuande ColmeneroJose 'el Indio' (que llegó a ser técnico de Serrat) y otros estaban unos en la mili, otros desperdigados, y Navarro creó un programa, Megaciclos y Decibelios, con un periodista al que llamaban el Lenteja. Luego, en el 82, ya con la carrera de Periodismo acabada, vino muy moderno e hizo un programa en la FM de la COPE, Laberinto de pasiones, como la segunda película de Almodóvar; ahí empezaron a sonar las maquetas de Conservantes adulterados, Los Niñatos...". 
Colmenero reivindica la figura de Juan Luis Navarro, que en su opinión "aglutinó la música que se ponía en el Monroe y en otro local de la calle Higueras, llevó las maquetas de los grupos de Jaén a Madrid para moverlas, consiguió que se grabaran cosas de Conservantes... Incluso aglutinó también el Festival Alcazaba de Jerez, al que fueron grupos de Jaén".
"Chupete, de Linares, y luego Semáforo; Conservantes y Niñatos; luego han salido muchas bandas y músicos, con el detonante del Lagarto, pero todo eso viene de ahí. La lástima es el malditismo de la provincia, que en un tiempo de éxito no consiguió sacar a nadie que perdurara", concluye.
Buba, siempre atento a la música que sonaba en Jaén, recuerda: "Radio Nacional hizo durante la Navidad de 1984 una emisión en directo desde sus estudios. Reunió a varios grupos representativos de ‘nuestra pequeña movida jaenera. Entre otros actuaron Walden dos, La Mística Sonrisa, Niñatos, Excalibur y SOMA (mi grupo)". Nombres inspirados en novelas idolatradas por estos músicos: "Vivíamos rebañados en ideas antisistema".

LA PEQUEÑA MOVIDA JAENERA

Si sería particular la Movida Madrileña según Jaén que el mismísmo Pedro Almodóvar y su corte de incondicionales de entonces recalaron en un municipio jiennense, Escañuela, en busca de nuevas aventuras en el mar de olivos: "Yo tenía un amigo que no salía de mi casa. Pasaba las horas pasando mis vinilos a cinta de casete. Él tenía una casa en Escañuela. Las fiestas del pueblo son en verano. Pues bien, a Pedro Almodóvar le gustaba pasar unos días en el pueblo en compañía de los amigos de mi amigo. Es surrealista, pero la gente más 'progre' de Jaén me la encontré precisamente allí, en Escañuela", sentencia Buba Casas. ¡Qué buen final!
 Foto cerdida por Andrés Moya.
Foto cerdida por Andrés Moya.

martes, 25 de febrero de 2020

Poema a Carmen Merino Izquierdo en el homenaje a su esposo, Pedro González Ortiz


CARMEN MERINO IZQUIERDO

En las sombras, agazapada,
acaso oculta de mil miradas,
intentando pasar desapercibida,
apenas de puntillas, sin hacer ruido,
una mujer observa el suave movimiento
de las olas que mecen el tiempo.

Desde sus adolescentes catorce años,
en silencio, en la leve penumbra
de un recuerdo, sostiene la armadura
de una estirpe de guerreros,
entona la permanente canción
en la vida de Pedro, su compañero.

Más que amante su confidente,
más que esposa su camarada,
más que cónyuge su amiga,
su colega, su soporte, su colega,
su compinche, su amiga.
Con apenas una mirada robada
le contagia cien sentimientos
que se instalan en sus almas
de acompañante y de enamorada.

“Detrás de un gran hombre hay una gran mujer”,
pronunció el famoso Groucho Marx.
Detrás de Pedro González,
siempre, en todo momento, en lo bueno y en lo malo,
ha estado su mujer, Carmen Merino, abnegada,
en silencio. Para ella son estas palabras,
que nos recuerdan las manos que sostienen
la arboladura, el mástil, tal vez la vida,
tan complicada a veces, y otras veces tan simple.


                                               Manolo Ozáez